Ferrer ha destacado que, a diferencia de la noche anterior, en principio no tienen constancia de heridos por arma blanca. El sábado de madrugada hubo varios apuñalamientos durante el macrobotellón en la avenida Maria Cristina. Los atendidos de esta madrugada del domingo han sido, sobre todo, por casos de intoxicaciones etílicas, golpes o cortes de botella, según ha dicho el director de los Mossos.
Pere Ferrer ha valorado positivamente el dispositivo conjunto de Mossos y Guardia Urbana, que permitió evitar que se repitieran los disturbios en la zona de la Feria de Barcelona. Aunque ha dicho que no ve con buenos ojos que los macrobotellones se desplacen a la playa, sí que ha admitido que la zona «es más gestionable desde el punto de vista del orden público». «A Maria Cristina estás encajonado, y no es un espacio de trabajo fácil para dar una respuesta, por eso se blindó», ha afirmado.
El director de los Mossos ha asegurado que esta madrugada una «enorme parte de la gente estaba de manera ordenada en la playa en pequeños corros». Hacia las tres y media, ha llegado un grupo «pequeño» de entre 20 o 30 personas con capacidad de arrastrar a otras personas que ha empezado a cometer delitos. «Son delincuentes», ha dicho Herrero, preguntado por estos grupos.
Ferrer ha afirmado que los macrobotellones en sí no son un problema de orden público, sino de incumplimiento de las ordenanzas, y que actuar o no depende de las circunstancias.
Para el director de los Mossos, el problema llega cuando las fiestas «se van degenerando y hay comportamientos que sí que son delictivos», como los destrozos o los saqueos. La prioridad de la policía, ha dicho, es evitar precisamente estos hechos penales. En este contexto, la acción policial «tiene que ser ponderada» para evitar una escalada de los disturbios.