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La pandemia genera un tapón de manuscritos en las editoriales, que ya trabajan en las publicaciones del 2022

Algunas empresas cierran la admisión de originales y retrasan la respuesta a los autores

Imagen de archivo del interior de una librería.

La pandemia genera un tapón de manuscritos en las editoriales, que ya trabajan en las publicaciones del 2022ACN

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La pandemia ha generado un tapón en la publicación de manuscritos en las editoriales catalanas, la mayoría de los cuales, ha pospuesto la llegada de volúmenes a las llibreres. Así lo constatan a la ACN una decena de sellos, que también reconocen que han tenido que retrasar la respuesta a los autores de los textos. En algunos casos, como el de Periscopi o Males Herbes, incluso tienen cancelada la admisión de manuscritos. Las empresas avanzan que tienen cerrado el plan editorial para el 2021 y ya trabajan en el del 2022 y, algunos como Anagrama, incluso en el del 2023. Todas las editoriales coinciden al apuntar que han recibido un alto número de libros sobre el coronavirus, tanto de ensayo como de ficción, aunque son contrarias, por ahora, en publicar sobre la temática.

La pandemia de coronavirus y el estado de alarma obligó en las editoriales a cancelar las publicaciones previstas en un momento álgido para el sector como Sant Jordi, que tuvieron que posponerse el mismo año o en el 2021. Como recuerda Glòria Gasch, editora de Columna, los libros previstos para publicar quedaron confinados y a partir de entonces, reconoce, «todo fue una cadena». La editora cree que es una situación «atípica» que ha obligado a rehacer todo el plan editorial y a reprogramarlo todo.

Desde Ara Llibres y Amsterdam, admiten que el contexto ha hecho que se aplacen las novedades, se replanteen la programación de algunos títulos y que se espacio un poco más la publicación. En la misma línea, Males Herbes admite que se ha producido «un tapón» porque se ha sido un par de meses sin publicar y lo que tenía que salir entre en marzo y en mayo «quedó congelado y se ha desplazado». Sin ir más lejos, por ejemplo, publicaron en el mes de junio cuándo no lo hacen habitualmente.

Aumento de los manuscritos recibidos

Una de las consecuencias también de esta situación es que las personas han tenido más tiempo para escribir y, consiguientemente, las editoriales han recibido muchos más originales. Anagrama cree que ha habido un crecimiento de presentación de originales «notable» y ponen como ejemplo el Premio Herralde de novela del 2019, que recibió 700 originales la edición anterior, mientras que en el actual, ha llegado a los 900. El premio catalán -que se abría en septiembre- pasó de 30 a 80.

Columna también ha recibido más manuscritos. Por el contrario, admite Gasch, las respuestas de la editorial a los autores se han retrasado: «No podemos responder con poco tiempo, al contrario, si antes respondíamos con dos meses, ahora tardamos unos seis y tenemos que dar prioridades a los autores que tenemos contratados, algunos de los cuales, que ya han entregado su manuscrito».

Eulàlia Pagès, de Pagès Editors, cree que eso ya es anterior a la covid-19 y que están reciben manuscritos de mucha gente que se están iniciando en la escritura, un proceso que vincula a las escuelas de escritura. Pagès asegura que «claramente» hay un atasco de originales y que responden a muchos autores que algunos libros tendrán que esperar un año a ser publicados.

Desde Males Herbes, Ramon Mas asegura que se ha disparado la recepción de originales y que la gente se ha dedicado a escribir o acabar cosas que tenían. «Desde el verano que no paramos de recibir originales, cuando tenemos la recepción cerrada, pero a la gente las envía igualmente». Cada día, añade, reciben un manuscrito, cuando normalmente recibían a uno a la semana.

Por su parte, Sandra Ollo, directora y editora de Quaderns Crema, explica que recibieron «muchísimos» manuscritos, especialmente entre los meses de junio y octubre, una gran parte de los cuales son de autores de la editorial, que estaban trabajando en sus textos.

En el caso de Periscopi, desde antes del confinamiento ya recibían muchos originales hasta el punto que se retrasaban mucho con las lecturas, las valoraciones y la respuesta a los autores. Por eso, decidieron cerrar la admisión de originales de forma provisional y no lo han vuelto a abrir. Sin embargo, como apunta Aniol Rafel, todavía hay autores que les envían manuscritos que se los responden que no lo pueden valorar porque tienen cerrada la admisión de manuscritos.

Un caso diferente es el de Ara libres i Amsterdam, que no ha detectado que haya un gran aumento de recibimiento de manuscritos. Joan Carles Girbés, su director editorial, lo circunscribe al hecho de que tradicionalmente han trabajado desde una actitud propositiva. «La gran mayoría de los libros los pensamos y diseñamos y los proponemos a un autor», precisa.

Cambios en los planes editoriales

La situación ha hecho que las editoriales tengan casi cerrado el plan editorial del 2021 y piensen ya en el del 2022. «Nunca está cerrado del todo, pero hay muchos libros que han pasado del 2020 al 2021», asegura la editora de Columna. En este sentido, Gasch advierte que no se pueden publicar más libros. «La sobreproducción no tocaba antes y no toca ahora», reflexiona.

«Tal vez nos tenemos que replantear el ritmo y el aplazamiento de publicaciones hace que haya un pequeño tapón», dice Obiols, que admite que ya tienen cerrada la programación de 2021 y la de 2022 prácticamente también y ahora miran nuevos libros para el año 2023.

Desde Comanegra, Joan Sala reconoce que entran más manuscritos que nunca, pero que no de manera exagerada. «Nosotros ya dijimos que de la segunda parte del año editaríamos la mitad de lo previsto y son libros que han pasado al 2021». El editorial trabaja en las publicaciones del 2022.

Coronavirus como temática

Otra de las consecuencias de la pandemia es la apuesta por la temática sobre el coronavirus, no sólo en el terreno del ensayo, sino también en las novelas. Las editoriales coinciden al señalar qué son contrarias a publicar libros de ficción sobre la covid-19. La gente necesita desconectar. ¿Con los problemas económicos, de trabajo, de salud y, en algunos casos, habiendo tenido la desgracia de tener un familiar afectado o muerto, crees que alguien quiere abrir un libro y leer al respecto? Yo creo que no», asegura la editora de Columna.

«El ámbito de la ficción requiere mucho más tiempo de cocción, de digerir las cosas y analizar los efectos que tienen el presente», añade Girbés. El director editorial de Ara Llibres y Amsterdam hace énfasis en el hecho de que uno de los libros del editorial que más vendió es 'Dones valentes' de Txell Feixas, a pesar de publicarse en el inicio de la crisis sanitaria. «Fue interesante ver que estamos confinados y estábamos sufriendo toda la temática en torno al virus y la gente quería leer un libro que le habla de la situación de las mujeres en el Oriente Medio. A veces pensamos que la temática que impera a la actualidad es la que impera en los libros que leemos y a veces no es así», concluye.

Anagrama recibe obras tanto de ficción como de no ficción sobre la pandemia, con propuestas de dietarios escritos durante el confinamiento o «reflexiones de corte filosófico de que significa el cierre». «Aquello que nos temíamos está pasando», señalan desde Males Herbes, al verse incrementado los manuscritos sobre la pandemia.

Desde Comanegra tienen claro que no publicarán nada sobre el confinamiento y la pandemia porque «es muy prematuro. Quizás de aquí diez años querremos, pero ahora es muy poco atractivo y no es ni sano leer sobre una cosa que estamos viviendo», insiste Sala.

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