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Salud

En marcha un proyecto para crear placenta artificial para bebés prematuros extremos

El objetivo es salvar vidas y evitar secuelas en los bebés con menos de 26 semanas de gestación

L'exterior de l'hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Hospital Sant Joan de Déu de BarcelonaACN

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BCNatal, el consorcio formado por el Hospital Sant Joan de Déu y el Clínic, ha puesto en marcha un proyecto para crear placenta artificial para bebés prematuros extremos. Se trata de una iniciativa pionera a Europa, que en una fase más adelantada ya se ha llevado a cabo en los Estados Unidos y en Japón. Según ha explicado el director de BCNatal y líder del proyecto, Eduard Gratacós, en Europa cada año hay más de 25.000 nacimientos de bebés prematuros extremos y, de los que sobreviven, más de un 75% lo hacen con secuelas. Por eso, el objetivo es salvar vidas y evitar que estos bebés desarrollen enfermedades. El proyecto se encuentra en una primera fase y se calcula que en un periodo de entre cuatro y seis años se podrá aplicar en humanos.
Gratacós ha explicado que hace más de dos años que trabajan en el proyecto. En estos momentos se está desarrollando un modelo experimental parafeto de oveja, que pronto se pondrá en marcha y permitirá evaluar que todos los órganos se formen bien dentro de la placenta artificial.

De hecho, este es uno de los puntos clave del proyecto. «El objetivo no es mantener al bebé con vida, sino con vida óptima», ha apuntado a Gratacós. Por eso, la placenta artificial que están diseñando quiere reproducir de la manera más parecida posible las condiciones que se dan cuando el bebé se encuentra dentro de la madre para crear un «ambiente protegido». Incluso uno de los componentes que se está estudiando es la reproducción de los sonidos que hay en la placenta y como eso favorece en el desarrollo del feto.

Beneficios con respecto a la incubadora

El líder del proyecto ha asegurado que para los bebés prematuros extremos la incubadora es un sistema «invasivo». Según ha explicado, los bebés con menos de 26 semanas pesan 500 gramos y no tienen formados los órganos más importantes: los pulmones, el intestino, el sistema cardiovascular y el sistema cerebral. Es por este motivo que hay «secuelas graves», que con la placenta artificial se podrían evitar. «Es un ser que no estaba preparado para salir y por eso ponerlo en la incubadora es agresivo», ha recalcado.

«La placenta es como un órgano para el feto», ha añadido. Por eso el proyecto todavía tiene algunos retos y trabaja con tecnología muy adelantada. Gratacós ha explicado que hay cinco puntos clave: la transición del cordón umbilical, el mantenimiento el más parecido posible a las condiciones de la placenta de la madre, la monitorización para hacer un seguimiento del bebé y la manera de proporcionarle oxígeno y comida. Todo eso se haría con el bebé ya fuera de la madre con el bebé dentro de una especie de «bolsa traslúcida».

«Es de los proyectos más relevantes que se harán al país en los últimos años», ha afirmado el director gerente del hospital Sant Joan de Déu, Manel del Castillo. En esta línea, hay implicadas directamente casi una cincuentena de expertos, entre los cuales especialistas en medicina fetal, neonatólogos, cardiólogos o cirujanos pediátricos. Indirectamente el proyecto implica entre 200 y 300 personas y está impulsado por la FundacióLa Caixa.

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