Diari Més

La universidad de Almería desmiente que haya encontrado grafeno en las vacunas de Pfizer

El centro docente descalifica un informe elaborado por uno de sus profesores a partir de una muestra que se desconoce de donde salió

Personal médico prepara una dosis de la vacuna Pfizer.

Una sola dosis de AstraZeneca o Pfizer reduce la infección, según un estudioEfe

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Es falso que la Universidad de Almería haya encontrado derivados del grafeno en la vacuna de Pfizer contra la covid-19, como afirman mensajes difundidos en redes sociales que utilizan el análisis de una muestra de origen desconocido publicado en un documento sin valor científico.

En los últimos días ha logrado amplia repercusión a través de distintos canales, entre ellos las redes sociales Facebook, Instagram y Twitter, publicaciones basadas en el documento de un profesor universitario donde se asegura que la Universidad de Almería ha encontrado grafeno al analizar la composición de una vacuna de Pfizer/BioNTech contra la covid-19.

«¡Nos están envenenando!», advierte uno de los mensajes compartidos en redes sobre este supuesto descubrimiento, que en algunas de las publicaciones compartidas explican así: «Ricardo Delgado consiguió una vacuna de Pfizer/BioNTech, la mandó a analizar a una universidad de Almería y encontraron grafeno (carbón puro) tóxico en su interior».

DATOS:

En realidad, no hay grafeno en ninguna de las vacunas contra la covid-19, cuya composición conocen al detalle las instituciones sanitarias encargadas de autorizar la administración de fármacos. El informe es un documento sin rigor científico del que se ha desmarcado la universidad y que fue elaborado por un profesor autor de otra desinformación relacionada con la covid-19.

LA UNIVERSIDAD DE ALMERÍA NO COMPARTE EL RESULTADO

Aunque los mensajes propagados en redes sociales describen el documento como un «estudio científico» de la Universidad de Almería, esta institución ya ha precisado, en un comunicado publicado en su cuenta oficial de Twitter, que se trata solo de «un informe no oficial de un profesor» que la universidad «ni suscribe ni comparte».

En su documento, que tampoco ha sido publicado en ninguna revista científica o médica ni ha sido sometido a la revisión por pares propia de los estudios científicos, el propio autor indica que «los resultados y conclusiones de este informe no implican posición institucional alguna de la Universidad de Almería».

El profesor autor del documento concluye que «el estudio microscópico de la muestra aporta sólidas evidencias de presencia probable de derivados de grafeno», pero no solo admite que no hay una «prueba concluyente» de que sea así, sino que reconoce que los análisis corresponden a «una sola muestra» de la que «se desconoce» su procedencia y su trazabilidad.

«UNA MUESTRA DE ORIGEN DESCONOCIDO»

En su comunicado, la universidad deja claro que se trata del análisis «de una muestra de origen desconocido con ausencia total de trazabilidad». Y el propio autor precisa que para «extraer conclusiones generalizables» haría falta «un muestreo significativo de viales similares» que registrara «origen, trazabilidad y control de calidad» durante la conservación y el transporte previo.

¿Cómo llegó esa muestra a la Universidad de Almería? El profesor explica en su documento que «D. Ricardo Delgado Martín» solicitó que se llevara a cabo una «detección de grafeno en muestra de suspensión acuosa», tras lo que se recibió «por mensajería» un vial «etiquetado con el texto siguiente: 'COMIRNATY (nombre comercial de la vacuna de Pfizer/BioNTech). Sterile concentrate. COVID-19 mRNA. 6 doses after dilution'».

¿Y quién es la persona que encargó ese análisis en busca de grafeno? Pues Ricardo Delgado es un conocido antivacunas y negacionista de la covid, que se presenta como experto en bioestadística y promueve el canal de desinformación La Quinta Columna, que fue suspendido por YouTube al incumplir sus normas de difusión de contenidos.

NINGUNA VACUNA CONTIENE DERIVADOS DEL GRAFENO

Frente a lo que denuncian los mensajes virales, ni la de Pfizer ni el resto de vacunas anticovid contienen derivados del grafeno, un material de átomos de carbono, obtenido del grafito, que posee unas condiciones extraordinarias de dureza y flexibilidad.

El grafeno es además conductor del calor y la electricidad, lo que ofrece grandes posibilidades de uso en aplicaciones tecnológicas, desde las telecomunicaciones 5G hasta las pantallas y carcasas móviles flexibles. Esta circunstancia fue aprovechada para alimentar teorías conspirativas sobre su inoculación como «antenas» que permitieran geolocalizar y controlar a los vacunados.

Además de ser físicamente inviable, como ya explicó en su día EFE Verifica, los controles legales y sanitarios garantizan que las vacunas no contengan elementos tóxicos o inadecuados. Sería «absolutamente imposible», subrayaba Amós García Rojas, jefe de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno canario ypresidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).

García Rojas destacaba que la composición de todas las vacunas contra la covid-19 autorizadas es pública y se encuentra a disposición de cualquier ciudadano con total transparencia en sus prospectos y fichas técnicas, así como en lasguías técnicasde las autoridades sanitarias.

«El grafeno no forma parte de ninguna de las vacunas autorizadas hasta la fecha frente a la covid-19 ni de ningún otro medicamento autorizado, incluyendo vacunas frente a otros microorganismos», recalcaba asímismo hace unas semanas Iván Espada, miembro de la Dirección de Servicios Técnicos del Consejo General de Farmacéuticos.

LAS FARMACÉUTICAS NO PUEDEN OCULTAR DATOS SOBRE SUS VACUNAS

Pese a ello, usuarios de redes sociales convencidos de la presencia en las vacunas de elementos tóxicos como el grafeno han esgrimido la confidencialidad que exigen las farmacéuticas sobre la información que pueda tener uso comercial como supuesta prueba de que estos fármacos podrían incluir componentes que no figuraran en sus fichas técnicas.

Ante una pregunta en el Portal de la Transparencia, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) explica que las farmacéuticas «tienen obligación de presentar un expediente completo en el que no haya nada secreto». Las agencias elaboran entonces un «informe de evaluación motivado» que será público «previa supresión de cualquier información comercial de carácter confidencial».

Las empresas «exigen confidencialidad» sobre datos de uso comercial porque «sus productos están protegidos por las leyes de propiedad intelectual», pero «que los datos sean confidenciales no quiere decir que las agencias no los conozcan». Y no autorizarán las vacunas si su composición no cumple con todos los requisitos «de protección de la salud de los pacientes».

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