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Tráfico

El Servicio Catalán de Tráfico coordina una campaña contra el alcohol y las drogas durante las fiestas previas a la Navidad

El 46,2% de los conductores muertos en accidentes de tráfico en Cataluña en el 2016 dieron positivo en el consumo de estas sustancias o de psicofármacos

Imagen de archivo de un control de alcoholemia.

La noche de Fin de Año deja 55 detenidos y 88 positivos por alcoholemiaACN

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El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) ha puesto en marcha este miércoles una campaña de control del consumo de alcohol y drogas en carreteras y zonas urbanas con el objetivo de velar por la seguridad en la movilidad y controlar los desplazamientos que se harán para las fiestas previas a la Navidad, como son, por ejemplo, las cenas de empresa. La campaña que coordina el SCT con Mossos D'Esquadra y las policías locales finalizará el viernes 22 de diciembre. El 46,2% de los conductores muertos en accidentes de tráfico en Cataluña dieron positivo en consumo de alcohol, drogas o psicofármacos en el 2016, según datos del Instituto de Medicina Legal. El consumo de estas sustancias es uno de los principales factores concurrentes en la siniestralidad vial y agravante de la lesividad.

Las celebraciones previas a la Navidad comportan un número elevado de desplazamientos en las carreteras catalanas y el Servicio Catalán de Tráfico insiste en que el consumo de alcohol y drogas y la conducción son totalmente incompatibles.

En la última campaña intensiva de control de drogas y alcohol, que se realizó el junio pasado, se detectaron 1.030 positivos en alcohol, de los cuales 174 fueron penales y 856 administrativos, y 283 positivos indiciarios en drogas.

0.0% es la única tasa segura

El SCT recuerda que, aunque se circule con una tasa de alcoholemia dentro de los márgenes legales permitidos, el riesgo de accidente puede incrementar, ya que la única tasa segura es 0.0%. El consumo de sustancias psicoactivas también altera las condiciones físicas y psíquicas y comporta un riesgo grave para la seguridad.

El consumo de alcohol provoca en la conducción un aumento del tiempo de reacción; problemas de percepción, atención, control y coordinación y un incremento de la somnolencia. Las drogas causan alteraciones de la memoria y de la percepción del movimiento; del estado de ánimo y la atención y del control de movimientos, entre otros efectos.

Conducir bebido puede comportar sanciones administrativas de 500 euros y pérdida de cuatro puntos o de 1.000 euros y pérdida de seis puntos y, hacerlo drogado, de 1.000 euros y detracción de seis puntos. El conductor se enfrenta a penas de prisión, multas o trabajos en beneficio de la comunidad y la privación del derecho a conducir durante al menos un año si la tasa de alcoholemia es superior a 0,60 mg/l en aire espirado y a 1,20 g/l en sangre. Estas penas también se pueden imponer si se conduce drogado, según el Código Penal.

La campaña que se inicia este miércoles es la quincena preventiva e integral que coordina este año Tráfico para incidir en los principales factores de siniestralidad después de las de seguridad pasiva, drogoalcoholèmia, camiones, distracciones y respeto por los semáforos, velocidad, motocicletas y transporte escolar y de viajeros.

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