Diari Més

Cuixart denuncia la suspensión de derechos fundamentales para «proteger la unidad de España»

La defensa advierte de una condena internacional por «vulneración de derechos humanos» si se considera culpable el líder de Òmnium

Jordi Cuixart, presidente de Òmnium

Cuixart reivindica que el «estrategia unitaria es el único camino posible»ACN

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La defensa del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, denuncia en el escrito presentado ante el Tribunal Supremo la «suspensión de derechos civiles y políticos democráticos» con el objetivo de «proteger» la «unidad territorial española». En el escrito, la abogada Marina Roig remarca que el «80% de la població« de Cataluña defienden una «solución política» que tiene que pasar «necesariamente» por «el ejercicio del derecho a la autodeterminación», por el cual se reafirman tanto Cuixart como la entidad. El escrito, de 93 páginas y en el cual ha tenido acceso ACN, defiende la actuación de Cuixart tanto el 20-S y como el 1-O y los días posteriores, y advierte que, si se lo condena, una sala de justicia internacional acabará condenando España «por vulneración de derechos humanos».

«La voluntad de proteger al precio que sea la indisolubilidad territorial española no puede comportar una vulneración masiva de derechos fundamentales», alegan ya de buen inicio a los letrados. «Nos encontramos en un grave contexto de excepcionalidad jurídica fruto de la voluntad de los poderes del estado de proteger, al precio que sea, incluso suspendiendo los derechos civiles y políticos democráticos, la unidad territorial española», dice. De hecho, dice que el planteamiento de Cuixart y Òmnium es justo lo contrario, ya que no renunciarán a proteger los derechos humanos y su compromiso «sólido» con la cohesión social, los grandes consensos de país, los derechos sociales, civiles y políticos, «incluso por encima de legalidades que pretendan restringirles», con la «predisposición, si es necesario, a desobedecerlas pacíficamente para conseguir transformarlas». Estos grandes consensos, según el escrito, es un 80% de la población catalana que defiende los derechos y libertades democráticas, el rechazo a la represión y la judicialización de la política y la defensa de una solución política que «tiene que pasar necesariamente por la expresión de la ciudadanía de Cataluña decidiendo su futuro político, ejerciendo el derecho a la autodeterminación». «Allí estarán siempre Jordi Cuixart y Òmnium Cultural», concluye.

En este sentido, reivindica la desobediencia civil como un instrumento legítimo en una sociedad democrática como decía una sentencia del Tribunal Constitucional del 2009: «La desobediencia civil puede ser concebida como un método legítimo de disidencia ante el estado, y tiene que ser admitida esta forma de pensamiento y de ideología en el sí de una sociedad democrática».

El escrito cita el Síndicde Greuges, Rafael Ribó, y dos expertos de la ONU por criticar la reacción de los tres poderes del estado, en septiembre del 2017, a la iniciativa del Parlament de Catalunya y del Gobierno en promover el referéndum. En concreto, apunta contra el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, la Fiscalía Superior de Cataluña, la Abogacía del Estado y «el partido político además de Vox», como inductores de esta reacción.

Del juzgado 13 recuerda que en julio del 2017 aseguró que no investigaba el referéndum, pero el 20-S ordenó numerosos cacheos y detenciones, pasando por encima de la jurisdicción del TSJC, que ya tenía diligencias abiertas por la cuestión. «Resulta evidente que no había cobertura legal en la actuación del juzgado», llega a decir el escrito.

Sobre la fiscalía, lo acusa de pasar por encima también del TSJC y de querer dirigir los cuerpos policiales en materia de orden público, además de restringir derechos fundamentales ordenansoel decomiso de pancartas a favor del referéndum. A la Abogacía del Estado le recrimina, aparte de llevar leyes y decretos catalanes al TC, la suspensión del derecho de reunión en dos actos sobre el referéndum en Madrid y Vitoria.

Acusación en el estado

De hecho, buena parte del escrito es más una acusación, crítica y ataque a las instituciones españolas, más que una defensa estrictamente técnica de Cuixart. De hecho, el texto alega que «un mismo hecho no puede ser al mismo tiempo un delito y el ejercicio de un derecho fundamental».

Así, por ejemplo, cita diversa jurisprudencia internacional y cree que la fiscalía persigue la libertad de expresión cuando utiliza páginas web de Òmnium y la ANC a favor del referéndum como elementos incriminatorios, así como entrevistas y discursos públicos de Cuixart. En este sentido, recuerda que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sólo permite el encarcelamiento por la difusión de ideas si estas gritan a la violencia o el odio, cosa que defienden que Cuixart no hizo, sino todo el contrario, sobre todo la noche del 20-S. De hecho, cree que la acusación en sí misma ya supone una vulneración de la Carta Europea de los Derechos Humanos.

También consideran que se vulnera el derecho de reunión pacífica, que según varias sentencias europeas puede suponer incluso laocupación temporal de un espacio privado, bloqueos de carreteras u otras construcciones más permanentes. «El hecho de que la reunión no haya sido autorizada o que las condiciones impuestas por las autoridades no hayan sido respetadas no permite excluir la protección» de este derecho, dicen, citando el TEDH. De hecho, la Comisión Europea de Derechos Humanos considera que las reuniones pacíficas pueden también ofender terceros o impedir actividades de una parte de la población.

Por eso, el escrito lamenta que la fiscalía cite manifestaciones multitudinarias y plenamente pacíficas como las del Once de Septiembre de los últimos años como «instrumentos de pressió«. Por eso, pide que se dejen fuera del juicio estas manifestaciones y las otras movilizaciones soberanistas, además de las de los días 20, 21 y 22 de septiembre y 1 de octubre del 2017.

Los abogados de Cuixart también aseguran que el juicio criminaliza no sólo una forma o manera concreta de ejercicio del derecho a la autodeterminación, sino el objetivo mismo de autodeterminarse. De hecho, asegura que la autodeterminación forma parte del derecho fundamental a la libertad de pensamiento y de expresión, y es de aplicación en España porque está previsto en tratados internacionales y porque incluso, según su criterio el propio TC admitió la posibilidad basándose en el caso del Quebec. Además, cita jurisprudencia internacional que avala el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

Por otra parte, el escrito también acusa el estado de «tortura« y trato degradante en el marco de la actuación de la Guardia Civil y la Policía Nacional el 1-O, una actuación que fue cuestionada por organismos internacionales, que pidieron una investigación seria sobre la materia. Así, acusa la fiscalía de inhibirse en la investigación de estos abusos policiales.

Los hechos del 20-S y el 1-O

A lo largo del escrito, la defensa de Cuixart hace un relato de los hechos del 20-S y la concentración delante de la Consejería de Economía y Vicepresidencia que llevó asurepresentado a prisión preventiva. Los abogados remarcan que su cliente hizo a lo largo del día «llamamientos expresos a los concentrados a comportarse de forma cívica y pacífica», ya sea a través de redes sociales, de entrevistas o dirigiéndose directamente a los concentrados. También defienden que adoptó, junto con Jordi Sànchez, «las medidas necesarias para conducir la concentración de forma pacífica». Por ejemplo, destacan que se organizó«un pasillo de voluntarios para permitir la entrada y salida de las dependencias de la Consejería», o que se montó un escenario con música y «llamamientos a la calma para mantener un ambiente festivo».

Los abogados también remarcan que los voluntarios de l'ANC «protegieron los vehículos policiales cuando supieron que había armas en el interior» y que Cuixart y Sànchez subieron a las 23.45 horas con el objetivo de desconvocar la concentración. «Mi representante no causó ningún daño al vehículo policial cuando subió para desconvocar la concentración», añaden, «ni incitó a nadie a lo largo del día a causar daños». Además, añaden que reporteros gráficos subieron a los vehículos a lo largo del día para obtener imágenes y que el mismo Cuixart «condenó» los daños causados en una entrevista.

Con respecto al 1-O, el escrito remarca que Cuixart hizo a lo largo de la jornada «llamamientos a la población a mantener una actitud de resistencia pacífica y no respondiera a las agresiones de la policía». Sobre «el paro de país» convocado para el 3-O, el escrito destaca que las concentraciones no registraron ningún incidente.

Aparte de todo eso, el escrito también remarca las supuestas vulneraciones legales de todo el procedimiento, como el hecho de que se juzgue en el Tribunal Supremo y no al TSJC, que impide que haya una segunda instancia por recurrir, y que al mismo tiempo hace que los magistrados no sean plenamente imparciales, según la defensa, ya que, por ejemplo, el fiscal general del Estado que firmó la querella, José Manuel Maza, fue compañero de sala de los magistrados jutjadors. También alegan la vulneración de los derechos lingüísticos, por el hecho de que el juicio no se pueda celebrar en catalán.

Por todo eso y por otros motivos ya esgrimidos durante la instrucción, advierte al tribunal que el caso llegará a instancias europeas y el estado español acabará condenado por vulneración de derechos democráticos.

El escrito, de 93 páginas, está firmado por la abogada de Cuixart, Marina Roig, así como los letrados Benet Salellas y Àlex Solà, que colaboran con Òmnium, Cultural.

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