Diari Més

Un capitán justifica los golpes de porra el 1-O: «La legislación legitima el uso de la fuerza para hacer valer la ley»

Una quincena de agentes relatan «insultos, agresiones y escupitajos» en diversas centros de votación el día del referéndum

Los encausados del 1-O, en el centro de la sala del Supremo.

juicio 1-O, encausados, presos políticosACN

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Un capitán de la Guardia Civil (TIP R67502P) que actuó en Sant Carles de la Ràpida ha reconocido que usaron las porras, que golpearon incluso en la cabeza y que también un agente dio una vez a un votante con la culata de un fusil. Y ha justificado el uso de las porras porque sus agentes estaban recibiendo agresiones, según ha dicho. Además ha dicho que les tiraron piedras de «hasta un kilo» en los coches mientras se replegaban. «La legislación legitima el uso de la fuerza para hacer valer la ley», ha manifestado. También ha dicho que optaron por las medidas «menos lesivas» y ha apuntado que podrían haber disparado pelotas de goma o usar gases lacrimógenos. Este jueves han pasado por el Supremo una quincena de agentes que actuaron en diferentes centros de votación y todos han descrito una «actitud hostil» de los concentrados y han asegurado que recibieron «patadas, lanzamiento de objetos, insultos y amenazas».

Un responsable de seguridad de una unidad (TIP G61262V) que actuó en el Instituto Quercus de Sant Joan de Vilatorrada (Bages) ha asegurado que, en el momento de la llegada, dos mossos d'esquadra uniformados se les «interpusieron» y «los empujaban en sentido contrario» al que ellos iban. «Un suboficial les advirtió tres veces que se retiraran de delante, pero ellos decían que no teníamos autorización», ha asegurado, diciendo que los concentrados se «animaron» y «se pusieron eufóricos» al ver la actuación de los Mossos.

También ha explicado que, durante la intervención, un grupo de bomberos se situaron en «primera línea». El agente ha denunciado «patadas, puñetazos y escupitajos» por parte de los manifestantes, y ha reconocido que sí que utilizaron las defensas, aunque ha negado a las defensas que pegaran en la cabeza o a las extremidades superiores. El guardia civil ha admitido que ha sido citado a declarar como investigado por el juzgado de Manresa que tiene diligencias abiertas por esta intervención.

Otro agente (TIP21380R) que también participó en esta intervención en el Instituto con otra unidad ha explicado que, cuando entró dentro del edificio, recibió el golpe de una silla metálica que le tiraron a una distancia de unos tres metros. Según ha dicho, la silla lo golpeó en las piernas, cayó al suelo y quedó «aturdido» sin perder el conocimiento. Se levantó por su propio pie y continuó en el operativo. Se visitó en el médico el mismo día 1 por una lesión en la zona cervical y en una muñeca. El guardia civil ha explicado que días después detuvieron a la persona que tiró la silla y que declaró en un juzgado.

En su caso, ha dicho que los bomberos se situaron con los «brazos entrelazados» entre la cápsula de seguridad y los concentrados. En el caso de su unidad, ha asegurado que no vio que «nadie» utilizara las porras y que, por lo tanto, no tiene «ninguna explicación» para los 14 heridos que hubo en aquel municipio. También ha dicho que no vio a nadie con sangre en la cabeza.

Era «absurdo» hablar con los concentrados

Uno de los sargentos que actuó en Vilalba Sasserra (TIP U93494I) ha explicado que el protocolo de los equipos de seguridad era «conminar la masa» para que permitieran actuar voluntariamente a los policías. «Era lo mejor para todo el mundo», ha valorado. Ha asegurado que así se hizo en todas las ocasiones pero que era «absurdo» porque con la actitud de los concentrados «había poco a preguntar».

Otro agente (K62727Z) ha explicado una intervención al Ayuntamiento de Fonollosa (Bages), donde asegura que recibió una patada en la pierna izquierda que le provocó un «hematoma». También ha relatado daños a algunos vehículos que recibieron «golpes» y arrancaron un parabrisas posterior.

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