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Policial

Los Mossos hacen público el protocolo de los proyectiles de foam

El documento explica que se pueden disparar sin aviso previo y a las extremidades

Un agente de los Mossos d'Esquadra dispara una bala de foam en el marco de los disturbios por el encarcelamiento del cantante Pablo Hasel.

Los Mossos hacen público el protocolo de los proyectiles de foamACN

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Los Mossos d'Esquadra han hecho público un resumen del protocolo de uso de los proyectiles de foam por parte de los antidisturbios. Se establece que la herramienta se tiene que utilizar bajo los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad. Los proyectiles pueden ir de los 5 a los 50 metros de distancia, se tienen que disparar por debajo del abdomen, por orden de un superior y después de que los manifestantes hayan sido avisados. No obstante, hay tres excepciones: se puede disparar sin avisar si hay alteraciones de la seguridad ciudadana con armas u otros medios de acción violenta, sin orden previa en casos de extrema necesidad con peligro muy grave para personas o bienes, y se puede disparar a las extremidades si el objetivo tiene un objeto arrojadizo, contundente o arma blanca.

Según el documento de los Mossos, fechado el viernes pasado, el arma está diseñada para «el uso menos lesivo de la fuerza». Es una herramienta policial más para casos en que es necesario un «uso transversal o progresivo de la fuerza para controlar la situación y hacer que esta vuelva a la normalidad». En general, dice la policía catalana, se pueden utilizar en situaciones que comporten: desórdenes públicos graves y con peligro inminente para personas, policía y bienes inmuebles; para neutralizar conductas violentas individualizadas que pueden provocar lesiones a personas o daños en bienes; riesgo para la integridad física de terceras personas; o situaciones peligrosas para la seguridad ciudadana.

El modelo de la Brimo es el Brugger&Thomet BT-GL06, y utilizacartuchos del calibre 40x46 «especialmente diseñado para el uso menos lesivo de la fuerza». Las municiones que pueden utilizar principalmente por parte de los Mossos son «de impacto, de corta y larga distancia para neutralizar o controlar una situación», conocida como foam. La corta distancia son de 5 a 25 metros y la larga distancia va de los 20 a los 50 metros. También pueden disparar fumígenos, que son artificios de humo, o gas CS y OC, los dos para dispersar personas.

En el caso del lanzamiento de foam, «se tiene que disparar del abdomen hacia abajo», pero «si la persona tiene un objeto arrojadizo, contundente o arma blanca, se puede dirigir a las extremidades». Para disparar gases y humos se tiene que recibir una orden directa, que tiene que indicar el sector al que se tiene que dirigir el tiro.

Antes de utilizar el arma, los Mossos dicen que «siempre que sea posible se debe de haber agotado las vías de diálogo y mediación previas». También habrá que avisar a las personas de que se hará uso de la herramienta, pero la comunicación previa no será obligatoria cuando, en el caso de una manifestación o concentración, se produzcan «alteraciones de la seguridad ciudadana con armas o cualquier otro medio de acción violenta», citando la conocida como 'ley mordaza' de protección de la seguridad ciudadana del 2015 y la ley de libertad de reunión de 1983.

En cada servicio, el mando del equipo designa un agente para poder disparar. Las personas autorizadas a disparar reciben formación en la Escuela de Policía de Cataluña para prevenir y neutralizar situaciones de riesgo para personas y bienes, se les refuerza la formación en el ámbito penal y el marco legal del orden público, se les enseñan técnicas policiales de orden público y situaciones de riesgo, técnicas de tiro y armamento, gestión emocional y asistencia sanitaria urgente.

«Como norma general hace falta la autorización expresa de la persona que ejerce el mando del equipo o del dispositivo», afirma el documento. Pero «excepcionalmente, y en casos de extrema necesidad con peligro muy grave para las personas, para los mismos agentes de policía o para los bienes, se podrá utilizar sin autorización de la persona que ejerce el mando superior inmediato». En este último caso hay que informar, lo más pronto posible, del uso, las circunstancias que han provocado la necesidad del uso y los resultados de la intervención.

Una vez se han usado, las lanzadoras permiten la trazabilidad y control posterior. A cada escopetero y mando se les pide que informen del número de proyectiles que se han disparado en cada intervención, el tipo de proyectil, hora y lugar lo más exacto posible de la utilización e incidencias posibles detectadas.

Todo este protocolo se basa en la ley de creación de los Mossos d'Esquadra de 1994, la de ordenación del sistema de seguridad pública de Cataluña del 2003, la ley de transparencia del 2014 y el decreto de transparencia en el 2021, además del protocolo de reparación del daño e indemnización a las víctimas policiales, del 2014, el Código de Ética de los Mossos del 2015 y la resolución del Parlament de Catalunya que prohibió el uso de bolas de goma. Por otra parte, las disposiciones internas del cuerpo que regulan el uso del foam no se hacen publicas por razones de seguridad, pero son una instrucción del 2008 sobre el uso de armas de fuego por parte de los agentes, una del 2013 sobre el uso de armas y herramientas policiales y la del 2014 que la modificaba, una del 2014 sobre el establecimiento del número operativo policial (NOP) en la Brimon y las ARRO, y una del octubre pasado que modificaba el NOP para hacerlo aún más visible.

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