Según la entidad, la pandemia de la covid-19, con los meses de confinamiento, el aislamiento social y la restricción de movilidad, ha «agravado» la situación de violencia y «ha incrementado la intensidad» de las agresiones hacia las mujeres, pero también contra sus hijos. Aun así, observa Cruz Roja, las denuncias han disminuido un 10,3% con respecto al mismo periodo. Desde la organización humanitaria, sin embargo, se ha constatado un aumento de mujeres mayores que «por primera vez se han atrevido a denunciar esta situación».
En este contexto, la Cruz Roja ha intensificado los proyectos para dar apoyo a este colectivo de forma integral y complementaria, tanto durante el periodo de confinamiento como durante los meses posteriores.
Por una parte, se han reforzado los talleres de apoyo psicosocial para proporcionar modelos positivos de crianza y acompañamiento a mujeres víctimas de violencia y a los niños y adolescentes a cargo que han sufrido esta situación. De la otra, a través de la iniciativa 'Creando ilusiones', se han promovido actividades de ocio terapéutico para mejorar la relación de «marentalitat positiva», fortalecer el vínculo materno-infantil y contribuir a la recuperación emocional de los niños a raíz del padecimiento generado por la violencia de género.
Además, desde Cruz Roja Joventud se ha puesto en marcha la campaña 'No todo se vale' para sensibilizar sobre la violencia contra las mujeres y facilitar herramientas para detectar conductos violentas. La propuesta pretende difundir, a través de redes sociales, situaciones en las cuales se naturalizan o invisibilizan conductos que sí que son agresión sexual y/o violencia en el seno de una pareja, y que, por el hecho de serlo, el patriarcado ha asumido como naturales.