Paralelamente, se mantiene el cribado a los profesionales que trabajan en una residencia de personas mayores o vivienda de personas con discapacidad, con una periodicidad semanal independientemente del riesgo de rebrote. En el caso de encontrar un caso positivo en algún trabajador, se ampliará el cribado con PCR a todas las personas residentes. También se refuerzan las medidas de prevención, seguridad, higiene y ventilación de las residencias, así como también medidas para garantizar la seguridad de los circuitos de lavandería, de residuos y de cocina.
Además, para dar respuesta efectiva a los brotes en el ámbito residencial, se activa un Equipo de Intervención Rápida Territorial que es el encargado de establecer un sistema de gestión de flujos por si hay que hacer derivaciones o bien un refuerzo en la atención primaria o desde un centro de atención intermedia de referencia.
Con respecto a las visitas, las residencias verdes y naranjas seguirán facilitando un mínimo de una visita semanal mientras que las que se encuentren en rojo tendrán que facilitar herramientas telemáticas a fin de que el residente y la familia se puedan comunicar de forma ágil. Otro de los cambios es que en un periodo de 15 días revisables, se suspenden las salidas cortas, es decir, de menos de tres días, de los residentes.
Este plan se desarrolla en paralelo a toda la estrategia de vacunación contra la covid-19.