Diari Més

La fiscalía alemana pide la extradición de Puigdemont por rebelión y malversación

El Tribunal Superior de Schleswig-Holstein ya dijo recientemente que no veía motivos para extraditar Puigdemont por rebelión a pesar de la nueva «información sobre incidentes aislados» durante el 1-O

Primer plano de Carles Puigdemont durante la entrevista en TV3 el 15 de abril del 2018.

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La fiscalía general de Schleswig-Holstein ha solicitado formalmente que se extradite Carles Puigdemont en España, después de analizar la última documentación sobre la euroorden facilitada por la justicia española. Más de 60 días después de su detención en Alemania, el ministerio público ha reafirmado su solicitud de extradición de Puigdemont por rebelión y malversación, como ya hizo el 3 de abril pasado, cuando requirió que se admitiera a trámite la demanda de extradición por «alta traición», el equivalente alemán al delito de rebelión español, y también por «malversación de fondos públicos». Fuentes de la defensa indican al ACN que ahora se abre un periodo de cerca de quince días para que los abogados presenten alegaciones a la petición del fiscal y se devuelva pronunciar el Tribunal Superior de Schleswig-Holstein.

En el documento de 16 páginas de la fiscalía en que pide la entrega, también requiere a los jueces a los cuales se vuelva a ejecutar la prisión preventiva para el presidente destituido. El ministerio público ya lo pidió en una petición hecha pública el 22 de mayo, y la sala de lo penal del tribunal ya rechazó la petición.

Argumentos para la rebelión

La fiscalía argumenta la extradición por rebelión porque hubo «90 policías heridos» durante el 1-O. Además, habla de «vídeos» enviados por las autoridades judiciales españolas que son «una muestra clara de la intensidad de los actos violentos» por parte de los votantes durante el 1-O. En concreto, hace referencia a dos vídeos, uno de los cuales «muestra una multitud que se colocó en la rampa de entrada de un colegio electoral» cuando agentes de la Guardia Civil querían acceder. Siempre según la fiscalía, agentes de los Mossos d'Esquadra también eran y, cuando los miembros del cuerpo armado español intentaron entrar, «fueron atacados y los policías catalanes se alejaron sin interferir», explica la fiscalía sin concretar el lugar dónde se produjo el incidente. Tampoco sin especificar el municipio, también no se habla de otro vídeo donde, supuestamente, un agente de la Guardia Civil «fue atacado con una silla y, en consecuencia, tumbado a tierra».

El ministerio público ya citó estos vídeos en la petición de mayo. El tribunal, sin embargo, teniendo en cuenta el nuevo material enviado desde el Estado español, ya dijo recientemente que no veía motivos para extraditar Puigdemont por rebelión a pesar de la nueva «información sobre incidentes aislados» durante el 1-O. En un auto hecho pública el 22 de mayo pasado, los magistrados apuntaban que su posicionamiento del 5 de abril -en el que rechazaban la rebelión- no ha cambiado. Según el texto, el tribunal no sólo descartó equiparar el delito de rebelión español con el alta traición alemana, sino que también decía que, de forma «preliminar», no veía «una criminalidad por alteración del orden público».

Fuentes de la defensa de Puigdemont ya apuntaron que, después del «rotundo» rechazo del juez a volver a encarcelar al presidente destituido y volver a considerar el delito de rebelión, el caso de la fiscalía alemana es más débil.

Frankfurt, 1983

El Tribunal Superior de Schleswig-Holstein descartó de inicio la extradición por rebelión el 5 de abril comparando los hechos a Cataluña con unos disturbios al el aeropuerto de Frankfurt en 1983 que no se consideraron «alta traición», el equivalente alemán a rebelión. En la petición de este viernes, sin embargo, la fiscalía dice que no es comparable, ya que los hechos de Frankfurt sucedieron en un «recinto geográfico pequeño y localizado», mientras que en el caso catalán la «violencia» tuvo lugar «en una región completa de unos 32.000 kilómetros cuadrados».

Alteración del orden público

La fiscalía asegura que el delito de rebelión es equivalente al de alta traición alemana, pero también al de «seria alteración del orden público». En este sentido, dice que Puigdemont «tiene que responder como autor por la violencia contra la policía» durante el 1-O. Durante el documento, también afirma que hay indicios que Puigdemont «dio la instrucción a los Mossos d'Esquadra de asegurar el referéndum». El ministerio público también reprocha al lider de Juntos por Cataluña que «no cancelara el referéndum a pesar de saber que podría haber disturbios», y cita las manifestaciones del 20 de septiembre para justificarlo.

El papel de los Mossos

Según el documento, el gobierno liderado por Puigdemont «diseñó un operativo policial» de los Mossos d'Esquadra a los cuales «se alineó con los manifestantes a favor de la votación ilegal, a fin que estos puguessin combatir exitosamente la violencia de la policía española». De hecho, la fiscalía, como ya dijo en mayo, cree que los vídeos demuestran que los Mossos d'Esquadra «no sólo no interfirieron» ante «los actos violentos», sino que con su actitud incluso hasta cierto punto los fomentaron.

Malversación

La fiscalía reitera que las autoridades españolas han enviado nueva información que «explica más» el presunto delito de malversación. Según la documentación española, afirma, la Generalitat habría gastado 1,6MEUR en preparar el referéndum. Eso justifica la extradición de Puigdemont también por malversación. Ahora bien, no está claro ya que los jueces lo aceptan, ya que su resolución del 22 de mayo recogía también que la documentación aportada por las autoridades españolas con respecto al posible delito de malversación incluye «informaciones contradictorias».

Defecto de forma

El documento hecho público este viernes por la fiscalía también explica que el Tribunal Supremo español dejó claro el 17 de mayo en una comunicación escrita que sobre Puigdemont pesa una orden de arresto nacional al Estado. El mensaje de Llarena llegó sólo un día después de que la justicia belga declinara la extradición de los consellers destituidos Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig por un «defecto de forma», que precisamente se refería a la falta de orden de arresto nacional, imprescindible para ejecutar una euroorden. Carles Puigdemont, según revela la fiscalía, declaró a un juzgado local de Berlín el 15 de mayo diciendo que no estaba de acuerdo con la extradición y alertaba de este defecto de forma.

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