Mireia Sitjà, una joven con fibrosis quística, asiste a una consulta en el Vall d'Hebron acompañada de su madre.
ACNActualizada 28/01/2022 a las 14:08
Con esta última intervención, se convirtió en la primera persona del estado español al recibir tres trasplantes de este tipo. En el tercero, que duró cuatro horas y media, participaron un equipo multidisciplinar de diecisiete profesionales.
Para Mireia Sitjà tener unos nuevos pulmones ha supuesto una mejora sustancial en su vida, y aunque hace sólo una semana que ha salido del hospital, ha notado que puede hacer más cosas. «Antes con cualquier tontería me ahogaba, por ejemplo ponerme los calcetines o hacerme una cola», explica, «ahora puedo subir escaleras , puedo bailar, ir en bicicleta...».
Teniendo en cuenta que se está recuperando, y ganando poco a poco una mayor capacidad pulmonar, también relata que tiene que ser muy «constante» y «disciplinada» con la medicación, además de tomar precauciones para no enfermar. Un hecho que siempre ha hecho, ya que Sitjà ha sufrido fibrosis quística desde bien pequeña.
En este sentido, señala que en su caso hace tiempo que vive como en una «pandemia constante», ya que cuando todavía no estaba la covid ya tenía que llevar la mascarilla en clase. «No me aburro nunca, siempre estoy pendiente», bromea. Sin embargo, celebra que la última operación haya ido bien y subraya que lo más importante es saber adaptarse a las circunstancias y vivir «el día a día».
En busca de un tratamiento
El rechazo crónico es la principal indicación del retrasplante de pulmón, una intervención complicada que se lleva a cabo por el riesgo para el paciente de continuar con unos órganos que su cuerpo ha dejado de aceptar, no por la patología de origen. De hecho, se trata de una cirugía muy compleja. En un segundo o tercer trasplante de pulmón a una misma persona aumentan las complicaciones quirúrgicas, inmunológicas e infecciosas.
El jefe de cirugía torácica y trasplante de pulmón de la Vall d'Hebron, Alberto Jauregui, recuerda que sólo hay un tratamiento para aquel rechazo «agudo», pero no pasa lo mismo en el caso del crónico. «Se está investigando, buscar una forma de prevenirlo... pero de momento no se dispone de ningún tratamiento efectivo», lamenta.
Al posible rechazo celular del órgano, se suma un mayor riesgo de rechazo humoral que puede desencadenarse si el paciente ha generado anticuerpos a raíz de los trasplantes previos. Es por eso que el retrasplante requiere un elevado nivel de pericia por parte del centro y una esmerada selección de los pacientes.
De hecho, la neumóloga Cristina Berastegui dice que sólo indican el retrasplante a un 3% del total de trasplantes que se hacen en el Hospital de la Vall d'Hebron. En el caso de la escala mundial la cifra se sitúa en un 4%, ya que hay mucha cicatrización y adherencias de la primera cirugía que pueden provocar un mayor riesgo de sangrado. Por este motivo habla del caso de Mireia como un hecho «excepcional» que evaluaron entre un amplio abanico de expertos para garantizar «su supervivencia».
Según la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Vall d'Hebron es uno de los siete centros de toda España que realiza retrasplantes de pulmón. De los 82 que se han realizado durante la última década, 26 se han hecho en este centro catalán, es decir, el 31,7% del total. Se trata del equipamiento que más reintervenciones ha efectuado y el único en Cataluña, Aragón e Islas Baleares que realiza.
Pacientes seleccionados caso por caso
Generalmente, los retrasplantes de pulmón se hacen a pacientes jóvenes en que el requisito más importante es que sólo tengan afectados los pulmones y no otros órganos. Aunque la edad es uno de los factores que se evalúa a la hora de decidir si es conveniente realizar esta intervención, el equipo médico selecciona cada paciente caso por caso.
Se trata de un escenario indicado para personas que tienen comprometida su vida por el trasplante que ya tienen y al que la nueva intervención les procurará más años de vida. Antes de realizarlo, los profesionales estudian las posibles complicaciones con el fin de poder controlarlas una vez se produzcan. Además, se descartan para la intervención pacientes con una condición física que hace prohibitivo someterlos a una nueva intervención o con complicaciones médicas que no se pueden resolver.
Por otra parte, la fibrosis quística representa la tercera causa de trasplante de pulmón en la actualidad y se da en niños y niñas y adultos jóvenes. Con frecuencia es la patología de origen de los pacientes retrasplantados.
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