Casi la mitad de ancianos se sienten ahora más solos

Casi la mitad (43 %) de los mayores consultados por el Observatorio de la Soledad ha considerado que su sentimiento de soledad ha aumentado durante el primer estado de alarma debido a la covid-19 y lo ha asociado a la disminución, limitación o ausencia de contactos con la familia y conocidos.

El 21 % de estas personas ha relacionado este aumento del sentimiento de soledad con la angustia, el vacío, la tristeza, la desesperanza o la desmotivación por la situación.

Esta encuesta la ha impulsado la asociación Amigos de los Mayores y se realizó entre los meses de junio y julio de 2020 a 210 personas mayores vinculadas a los programas de esta entidad, por teléfono.

La consulta la llevaron a cabo nueve alumnos del Máster en Psicogerontología y cuarto curso del Grado de Psicología de la Universidad de Barcelona, coordinados por la psicogerontóloga Montserrat Celdrán, también profesora de esta universidad.

Entre los ancianos encuestados, los que han echado de menos algo durante el confinamiento han dicho, en el 50 % de los casos, que su sentimiento de soledad ha crecido y, entre los que no han echado de menos nada, la mayoría (63 %) cree que su sentimiento de la soledad sigue siendo el mismo que antes del confinamiento.

El 17 % de las personas que durante esa época aumentó el contacto con amigos y vecinos han indicado una disminución en su sentimiento de soledad.

En el 39 % de los casos, aunque dicen haber aumentado el contacto con la red comunitaria, la sensación de soledad ha crecido durante el primer confinamiento.

Antes de la aparición de la covid-19, el 72 % de los encuestados solía ir de compras al mercado o a las tiendas del barrio; el 60 % hacía actividades de ocio, como salir a pasear con amigas o amigos, y el 41 % iban a la parroquia o al centro de mayores cercano.

La pandemia ha cambiado radicalmente la vida para el 52 % de estas personas, que han debido cambiar sus rutinas y dos tercios han declarado que han echado de menos algo de su vida diaria anterior.

Un 18 % ha manifestado que echa de menos la compañía y el contacto personal y hacen hincapié en el contacto presencial y físico, y un 13,5 % hace referencia a la imposibilidad de mantener relaciones familiares.

En cuando al apoyo recibido durante el confinamiento, el 24 % dice que la ayuda que recibe ha aumentado, el 11 % que ha disminuido y el 65 % que no ha percibido ningún cambio en este sentido.

Los autores de la encuesta han indicado que hay «una relación directa y muy significativa» entre el contacto de las personas mayores con la red vecinal y la sensación de seguridad.

Así, casi el 65 % de las personas que han declarado un aumento de los contactos con la red de amigos y vecinos han expresado una mayor sensación de seguridad, y el 74 % de quienes han reducido estos contactos se sienten menos seguros que antes.

Casi una cuarta parte de las personas no han respondido o no saben si se ha discriminado a las personas mayores durante la primera ola de la pandemia pero, entre los que responden, la opinión se divide entre el 53 % de los que creen que ha sido discriminado y el resto, que cree que no.

Cerca de un tercio de los que piensan que sí se ha discriminado a las personas mayores se ha referido a un sentimiento general de abandono, o hablan de este sentimiento como algo que ya estaba presente antes de la crisis de la covie.

El 59 % se han sentido más vulnerables, y un 48 % dicen que hay cosas que antes no les daban miedo y ahora, sí.

El 40 % ha informado de miedo a un posible contagio y muerte a causa de la covid y algunas personas han destacado el miedo a morir en soledad.

Un tercio de los consultados ha mencionado la necesidad de más contacto y compañía por parte de familiares, amigos y voluntarios de la asociación Amigos de los Mayores.

Durante el confinamiento, el 74 % ha usado el teléfono como herramienta de comunicación principal, si bien un 6 % lo ha combinado con vídeollamadas de Whatsapp.