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Patrimonio

Las obras de una carretera permiten descubrir un edificio medieval de cobro de tributos en la Garrotxa

Se trata de una casa fuerte donde también se han encontrado dos esqueletos de individuos jóvenes

Los muros conservados de la casa fuerte en Fares.

Las obras de una carretera permiten descubrir un edificio medieval de cobro de tributos a la GarrotxaACN

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Las obras de mejora de la C-66 han permitido localizar los restos de una casa fuerte medieval al vecindario de Fares de Sant Ferriol (Garrotxa) de entre el siglo IX y el XIII. Su localización era desconocida hasta ahora si bien había documentación de la época de un lugar donde se cobraban tributos para ir de Besalú a Banyoles. «Es un edificio de mucha entidad», remarca Cristina Belmonte, coordinadora de la excavación. Los sondeos indican que el edificio tiene 500 m2 si bien la parte de la carretera en obras que se ha tenido que desviar afecta a una zona anexa. En este punto también han aparecido dos esqueletos de individuos jóvenes que habrá que estudiar. En Serinyà, las mismas obras en la carreta han sacado a la luz tres silos ibéricos y cerámicos del siglo I y III a.C.

Descubrimiento importante en el vecindario de Fares de Sant Ferriol (Garrotxa) con la localización de los restos de una casa fuerte medieval durante las obras de mejora de la C-66. Los trabajos arqueológicos de prevención se han centrado en la zona afectada por la carretera, un tramo del cual se ha tenido que desviar para no afectar a los restos. Se ha hecho una primera delimitación y se ha constatado que las estructuras están en «bastante buen estado» y que es un edificio «de mucha entidad».

Según Cristina Belmonte, arqueóloga de la empresa IPAT Servicios Culturales, el edificio hace unos 500 m2 y es de planta cuadrada. «La localización es un elemento importante» ya que hasta ahora había quedado oculto por la vegetación. Según la coordinadora, se veía que había una colina pequeña en la zona pero con la limpieza y retirada de tierras han aparecido paredes de hasta 2 m de alto y una anchura de entre 50 y 60 cm, «muros de mucha entidad atados con mortero de cal».

La zona afectada por la carretera, sin embargo, son unas estructuras anexas al edificio donde también han aparecido tres silos y cerámicas que fechan entre los siglos IX y XIII. Hace una semana, además, los sorprendió un espacio de entierro con dos esqueletos de individuos jóvenes que se estudiarán más a fondo para conocer la época y las posibles causas de muerte. Los cuerpos han aparecido al lado de la casa fuerte y muy lejos de la zona del cementerio de la iglesia de Santa Maria de Fares que también queda junto a la carretera.

Basándose en la documentación de la época, los arqueólogos creen que se trataría de una casa fuerte donde se cobraban tributos para ir de Besalú a Banyoles. En algún documento también se habla de un edificio con dos torres pero este es un dato que no se ha podido confirmar con esta primera prospección. Una investigación que desde el Ayuntamiento de Sant Ferriol creen que se tendrá que hacer más adelante y con el apoyo de las administraciones porque son un municipio pequeño. «Una vez identificado todo, se volverá a tapar a la espera de poder hacer más excavaciones y tratar de restaurarla a largo plazo», ha explicado el alcalde, Albert Fàbrega.

En la zona también hay uno lavador del siglo XIX-XX donde todavía hay agua que también se conservará.

Silos ibéricos en Serinyà

Unos kilómetros más allá, ya en el municipio de Serinyà (Pla de l'Estany), las obras de la C-66 han sacado a la luz un conjunto de silos ibéricos. De momento han aparecido tres y no se descarta que salgan más. «Es un campo de silos donde se guardaba el grano», detalla la responsable de los trabajos y arqueóloga de IPAT Servicios Culturales, Roser Arcos. En su interior se han recuperado cerámicas de los siglo III e I a.C, que van desde finales de la época íbera hasta los inicios de la romanización en la península. Se han encontrado restos de ánforas, fragmentos de utensilios de cocina y de vajilla de paredes finas. Una vez los silos ya no se utilizaban para guardar cereales, servían también para tirar material que hasta hoy se ha preservado y que permite fechar los restos arqueológicos.

Los trabajos arqueológicos se alargarán todavía una o dos semanas.

Uno de los esqueletos en la zona de excavación de Fares.

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