En la resolución de la Ponencia Ambiental en que ha tenido acceso ACN, el organismo señala que la afectación a la especie protegida es un elemento determinante y «insalvable». Así, recuerda que el águila cuabarrada es una especie altamente vulnerable al riesgo de colisión con los aerogeneradores y conductores aéreos, y también al riesgo de electrocución en líneas eléctricas.
El análisis de la localización establece que siete de los nueve aerogeneradores previstos estaban dentro del nivel Kernel 95% y los otros dos dentro del Kernel 99%, que es el parámetro que define el espacio vital de las aves. De acuerdo con los criterios establecidos, son incompatibles los molinos que queden dentro del Kernel 95%, que están a menos de seis kilómetros del sector de cría, mientras que los otros dos serían sólo compatibles con medidas compensatorias.
La instalación preveía un parque con una potencia de 49,5 MW y aerogeneradores con una altura de 118 metros y un diámetro de rotor de 163 metros, con lo cual la punta de altura máxima sería de 199,5 metros. Se habrían ubicado en las zonas de la Muntanya de Ferreres, el Puig Jugador, les Planes de Ferreres, el Collet de Mas Fonoll, el Puig de Mas Fonoll y las proximidades del Turó de Sant Joan.
La subestación se proyectaba también dentro de este municipio del Alt Penedès y la línea de evacuación tenía que recorrer otros municipios de la comarca como Torrelles de Foix, Sant Martí Sarroca, Pacs del Penedès, Vilafranca del Penedès y Olèrdola. Todo, hubiera comportado una inversión por contrato del parque eólico de casi 68 millones de euros.