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El fiscal acusa a Junqueras de ser «el motor principal de la rebelión»

Javier Zaragoza considera que el plan de los Mossos el 1-O fue «un montaje» para «simular» que se cumplía la orden judicial

Los fiscales Fidel Cadena y Javier Zaragoza, en una sesión del juicio del 1-O en el Supremo.

Los fiscales Fidel Cadena y Javier Zaragoza, en una sesión del juicio del 1-O en el Supremo.Pool EFE

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El fiscal Javier Zaragoza ha situado al exvicepresidente del Govern Oriol Junqueras al frente de la responsabilidad delictiva y cree que fue el «motor de la rebelión». En el informe final, ha recordado los hechos en los que estuvo implicado y ha subrayado que, a pesar de las advertencias de los máximos responsables de los Mossos en una reunión el 28 de septiembre, no desconvocó el referéndum a pesar de «la altísima probabilidad de incidentes violentos». También ha cargado contra la actuación de Joaquim Forn al frente de la Conselleria d'Interior y ha afirmado que estaba «informado» en todo momento del plan de los Mossos a través del propio mayor Josep Lluís Trapero. Según la fiscalía, trazaron el plan conjuntamente con el doble objetivo de «simular» que se cumplía el mandato judicial pero, al mismo tiempo, facilitar la celebración del 1-O. «Fue un montaje», ha dicho. Sobre el 20-S, ha dicho que Jordi Sànchez y Jordi Cuixart fueron «amos y señores» del orden público en Cataluña.

El fiscal Javier Zaragoza ha situado Junqueras como principal responsable de los hechos. «Ha venido empujando desde hace mucho tiempo para que la situación llegara a producirse», ha dicho Javier Zaragoza, que cree que tiene «liderazgo» en el proceso.

Ha detallado algunos de los momentos que, según la fiscalía, justificarían este protagonismo, entre ellos la firma de decretos de convocatoria del referéndum o la presentación de la pregunta. Y también ha subrayado el momento de la reunión con Trapero el 28 de septiembre cuando no atendieron, según el fiscal, las advertencias de los principales responsables de los Mossos de los incidentes que se producirían si se mantenía el 1-O.

«Estado mayor» del proceso

El fiscal se ha ayudado de anotaciones de la agenda 'Moleskine' decomisada a Josep Maria Jové, y ha dicho que Junqueras formaba parte de «el estado mayor» del proceso, en torno a quien «pilotaba» el plan para declarar la independencia. Ha situado en este «estado mayor» también a Raül Romeva, Marta Rovira o Carles Puigdemont. Y también ha remarcado la «importancia» de la hoja de ruta de la ANC que, según sostiene, se varió para que las leyes de desconexión se aprobaran en septiembre del 2017, como se produjo.

El plan de los Mossos, «un montaje»

A pesar de que la fiscalía sí mujer por buenas las declaraciones de Trapero y de otros comisarios del cuerpo con respecto a las advertencias que habían hecho a Junqueras, Forn y Puigdemont, no compra las tesis del mayor sobre el plan|plano de los Mossos para parar el 1-O.

Como ha hecho durante todo el juicio, el ministerio público considera que fue un plan que se hizo con la connivencia del conseller Joaquim Forn y que, de hecho, estaba concebido para «permitir el referéndum» y «simular» que se acataba la orden del TSJC de detener las votaciones y decomisar el material. «Era un montaje», afirma.

El fiscal también ha dicho que Forn desatendió hasta cinco advertencias del Tribunal Constitucional.

«El 20-S empieza la expulsión de la Constitución de Cataluña»

Sobre el 20-S, ha reconocido que Forn no tuvo un papel protagonista «porque estaba ocupado en el plan del 1-O de los Mossos para permitir que se celebrara el referéndum». Pero sí ha cargado contra el hecho que, en imagen de la fiscalía, el orden público el 20-S no estaba en manos de la policía catalana sino de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Según entiende, los líderes de las dos entidades soberanistas eran «amos y señores» del orden público en Barcelona.

Sobre el papel de las entidades soberanistas, ha afirmado que fueron los que «organizaron y proteger» el referéndum y los ha atribuido la capacidad de «movilización pública». Según el fiscal, el 20-S no se trataba de una manifestación convencional –cómo sostienen las defensas de los dos- sino que se hizo un llamamiento para «parar a la Guardia Civil e impedir la actuación judicial». También ha dicho que las 40.000 personas convocadas por las entidades «provocaron tensión y agresiones».

Y, según Zaragoza, el 20 de septiembre supuso el inicio «de la expulsión de la Constitución» de Cataluña y el inicio de una serie de hechos «excepcionales». El fiscal defiende que la «normalidad democrática» se centró el 27 de octubre y que, en este periodo, todo el resto «fue excepcional».

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