Diari Més

Un guardia civil relata un «terror total» con manifestantes con «rabia descontrolada» en el cacheo en Exteriors el 20-S

El agente sitúa a Carme Forcadell pasando por la zona en coche oficial «agitando en las masas sacando la mano por la ventana»

Momento en qué los Mossos d'Esquadra han desalojando a los manifestantes en el Departament d'Exteriors.

Un guardia civil relata un «terror total» con manifestantes con «rabia descontrolada» al cacheo en Exteriors el 20-SACN

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El guardia civil que estuvo al frente del equipo que registró el Departament d'Exteriors el 20-S y detuvo el responsable de tecnología de la Consejería Xavier Puig Farré ha descrito en el Tribunal Supremo una situación de «tumulto», con temor a un «asalto», «lanzamiento de botellas de agua», «forcejeos» o caras de «rabia descontrolada» por parte de los concentrados cuando intentaron sacar a la secretaria judicial y el detenido de la Consejería. De hecho, ha asegurado que el detenido vivió «un capítulo de terror total» y que los manifestantes intentaron «sustraerlo» de la Guardia Civil. El agente, con TIP P35979V, ha asegurado que, mientras tanto, los mossos de seguridad ciudadanía que había en la zona «miraban lo que pasaba». Además, el agente ha dicho que la expresidenta del Parlament Carme Forcadell pasó con dos vehículos oficiales «camuflados» por allí, bajó la ventana y «agitó las masas» con la mano.

En su declaración en el Tribunal Supremo, con su imagen protegida, el agente ha descrito el «tumulto» que se generó en las puertas de la consejería. Ha explicado que en un primer momento la gente que se fue concentrando eran básicamente trabajadores del Departament, pero que se fue sumando otra gente. «En aquel momento era una cosa normal, un grupo de personas que tenían un descontento hacia nosotros y tenían libertad para expresarse», ha dicho.

Sin embargo, ha añadido que la concentración, que no sabe quien la convocó aunque vio «banderas de CCOO y Òmnium», empezó a cambiar de ambiente. «Ya pasamos a los insultos, las amenazas de muerte y una actitud cada vez más crispada», ha dicho. En aquel momento, ha calculado que había entre 200 y 300 personas en las puertas de Asuntos Exteriores y ya previó que «habría actos violentos». Por eso, fue a hablar con los «cinco o seis mossos» que había para explicarles que había tomado la decisión de evacuar a la letrada de la administración de justicia ante el «temor» que los concentrados «pudieran asaltar» el departamento. «Había un ambiente muy agresivo», ha afirmado.

El agente ha explicado que la comitiva judicial iba acompañada de un grupo de entre seis y ocho agentes de un grupo de seguridad de la Guardia Civil, y que cuando pidieron a los Mossos apoyo les dijeron que no podían enviar unidades antidisturbios porque estaban «en otro sitio». Después de esta respuesta, ha añadido, decidió sacar a la letrada con el grupo de seguridad.

Según ha explicado, la secretaria judicial salió dentro de una cápsula de seguridad para subir a un vehículo camuflado de la Guardia Civil. «En aquel momento empezó a llover botellas de agua, los insultos y las amenazas de muerte ya eran una cosa suave», ha descrito. «Se la pudo hacer entrar dentro del vehículo, que los manifestantes forcejearon», ha dicho, momento en que la letrada «empezó a llorar, horrorizada, con las manos en la cabeza».

El detenido vivió «un capítulo de terror total»

Pero el agente todavía ha calificado como una situación «todavía más grave» cuando sacaron al detenido del departamento. «Decidí hacer la misma maniobra, evacuarlo inmediatamente porque el ambiente todavía era más peligroso», ha dicho. El guardia civil ha dicho que pensó «realmente» que los concentrados entrarían dentro del departamento. Los agentes repitieron el dispositivo para sacar a Xavier Puig, en una cápsula. «De camino al vehículo pasó lo mismo, nos tiran agua, botellas», ha dicho, y «pasó un hecho gravísimo, la multitud se agrupó de manera que quisieron sustraer al detenido de la cápsula de seguridad, cogiéndolo por el cuello y por la ropa».

Finalmente, y después de un «forcejeo», Puig y el agente entraron dentro del vehículo, que se sentaron juntos en el asiento del último. «Era una lluvia de golpes por todas partes, en las puertas, en el techo, personas tumbadas en el capó del vehículo, agarradas al limpia parabrisas», ha relatado, hasta el punto de «romper cristales». Según el agente, «el detenido no daba crédito a lo que estaba viviendo, estaba viviendo un capítulo de terror total, lo único que decía es que lo sacáramos de allí».

Los Mossos «miraban lo que pasaba»

A pesar de la descripción que ha hecho, el guardia civil ha asegurado que consiguieron marcharse de aquella zona «sin ninguna lesión para ningún manifestante ni causando por parte de la Guardia Civil ningún daño material». Pero ha atribuido el mérito al grupo de seguridad de la Guardia Civil, porque ha asegurado que, mientras pasaba todo lo que ha relatado, los Mossos «miraban lo que pasaba».

«Rabia descontrolada»

El agente ha asegurado que en los últimos 25 años se ha dedicado a investigaciones antidroga y de crimen organizado. «Mi grupo se dedica a investigaciones de grandes narcotraficantes y grandes bandas criminales», ha dicho, «pero de este registro me sorprendió, cuándo estábamos dentro del vehículo, fue la cara de las personas que pegaban en los cristales, eran personas que denotaban violencia, no era una cara normal, era de mucha rabia». Además, ha añadido que lo sorprendió porque el detenido «no era una persona pública». «Lo vivían con una rabia descontrolada», ha remachado.

Y ha remarcado que nunca le había pasado, en todos sus «años de experiencia», que «la población civil tuviera la falta de respeto de intentar sacar al detenido de una fuerza de seguridad del Estado.

Sitúa Forcadell en el lugar «agitando la masa»

El guardia civil también ha situado a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell en un momento determinado de la concentración ante Asuntos Exteriores. «Pasaron dos vehículos oficiales grandes, camuflados, de alta gamma, la gente empezó a insultar pensando que eran de la Guardia Civil, pero automáticamente bajaron la ventana y vimos que era Forcadell, que parecía que sacaba la mano para agitar la masa», ha explicado.

A preguntas de la letrada de Forcadell, Olga Arderiu, ha preguntado si los manifestantes cortaron la calle y ha dicho que al principio no, porque eran pocos, pero que cuando eran entre 200 y 300 sí que cortaron Via Laietana.

En este punto, Arderiu ha preguntado al testigo cómo podía haber pasado la expresidenta del Parlament Carme Forcadell en coche si estaba cortada la vía, y ha pedido al presidente, Manuel Marchena, que le recordara al testigo que estaba bajo juramento. El sargento ha remarcado que Forcadell iba en el último de los dos coches, que iban a 5 km/h, y que cuando la gente vio que era ella se abrieron para que pasara.

La abogada le ha preguntado por qué no había hecho constar esta situación en ningún atestado y lo dice en este momento. «Porque me ha salido ahora», se ha limitado a justificar. Y preguntado sobre por qué no hay ningún vídeo ni fotografía al respecto, ha manifestado que él a partir del 21 de septiembre ya no se dedicó a analizar las imágenes posteriores y que sólo llevó al juzgado lo que le dieron otras policías.

El contrapunto de las defensas

A preguntas de las defensas, el testigo ha matizado algunas afirmaciones hechas en la fiscalía. Por ejemplo, ha dicho que no sabía cuántas botellas de plástico se tiraron, a pesar de hablar de «lluvia de notellas». «No sé si eran dos o cinco», ha manifestado. También ha reconocido que ningún miembro de la comitiva ni de la policía judicial sufrió daños. «Sólo algunos arañazos que no requirieron de asistencia», ha afirmado.

También ha insistido en que los Mossos no los auxiliaron, aunque la letrada de Cuixart, Marina Roig, ha hecho referencia a un vídeo aportado en el escrito de la fiscalía donde se veían al menos 20 agentes de la policía catalana. Marchena ha impedido nuevamente hacer preguntas sobre los vídeos y ha dicho que ya se verá en la fase documental. «Considero que me genera indefensión», ha manifestado Roig, pero Marchena le ha dicho que estaba seguro que «entendía y compartía» los argumentos del tribunal. A preguntas de la letrada, también ha dicho que no vio ni unidades de Arro ni de Brimo para ayudar a los agentes de la Guardia Civil.

Roig también ha preguntado si le sonaba que tiraran claveles. «No me toca ninguno en la cabeza», ha dicho. Una afirmación que ha obligado a Marchena a intervenir para preguntarle si vio que alguien tiraba. «Al principio cuando la manifestación era más o menos reivindicativa sí pero después no», ha añadido después.

El letrado de Sànchez, Jordi Pina, también le han preguntado si el vehículo que no estaba logotipado y que usaba la comitiva judicial sufrió daños, y ha reconocido que no. A preguntas del letrado de Forn, Xavier Melero, le ha pedido si en una situación «tan grave que nunca había vivido» si había utilizado el arma reglamentaria. Y ha reconocido que no ni hicieron «uso legítimo de la fuerza» para poder hacer la diligencia.

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