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Medio ambiente

Un acuario con microalgas para limpiar el aire urbano donde no hay árboles

Belgrado ha instalado uno, que también sirve de banco, y que captura tanto CO2 como un árbol maduro

El acuario también sirve de banco y se mantiene con energía solar.

Un acuario con microalgas para limpiar el aire urbano donde no hay árbolesEfe

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Belgrado ha estrenado hoy una nueva pieza de mobiliario urbano que, tras su vanguardista diseño de banco de cristal verde, esconde un sistema de purificación de aire mediante algas, pensado para instalarlo en plena ciudad.

Aunque el uso de fotobioreactores, como se conoce a esta tecnología para capturar CO2, no es nueva, el instalado en la capital serbia es el primero en Europa pensado para ambientes urbanos donde no hay posibilidad de plantar árboles.

«La idea fue vincular la biología y el diseño, que el fotobioreactor tenga una aplicación urbana», explica a Efe Ivan Spasojevic, doctor en biofísica en el Instituto del Investigaciones Multidisciplinarias de Belgrado y cocreador del 'Liquid3', un juego de palabras en ingles que se traduce como «árbol líquido».

El aparato consiste en un acuario de cristal relleno de 600 litros de agua y microalgas que capturan el CO2 y las partículas en suspensión y emiten oxígeno.

El 'Liquid3' captura tanto CO2 como un árbol maduro y libera tanto oxígeno como 200 metros cuadrados de césped, indica Francine Pickup, representante en Serbia del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que premió a esta iniciativa, haciendo posible su desarrollo.

De hecho, Pickup afirma que este dispositivo, que puede usarse como banco para sentarse e incluye un cargador para el móvil, es una «solución innovadora que reemplaza árboles» en ciudades que, como Belgrado, tienen cada vez más población, vehículos e industria, y menos zonas verdes.

Spasojevic afirma además que su forma de banco urbano lo convierte en un «punto de encuentro y una marca de barrio» que ayuda a lanzar un mensaje sobre la lucha contra la contaminación y el cambio climático.

El dispositivo, que cuesta unos 3.000 euros, se autoalimenta de energía solar, aunque puede ser conectado a la red eléctrica durante el invierno.

Según Spasojevic, una vez que se haya probado cómo funciona este primer aparato, la idea es instalarlo en otras ciudades.

La empresa que los fabrica puede producir 40 unidades al año, aunque es plan es ir aumentando esa capacidad.

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