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Barcelona presenta candidatura para acoger el supercomputador más potente de Europa

Es la primera vez que la Comisión Europea cofinancia superordenadores para competer a nivel global con los Estados Unidos, China y Japón

Plano general del supercomputador MareNostrum 4, en la capilla de Torre Girona.

Barcelona presenta candidatura para acoger el supercomputador más potente de EuropaACN

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La Barcelona Supercomputing Center (BSC) presenta candidatura para acoger uno de los superordenadores más potentes que tendrá Europa en el 2021. La convocatoria de la Comisión Europea, con una aportación total de 250 millones de euros, cofinanciará hasta el 50% dos o más supercomputadores entre las candidaturas que se presenten. La del BSC cuenta con el apoyo de los patrones del centro, que son la Generalitat, el gobierno español y la Universitat Politécnica de Cataluña (UPC), y también se ha sumado el gobierno de Portugal. En caso de que el BSC fuera uno de los candidatos seleccionados, serían estas administraciones las que completarían la financiación del superordenador. Es la primera vez que la Comisión Europea cofinancia infraestructuras de supercomputación, un paso adelante para competir con los Estados Unidos, China y Japón.

Los superordenadores que estarán funcionarán desde el 1 de enero del 2021 tendrán como mínimo una capacidad de 200 petaflops por segundo. Un petaflop son mil billones de operaciones de cálculos por segundo. El supercomputador MareNostrum 4, que ahora es la joya de la corona del BSC, tiene un rendimiento pico de 13,7 petaflops, de manera que las máquinas que proyecta Europa para el 2021 significarán un salto cualitativo muy importante, un cambio total en la orden de magnitud.

«Estos dos, como mínimo, nuevos supercomputadores serán los más potentes de Europa y se situarán entre la decena de máquinas más potentes del mundo, junto con las de China, Japón y los Estados Unidos,» afirma el director asociado de la Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), Josep M. Martorell.

El director asociado del centro razona que «presentar esta candidatura es el paso natural siguiente en los años que llevamos alojando los MareNostrum, nuestros supercomputadores» y añade: «Contamos con las capacidades científicas y técnicas y los apoyos políticos y económicos de nuestros gobiernos y patrones para optar». Además, según la hoja de ruta de infraestructuras, el BSC preveía renovar MareNostrum de cara al 2021 o 2022, de manera que esta convocatoria les viene como el anillo en el dedo.

Aunque de momento no se detalla el coste de un superordenador con esta capacidad de computación, sí que se puede acotar la orden de magnitud: desarrollarlo, instalarlo y tenerlo operativo durante cinco años estaría en torno a los 200 MEUR. El espacio mínimo para albergar el supercomputador es de 700 metros cuadrados, que se repartirían entre la Capella Torre Girona y al nuevo edificio corporativo, cuya construcción se encuentra en su tramo final. También se necesita una gran potencia eléctrica, el 100% de la cual procedería de energías renovables.

El 4 de abril se acaba el plazo para que los estados miembros interesados presenten candidatura y el 7 de junio está previsto que se anuncien las entidades seleccionadas. Durante julio, se firmarán los acuerdos para empezar a hacer efectivos estos proyectos de supercomputación y estará antes del 31 de diciembre del 2020 cuando los superordenadores tengan que entrar en funcionamiento.

Por qué es importante la supercomputación

Los superordenadores dan servicio a todas las áreas de la ciencia y el conocimiento, que piden procesar grandes cantidades de datos. «De la astrofísica en la química, la ingeniería, los materiales y la sociología», destaca al director de operaciones del BSC, Sergi Girona, que añade que «la inversión en supercomputación tiene un largo retorno para la sociedad». La supercomputación se ha convertido en una herramienta imprescindible para desarrollar investigación de excelencia; conseguir mejoras en el ámbito de la salud; obtener predicciones climáticas más esmeradas; crear nuevos materiales o para que la industria sea más competitiva, por ejemplo.

Si al final la candidatura del BSC prospera, las tres administraciones que de momento dan apoyo tendrán que cofinanciar como mínimo el 50%. «El proyecto es tan importante y de tan valor que además de Cataluña y España, también participa de manera activa Portugal», recalca el director general de Investigación, Joan Gómez, en declaraciones en el ACN, que subraya que el BSC es unade las infraestructuras científicas y tecnológicas más importantes de Cataluña, del estado español y del sur de Europa.

Gómez incide en la importancia de una supercomputación cada vez más potente y se centra en la medicina personalizada como ejemplo: «La escala de la investigación ha cambiado absolutamente. En el ámbito de la salud, trabajamos con todos los expedientes de todos los pacientes de todos los hospitales y centros de investigación. Todos estos datos circulan gracias al BSC. La supercomputación permite el diagnóstico personalizado y localizar expedientes de forma muy rápida y segura».

El director general de Investigación resume que el BSC es «un centro de centros, un metacentro que ayuda a hacer investigación|búsqueda en Cataluña, España y Europa» y asegura que dar apoyo a proyectos de supercomputación es «estratégico» para el «progreso» y el «bienestar planetario».

Fuentes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades consultadas por ACN también destacan la importancia de la supercomputación y coinciden en señalar que desde hace años se entiende como una apuesta estratégica más allá de los diferentes gobiernos. Las mismas fuentes resaltan que la colaboración con la Generalitat en el ámbito científico es «absoluta» para sacar adelante proyectos de esta envergadura.

Portugal tiene en la candidatura una participación del 10% que se traducirá, en caso de que sea seleccionada, en un compromiso financiero de este nivel y en la disponibilidad de tiempo de computación correspondiente, según explican fuentes del ministerio lusitano consultadas por el ACN. Este compromiso se enmarca en una «colaboración peninsular creciente», en qué el BSC da apoyo a la instalación en Portugal de un supercomputador más pequeño (peta-escala). Para el ministro de Ciencia de Portugal, Manuel Heitor, esta «estrategia conjunta» para la instalación de grandes infraestructuras se traducirá, si prosperan las solicitudes, en un aumento «muy significativo» y «sin precedentes» de la capacidad de computación a disposición de la comunidades científicas y económicas de los dos países.

Una pugna global

Los Estados Unidos, China, Japón y Europa son los cuatro grandes actores internacionales en supercomputación y se encuentran inmersos en una carrera para desarrollar los superordenadores más potentes. En los próximos años prevén desarrollar supercomputadores exaescala, es decir, que lleguen a un trillón de operaciones por segundo (exaflop). Eso significaría un nuevo salto exponencial, ya que los supercomputadores de 200 petaflops se consideran pre-exaescala.

Precisamente para no quedar atrás en esta carrera, la Comisión Europa creó en el 2017 la iniciativa EuroHPC, a la cual se han unido 26 estados, para animar a las instituciones líder en el sector a presentar propuestas para acoger estos supercomputadores. La iniciativa se concreta en esta primera convocatoria de cara al 2021 y habrá una segunda en el 2023, que servirá para cofinanciar superordenadores exaescala.

«Los países europeos nos hemos dado cuenta de que es muy complicado competir si no hay un gran nivel de inversión en tecnología, que difícilmente ningún estado miembro puede asumir por sí solo. Por eso la Comisión Europea da un paso adelante y decide no sólo financiar la investigación en excelencia, sino financiar las infraestructuras tecnológicas que la hacen posible», apunta Martorell. Según las previsiones, China será quien primero llegará a los supercomputadores exaescala, entre el 2021 y en el 2022; los Estados Unidos lo harán en el 2021; Japón, entre el 2021 y el 2022 y Europa, en el 2023.

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