Diari Més

Una Pascua marcada por la covid-19: monas a domicilio, cursos online para hacerlas en casa o llamamientos a aplazar la fiesta

El sector prevé pérdidas de hasta el 50% y propone aprovechar la segunda Pascua para volver a celebrar la fiesta

Una mujer y una niña, a punto de entrar en una pastelería de la calle Comte de Rius de Tarragona.

Una Pascua marcada por la covid-19: monas a domicilio, cursos online para hacerlas en casa o llamamientos a aplazar la fiestaACN

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Unas 200 pastelerías de toda Cataluña ofrecerán la mona a domicilio para garantizar que, a pesar de la crisis del coronavirus, la fiesta se celebre. Aunque es difícil hacer previsiones porque muchas pastelerías han bajado la persiana, desde el Gremio de Pasteleros calculan que las pérdidas subirán hasta el 50% y, por eso, también proponen aprovechar la segunda Pascua, el 1 de junio, para volver a celebrar la fiesta. «Ahora será más familiar, entre padres e hijos, y después con los padrinos, como se ha hecho siempre», explica Olivier Fernández, gerente del Gremio.

Algunos pasteleros optan por soluciones imaginativas, como cursos online para hacer monas caseras, mientras otros potencian la venta online y, los que no pueden, cierran o abren con limitaciones.

Fernández admite que ya se sabe que se venderá menos, porque, al gran número de establecimientos que seguirán cerrados, también está la incertidumbre sobre la cual acabarán haciendo a los clientes.

El sector hace días que vive momentos complicados, ya que aunque pueden abrir, las ventas ya han caído entre un 20 y un 25%. Ahora, a eso, se suma el hecho que la mona de Pascua, una de las citas más importantes, este año se tendrá que celebrar de forma diferente.

Salvador Pèrez, de la pastelería El Cigne de Manresa, explica que la crisis del coronavirus ha llevado al sector a «reinventarse». En su caso, dice, han optado por activar la venta online para que los clientes puedan escoger las monas en la web y se ahorren desplazarse hasta la pastelería. De momento, del reparto se hará cargo los mismos.

Paralelamente, en el establecimiento ya exponen algunas de las variedades de las cuales disponen, especialmente figuras de chocolate. Según Pèrez, la comanda del chocolate la habían hecho mucho antes de que estallara la crisis del coronavirus y adquirieron una tonelada. Aprovechando que estos días el trabajo en la pastelería ha bajado, ya han empezado a elaborar las figuras. Los pasteles, sin embargo, no los harán hasta Semana Santa.

Monas a domicilio, en Mataró

Otra de las pastelerías que ha optado por la venta online de monas de Pascua es Sweet Dreams de Mataró. Su propietaria, la pastelera Laura Martín, explica que el negocio se tuvo que adaptar ya desde el principio de la crisis sanitaria para dar respuesta a la demanda de pasteles para familias que han continuado celebrado cumpleaños confinados y en petit comité.

«Ofrecemos un servicio a domicilio que no ofrecíamos hasta ahora y yo misma llevo los pasteles a casa de los clientes que nos piden», relata la pastelera mataronense. La dinámica será ahora la misma para hacer frente a la campaña de Pascua. A pesar de la alternativa, el ritmo de ventas no es, ni de lejos el de otros años.

Según Martín, hay menos encargos y de monas mucho más pequeñas que en otras campañas. La pastelera también prevé que se pierda una parte de cliente no habitual que normalmente hace el encargo cuando pasa por delante de la pastelería mientras pasea: «Nos compra sólo la gente que ya nos conoce», se lamenta.

Para favorecer esta venta online, Sweet Dreams se ha adherido con otras pastelerías del conjunto del territorio al canal en redes sociales que funciona de escaparate virtual de los establecimientos que ofrecen el servicio a domicilio. Es un proyecto que lidera la pastelería Rodella de Sant Celoni (Vallès Oriental) y que ya reúne una cuarentena de puntos de venta.

«Estuvimos hablando para ayudarnos entre los pasteleros y también para favorecer a que este año ningún niño se quede sin mona», relata Martín. A pesar del salto tecnológico del sector, la pastelera mataronense es consciente de que todas estas medidas son excepcionales y provisionales y duda de que puedan tener continuidad.

Ahora el obrador trabaja a media jornada y la producción es más baja, pero cuando vuelva a estar a pleno rendimiento ve difícil compaginarlo: «No sé si lo mantendremos porque o hacemos pasteles o los repartimos, todo no lo podemos hacer».

Buscando una brizna de optimismo, Martín cree que la crisis sanitaria hará tomar conciencia a todo el mundo del trabajo y capacidad de adaptación de negocios pequeños como el suyo. «En eso sí que habrá un antes y un después», asegura.

Cursos online, en Lleida

El Gremio de Panaderos de las Terres de Lleida calcula que este año no llegarán a vender ni la mitad de las monas que venden en una Pascua normal, que el año pasado fueron unas 180.000. La presidenta del gremio, Pilar Marqués, explica que los panaderos harán monas más pequeñas porque se entiende que no se podrá reunir tanta gente para comerlas.

En Lleida también habrá opción de compra online o presencial a las pocas horas del día que abren los establecimientos para «no sacar la ilusión a los más pequeños», según Marqués. Pero también habrá otras opciones: un pastelero de la ciudad, Jordi Pons, colgará en Internet un videotutorial para animar a las familias a hacer sus propias monas en casa.

Pons, que también es profesor de la escuela de Hostaleria, enseñará como hacer una mona en casa a través de una «pastelería sana y de calidad». Ante la situación excepcional, Pones propondrá el uso de ingredientes de proximidad o que ya se tengan, en casa como|cómo puedes de fruta en almíbar. El objetivo de la iniciativa, añade, es «fomentar el oficio».

De hecho, desde el Gremio creen que mucha gente optará por esta opción por el confinamiento, o simplemente dejarán de comer la mona. En este sentido, Marqués lamenta con resignación que por Pascua los panaderos «aprovechan para recuperar un poco» de caja, pero que este año no podrá ser.

En Tarragona piden hacer encargos

El Gremio de Artesanos Pasteleros de la demarcación de Tarragona garantiza que harán monas y figuras de chocolate para la clientela a pesar de la caída de entre el 75% y el 90% de las ventas. Eso sí, piden que las encarguen con antelación. Como legalmente podemos abrir, lo haremos. Y los que tengamos opción lo llevaremos a domicilio, pero no querríamos que la gente saliera ahora masivamente a comprar las monas. Hace falta que todo se haga con mucho cuidado», apunta al presidente del gremio, Josep Gonzàlez.

Los pasteleros artesanos de la demarcación vendieron unas 40.000 monas de Pascua el año pasado y son conscientes de que este año no podrán repetir la cifra. Por eso se suman a la petición que la Mona también se celebre coincidiendo con la Segunda Pascua. Según Gonzàlez, hay buena predisposición en la administración. «Si entre las dos fechas conseguimos vender la mitad del año pasado, nos daremos por satisfechos», concluye el propietario de la pastelería Conde.

Varios negocios de la demarcación se han apresurado a hacer promoción del servicio de entrega de monas a domicilio. La mayoría cuelgan fotografías de las figuritas que van produciendo a los perfiles a las redes sociales. Explican que ya se ocuparán de hacerlas llegar a domicilio y piden a la ciudadanía que se quede en casa. Algunos proponen hacer los pagos por Bizum –una aplicación que permite traspasar dinero, de cuenta a cuenta, de forma gratuita.

Unas 75.000 monas en Girona, la mitad que el año pasado

En Girona, muchos establecimientos están cerrados desde hace dos semanas pero se prevé que durante Semana Santa vuelvan a levantar la persiana. «Tenemos que salvar el negocio y la mayoría volverán a abrir, seguramente sólo las mañanas», detalla el presidente del gremio gerundense, Angel Garcia. Las monas representan más del 20% de facturación anual y son días muy importantes para hacer caja.

Garcia señala que hace muchos años las pastelerías ya llevaban los postres en casa, pero que después se dejó de hacer y ahora se puede reactivar. «Si lo podemos incentivar, se tiene que aprovechar», añade. El sector prevé vender la mitad de las monas que se vendieron el año pasado y llegar a las 75.000.

Otros pasteleros gerundenses, en cambio, creen que el confinamiento es incompatible con la tradición de vender y repartir monas. «La Pasqua es el primer gran encuentro de primavera entre los nuestros. Si ahijados y padrinos no se pueden encontrar para celebrar de forma conjunta esta tradición, no tiene ningún tipo de sentido pretender celebrarlo ahora como si no pasara nada», afirma Lluís Riera, de Cacao Pastelería de Olot, quien prefiere para celebrar la fiesta más adelante cuándo se pueda recuperar la normalidad.

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