En concreto, el diagnóstico se redujo un 50% en el caso de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, un 48% en la cardiopatía isquémica, un 46% en el hipotiroidisme, un 45% en el melanoma, un 43% en la enfermedad renal crónica y un 42% con respecto a los tumores benignos de colono. Por otra parte, el diagnóstico de la hipertensión y el osteoporsi bajó un 40% y un 39% lo hizo el de la diabetes. El estudio también apunta a una reducción del diagnóstico de la hiperplasia benigna de próstata del 38% y de la hipercolesterolemia de un 36%. En cambio, el diagnóstico de la ansiedad creció un 16%.
El investigador principal del estudio y director de investigación del CAPSBE, Antoni Sisó-Mirall, ha destacado el esfuerzo extraordinario de la atención primaria durante la pandemia porque han detectado más del 80% de casos de covid y han hecho el seguimiento de pacientes y contactos. Eso pero ha producido un «desplazamiento» en la atención y el registro del resto de enfermedades.
Hay otras patologías que no observaron este descenso tan significativo, como por ejemplo el ictus, el infarto o algunos cánceres. También se observó un aumento de los trastornos mentales.
Sisó ha apuntado que los resultados del estudio han servir para que los planificadores sanitarios dirijan los recursos «allí donde en este momento hacen más falta», la atención primaria. Ha añadido que el objetivo no es sólo atender todo el que no se ha podido atender en el último año sino también para atender futuras pandemias.
El trabajo se ha publicado a 'Annals of Family Medicine'.