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La otra cara de la pandemia: empresas que multiplican facturación y ya piensan en expandirse

La creación de soluciones médicas en la covid-19 o la apuesta por la entrega a domicilio han sido las fórmulas de más éxito

Dos trabajadores del grupo Freshperts en el local que la empresa tiene en la ronda General Mitre de Barcelona.

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La crisis de la covid-19 ha afectado de forma negativa a prácticamente todos los sectores de la economía catalana, que en 2020 ha registrado una caída histórica del 11,4% del PIB. A pesar de todo, la pandemia también se ha convertido en una oportunidad para algunos negocios, que han visto cómo su facturación crecía a ritmos sin precedentes. En plena crisis, algunas han multiplicado plantilla y otras ya piensan incluso en expandirse hacia nuevos mercados. Sin duda, los grandes beneficiados han sido aquellos negocios especializados en la creación de soluciones médicas para hacer frente a la covid-19 o empresas de base tecnológica, aunque también hay ejemplos en sectores gravemente afectados, como la hostelería.

La restauración ha sido uno de los grandes perjudicados por la crisis de la covid-19. Las restricciones en el sector han motivado las quejas de la mayor parte empresarial, que ha visto cómo la falta de ayudas ha comprometido la supervivencia de los negocios.

Según la última Enquesta Covid-19 a les empreses, publicada este mes de marzo por la Cambra de Comerçde Barcelona, la pandemia ha afectado de forma negativa al 95% de los negocios vinculados a la hostelería en Cataluña, un porcentaje muy superior al resto de sectores. Según el mismo estudio, el 65% de los establecimientos creen que la recuperación enla restauración tardará más de un año enllegar, mientras que uno de cada diez asegura que, tarde o temprano, se verán obligados a cerrar.

Pero entre el pesimismo generalizado en el sector, hay excepciones. Es el caso de Freshperts, un grupo de restauración fundado el año 2012 con sede en Barcelona que se encarga tanto de la preparación de la comida como de la entrega a domicilio. La empresa –que agrupa las marcas Sushifresh, Boko, Fish&Greens, Takotako y Rainbowls- dispone de dos cocinas multimarca, una de ellas en la ronda General Mitre de Barcelona y, después de crecer durante la pandemia, ya tiene previstas tres nuevas aperturas en la capital catalana. El grupo cerró el último ejercicio con una facturación de 5 MEUR, un 11% más con respecto al año anterior, y disparó sus ventas a través del canal online.

«En unos pocos meses hemos crecido lo que esperábamos crecer durante los próximos años», celebra la fundadora y actual consejera delegada de Freshperts, Sara Serantes. Para esta directiva, la clave de todo fueron precisamente las restricciones. «Nuestro modelo de negocio estaba especializado en servir comidaa domicilio partiendo de una base 100% tecnológica; es cierto que al principio de la pandemia había incertidumbre, pero las restricciones a la movilidad sólo potenciaron que la gente se quedara en casa e incrementara la demanda a domicilio», explica.

Precisamente justo una semana antes que de estallara el estado de alarma, Freshperts lanzó su aplicación móvil, un proyecto que llevaba trabajando desde hacía meses y que ha acabado acelerando las ventas. En nueve meses, la plataforma ha sumado más de 30.000 clientes y la línea deliveryha incrementado un 46% sus ingresos. «Actualmente, el 66% de toda nuestra facturación ya proviene de la aplicación, y eso para nosotros es un éxito rotundo», observación Serantes.

Aunque la pandemia también ha obligado al grupo a cerrar otras líneas de negocio –tenía un servicio de comida para hoteles, por ejemplo-, la empresa afronta el futuro con optimismo. De hecho, más allá de las tres aperturas previstas en la capital catalana, también tiene intención de expandirse hacia otros puntos del Estado a partir del segundo semestre.

Los respiraderos y la digitalización

Por otra parte, las empresas especializadas en la digitalización o las tecnologías de la información y la comunicación han sido algunas de las más beneficiadas por la pandemia. Este es el caso de Protofy. A mediados de marzo de 2020, coincidiendo con la primera ola de coronavirus en el Estado, la compañía impulsó los respiraderos de emergencia OxyGEN para dotar los centros sanitarios de material para combatir el virus. La propuesta obtuvo la autorización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) aprincipios de abril y despertó el interés de grandes empresas como Seat, que empezaron a producir respiraderos a gran escala.

«Decidimos empezar este proyecto y nos pusimos a ciegas. De hecho, no sabíamos si la empresa sobreviviría», reconoce el cofundador de Protofy, Ignasi Plaza. La apuesta les salió bien y, un año después, ha duplicado la facturación y la plantilla, hasta 18 empleados. Para el 2021, prevé duplicar otra vez la cifra de negocio.

«La suma de confianza que tienen las empresas en nuestra metodología ha hecho que ahora los proyectos puedan ser mayores, de más largo plazo y puedan acabar aportando mucho más valor añadido», reconoce Plaza.

El éxito del OxyGEN ha hido acompañado de la apuesta de las empresas por la digitalización. «Las compañías se han dado cuenta de que, si quieren seguir creciendo, es el momento de innovar», explica el cofundador de Protofy. Con todo, la empresa también ha triplicado el número de proyectos y ha pasado de hacer dos al mismo tiempo a seis.

Arrancar un proyecto en plena pandemia

Durante el año 2020, en Cataluña se crearon 15.020 empresas, un 17,19% menos con respecto al ejercicio anterior. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se trata de la peor caída de los últimos doce años. A pesar de la fuerte bajada, buena parte de los nueve proyectos se constituyeron después del estado de alarma. Uno de ellos fue Biohana, que se dedica a venta de fundas de móvil y fundas para auriculares elaboradas a partir de materiales biodegradables. La idea la impulsaron Alex Wilke y Aina Rousaud, dos estudiantes de segundo de bachillerato. «Con la pandemia, creímos que era mejor ponernos a trabajar en un proyecto que nos permitiera no hablar sólo de la covid-19», comenta Wilke. A finales de julio todo empezó a coger forma y, aprincipios de septiembre, ya lanzaron la página web.

«El tema de la pandemia nos ha beneficiado un poco, porque hemos ganado en visibilidad y el comercio online no ha parado de crecer», explica Wilke. No obstante, este emprendedor también destaca que tanto él como su socia tuvieron que hacer frente a algunas dificultades a raíz de la covid-19. «Buscar proveedores en plena pandemia ha sido difícil, y más cuando estamos hablando de un proyecto nuevo y de riesgo impulsado por dos jóvenes», apunta.

A pesar de todo, se sienten satisfechos del trabajo hecho hasta ahora –afirman que tuvieron un nivel de ventas que les animó a seguir- y confían en ir creciendo poco a poco. Sobre todo, sin embargo, quieren dejar claro cuál es su objetivo. «No sólo queremos centrarnos en las ventas, sino sobre todo enconcienciar a la gente sobre la importancia de preservar el medio ambiente», concluye Wilke.

Otra de las compañías que ha empezado a operar en plena pandemia es AEC Vida, encargada de distribuir y aplicar una solución capaz de desinfectar superficies durante un año con una sola aplicación. Oficialmente, la empresa se constituyó en junio del 2014, pero aquel mismo año decidieron paralizar la actividad a la espera de una situación «más oportuna» para empezar a distribuir el producto.

«Este momento llegó a raíz de la pandemia», asegura el director gerente de la compañía, Joan Llopart. En abril del año pasado, AEC Vida decidió iniciar la actividad para dar respuesta a la necesidad de productos desinfectantes y el aumento de la concienciación por parte de la población.

Sin embargo, la empresa todavía no ha podido empezar a operar en Cataluña por las «trabas burocráticas». Hasta ahora, la compañía ha intentado -sin éxito- inscribirse en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Plaguicidas (ROESP) de la Generalitat como comercializadora y aplicadora. «Nos tendría que haber ido fantásticamente, pero consideramos que todavía no nos han dejado empezar», lamenta Llopart.

La empresa ha cerrado 2020 con una facturación de 30.000 euros provenientes de su actividad en Andorra y, de cara el próximo año, prevé empezar a trabajar en Cataluña y aumentar de manera exponencial la cifra de negocio. «Este producto es para todos los sectores», afirma el director gerente de la empresa.

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