Diari Més

La fiscalía califica de «golpe de estado» los hechos que se juzgan en el Supremo con «uso de violencia»

Javier Zaragoza acusa a Junqueras de hacer un «ejercicio de cinismo sin precedentes» cuando culpó al Estado de la falta de diálogo

Los fiscales Fidel Cadena y Javier Zaragoza durante una sesión del juicio del 1-O en el Tribunal Supremo.

Los fiscales Fidel Cadena y Javier Zaragoza durante una sesión del juicio del 1-O en el Tribunal Supremo.Pool EFE

Publicado por

Creado:

Actualizado:

La fiscalía ha empezado a exponer los informes finales en el juicio del 1-O y ha calificado de «golpe de estado» los hechos que se juzgan en el Tribunal Supremos. El fiscal Javier Zaragoza ha insistido en la rebelión y ha asegurado que «el carácter violento del alzamiento no implica la violencia grave ni armada». «No hacen falta armas y militares», ha añadido, asegurando que «se hizo uso de la violencia cuando hizo falta». Zaragoza ha asegurado que hubo un «ataque contra el orden constitucional» para intentar «derogar parcialmente la carta magna española» haciendo uso de «medios ilegales». En el inicio de su intervención, Zaragoza también se ha referido directamente a Junqueras, y ha dicho que es un «ejercicio de cinismo sin precedentes» culpar al Estado de falta de diálogo, como hizo el exvicepresidente en su declaración el 14 de febrero.

En su informe final, Zaragoza ha asegurado que los hechos se cometieron «como si fueran la crónica de un alzamiento anunciado» que «todos los españoles han conocido a través de la televisión». El relato del fiscal ha girado sobre la idea de que el otoño del 2017 hubo un «ataque contra la orden constitucional» con «uso de la violencia cuando fue necesaria» para defender la acusación de rebelión. La fiscalía, de hecho, ha remarcado que el discurso del rey del 3 de octubre fue de una «enorme profundidad» o que el artículo 155 «no se utilizó por un simple acto contra el orden público». Así, ha insistido en que hubo «un ataque contra el orden constitucional y no contra el orden público, que sería una sedición.»

Zaragoza ha dicho que lo que se juzga es «haber intentado liquidar la Constitución de 1978, instrumento básico de la convivencia que ha convertido a España en una democracia moderna y consolidada, haber atacado el orden constitucional mediante procedimientos ilegales, métodos coactivos y usando la violencia en los momentos que fue necesaria».

«No hay democracia sin respeto a la ley»

También ha criticado también el alegato de los acusados que esgrimían el derecho a la autodeterminación que, según el fiscal, no tiene «apoyo normativo ni nacional ni internacional», y ha negado uno de los «principales axiomas del independentismo» según el cual «la soberanía popular está por encima de la ley». Zaragoza considera que eso «entra mucho en la lógica de los nacionalismos populistas excluyentes e insolidarios que hoy nos invaden» y ha citado al Felipe VI para afirmar que «no hay democracia sin respeto a la ley».

Zaragoza ha argumentado que «la primera derivada de esta manipulación» pasa porque «votar no es delito, pero impedirlo por|para la fuerza sí». En este sentido, el fiscal ha defendido que «lo que se persigue es incumplir y desobedecer reiteradamente las resoluciones judiciales» y ha remarcado que, a pesar de la suspensión del TC y la orden del TSJC de impedir la celebración del referéndum, el Gobierno «mantuvo la convocatoria».

«No podemos aceptar que los que se sitúan fuera de la normalidad democrática tilden de antidemocráticos los elementos para restaurar la orden constitucional», ha añadido, «como si aquello antidemocrático fuera respetar y aplicar las leyes». Zaragoza ha dicho a los acusados que no se los pide que «renuncien a sus convicciones o ideales», al qué tienen «todo el derecho», pero «no los pueden imponer por canales antidemocráticos y usar la violencia en determinados momentos». Así, les ha «exigido» que «respeten las leyes y la convivencia y los derechos de los otros».

«Violencia pacífica no sostenible»

Zaragoza ha calificado septiembre del 2017 como «mes insurreccional» en Catalunya y ha cargado contra las defensas para intentar «pervertir el lenguaje». «Hubo violencia física e intimidatoria», ha asegurado, negando que sea «sostenible» un «nuevo concepto de violencia pacífica».

No hay «presos políticos»

El fiscal ha remarcado que no se criminaliza «ni la disidencia política ni el voto». «No se persiguen ideas ni opiniones políticas», ha asegurado, «no tiene nada que ver con la persecución o represión de proyectos políticas». También ha negado la existencia de «presos políticos» ni tampoco detenciones arbitrarias. En este sentido, ha cargado contra la resolución de la ONU que lo afirma y ha reprochado al grupo de trabajo que la elaboró no aceptó las alegaciones presentadas por parte del gobierno español. «Quizás la opinión podría cambiar si se tenía en cuenta que no se persiguen ideas ni opiniones, sino que el objeto del juicio es haber cometido hechos delitos como romper la orden constitucional, desobedecer reiteradamente el TC o enfrentar ciudadanos contra servidores de la orden o destinar fondos públicos para financiar actividades ilícitas», ha añadido.

También ha criticado las declaraciones de los acusados para considerar que «nadie quiere asumir responsabilidades» y que parecía que lo que había pasado en el 2017 en Catalunya era «una pesadilla». Según Zaragoza, se presenta el referéndum como una «simple consulta sin efectos jurídicos» y la declaración de independencia como algo «simbólico sin efectos jurídicos para no ser publicada en ningún sitio». «Como si a lo largo de la histórica la importancia dependiera de la publicación en un boletín oficial», ha manifestado. Para la fiscalía, los hechos que se produjeron entre septiembre y octubre fueron «incidentes en un mes insurreccional», que no encaja con la «legítima expresión de derecho a manifestarse, como sostienen algunos acusados.

Sànchez i Cuixart: «dinamizadores de la movilización popular»

Con respecto a la participación de la ANC y Òmnium Cultural, Zaragoza los ha calificado de «dinamizadores de la movilización popular» para asegurar que se pudiera votar y «impedir la actuación de las fuerzas y seguridad del Estado». El fiscal considera que «la movilización popular fue una de las armas imprescindibles para desarrollar todo el proceso» y sostiene que las entidades soberanistas «organizaron y protegieron» el 1-O.

Un juicio con «garantías»

Zaragoza también ha defendido que el juicio se ha celebrado con «garantías» y que ha sido «equitativo», y que las pruebas que se han podido ver «confirman uno por uno los hechos incluidos por la fiscalía en el escrito de acusación». También ha negado vulneración de derechos fundamentales. «La única violación de derechos civiles que se produce en Catalunya ahora es la que sufren estoicamente los que defienden la Constitución», ha manifestado.

tracking