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Sucesos

Apuñaló 53 veces a su bebé, lo tiró en un contenedor y se marchó de vacaciones

Fiscalía y acusación particular solicitan prisión permanente revisable

Imagen de un bebé.

Entra en coma por coronavirus y cuándo se despierta tiene un bebé de un mesPixabay

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La gijonesa acusada de asesinar de 53 puñaladas a su bebé recién nacido en Gijón en agosto de 2019 ha reconocido este lunes los hechos en la vista oral iniciada este lunes con la selección del Jurado Popular y la declaración de la procesada, en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón. Tanto Fiscalía como acusación particular solicitan la prisión permanente revisable. La procesada Silvia A.M, simplemente ha reconocido que lo mató, sin querer contestar a más preguntas de las acusaciones. Sí que ha respondido a que la confesión la toma libremente.

La fiscal, por su lado, ha recalcado que el bebé era un recién nacido hijo de la procesada y de su pareja sentimental. Esta ha relatado que lleva 33 años en la Fiscalía, y este caso es «especialmente sobrecogedor». Ha incidido en que se trataba de un bebé a término, con 53 puñaladas, algunas cortantes, con un cuchillo. Ha explicado que el bebé «muere desangrado y sin nombre».

«La madre acabó con su vida», ha sostenido, a lo que ha augurado que su vida era aparentemente normal hasta cuando ella queda embarazada «y se lo oculta a todos». Sobre esta cuestión, ha apuntado que no lo sabía ni la pareja sentimental, ni la familia, ni amigos ni vecinos. No fue tampoco al ginecólogo, según la fiscal, quien ha explicado que el parto es en solitario; hizo lecturas previas en Internet para prepararse. También ha llamado la atención sobre que las fotografías son «impresionantes». Ha ahondado en que después de matarlo, lo mete en una mochila, lo baja a un contenedor y a los días se va de vacaciones.

«El niño estaba completamente formado, a mí me impresionó», ha insistido sobre las imágenes del bebé asesinado. La fiscal, asimismo, ha considerado que la única causa que se puede aventurar es que era un hijo no deseado. Ha defendido que hubo alevosía, porque el bebé no tenía capacidad de defensa y muere desangrado. Ha afirmado, además, que la madre no tiene ninguna patología mental, «es de una maldad tan extrema que es capaz de matar a su hijo recién nacido de esa manera», ha añadido. Ha recalcado que es consciente de lo que hace. «El bebé no va a regresar, ella podrá disfrutar de permisos», ha llamado la atención.

Por parte del abogado de la acusación particular, y en representación del padre del bebé, D.B.S., ha explicado que a su cliente no le mueve «ni el ánimo de venganza ni odio». La razón es que, según su cliente, como no pudo proteger la vida de su bebe ni su dignidad al ser tirado a un contenedor, lo que no voy a permitir es que no se le dé Justicia. Incluso el dinero de la indemnización será donado al Patronato San José para el cuidado de menores. Para la acusación particular, fue un acto «planificado» de manera «calculada, fría y despiadada», al decidir matarlo y luego arrojarlo en un contenedor «como un derperdicio más».

Asimismo, ha apuntado que escogió la forma «más vil», al dar a luz en casa, arrojarlo, y al día siguiente preparar un cumpleaños y sugerir ir de vacaciones, de forma «fría», para evitar ser identificada. También en conversaciones con amigos o vecinos decía que iba a ser imposible identificar al culpable. Y cuando ya lo fue, trató de culpar al padre. «Su proceder es inhumano», ha apuntado.

Por parte del abogado de la defensa ha avanzado que su cliente, al contrario de lo que había mantenido durante la instrucción de la causa, iba a asumir los hechos.

Los hechos ocurrieron el 1 de agosto de 2019, cuando la acusada, que estaba sola en su domicilio, dio a luz al bebé. Según la Fiscalía, ese mismo día la mujer concibió acabar con su vida y antes de las siete de la tarde, hora a la que su compañero sentimental regresaba del trabajo, cogió un cuchillo de cocina y asestó al bebé 53 puñaladas en distintas partes del cuerpo que le provocaron la muerte. Después de matarlo, la acusada metió al bebé, unido por su cordón umbilical a la placenta, en una mochila que tiró a un contenedor de basura situado enfrente de su domicilio. El bebé fue encontrado sobre las 2:30 horas del 2 de agosto, dentro de un contenedor.

La acusada explicó a su novio que los restos de sangre que había por la casa se debían a que había sufrido un sangrado masivo por un quiste en un ovario. La exploración ginecológica a la que se sometió en el Hospital Universitario Central de Asturias descartó por completo su versión y fue detenida el 23 de septiembre de 2019.

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