Fuentes de la mitad del ejecutivo que controla JxCat aseveran que nada hace pensar que la situación sanitaria y epidemiológica haya mejorado a finales de enero -cuándo empezaría la campaña electoral- ni tampoco a mediados de febrero. Los datos, pues, no son nada positivas, de manera que el ejecutivo asumirá su responsabilidad y propondrá a los partidos el aplazamiento electoral. Antes, sin embargo, el Gobierno y los partidos que forman parte trabajarán para encontrar un consenso.
Las mismas voces también indican que, en caso de retraso electoral, la nueva fecha se situaría a finales de primavera: entre mayo y junio. Se calcula que entonces ya se habría acabado la tercera ola, y se espera que la situación sanitaria y epidemiológica sería mejor, y más propensa a celebrar las elecciones en el Parlament.
Además, desde Junts también constatan que la situación es, en parte, culpa de la «represión» del Estado, e insisten que las dificultades para poner las urnas son consecuencia de la inhabilitación del expresidente de la Generalitat Quim Torra.
Desde la mitad del Gobierno que controla ERC aseguran al ACN que el posicionamiento que tome el ejecutivo será conjunto, tanto por parte de los republicanos como de JxCat. Además, reiteran que su primera opción será siempre buscar el consenso de los partidos en la reunión del viernes, y optar por la solución que pueda salir.
Las mismas fuentes han explicado que hay que asegurar «lo mejor» para el proceso electoral, y que los escenarios que se prevén para mediados de febrero no son positivos: «Esperaremos al viernes», han insistido. También han criticado el posicionamiento del PSC de querer mantener las elecciones, por verlo electoralista.
Finalmente, los republicanos han asegurado que, si el Gobierno decide aplazar los comicios, ERC se sumará. A pesar de todo, han destacado que el país está a punto para celebrar las elecciones el 14-F. Han admitido, sin embargo, que lo que daría más seguridad a los electores y ayudaría a la participación sería aplazarlos.