Diari Més

Investigación

La exposición a los dispositivos móviles no repercute en el volumen del cerebro en adolescentes

Los resultados del estudio sugieren una asociación entre navegar por internet con wifi y un menor volumen del núcleo caudado

En el momento del impacto la niña chocó frontalmente contra el aparato.

Muere una niña de 3 años al impactar la cara contra la 'tablet' en un accidente de tráficoPixabay

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Un equipo del Institutde SalutGlobal de Barcelona (ISGlobal) ha concluido que la exposición a los dispositivos móviles no se asocia con alteraciones del volumen del cerebro en adolescentes. El ISGlobal ha realizado el primer estudio epidemiológico que explora la relación entre diferentes dosis de campos electromagnéticos de radiofrecuencia con los volúmenes cerebrales de más de 2.500 adolescentes holandeses. Los resultados han descartado un vínculo, aunque sugieren una posible asociación entre el uso de los dispositivos para navegar por internet con conexión wifi y un menor volumen del núcleo caudado del cerebro, que interviene en la memoria y la coordinación de movimientos.

La mayoría de los estudios anteriores han evaluado la asociación entre las diferentes fuentes por separado de campos electromagnéticos de radiofrecuencia (CEM-RF) y el desarrollo del cerebro, sin encontrar asociaciones claras. La investigación delISGlobal, publicada en la revista Environment International, se propuso analizar las alteraciones en los volúmenes cerebrales con un enfoque integradores de varias fuentes de estos campos.

El estudio se realizó con datos de más de 2.500 niños y niñas de entre 9 y 12 años de la cohorte Generation R Study de Róterdam (Países Bajos). La madre o el padre informó mediante un cuestionario sobre el uso de dispositivos móviles de su hijo o hija. Se estimó la dosis que recibe el cerebro de diferentes fuentes de CEM-RF y se agruparon según tres patrones de exposición: llamadas telefónicas, usos de pantalla y otros factores ambientales, como las antenas de telefonía móvil. Por otra parte, se realizó una resonancia magnética a los niños y niñas para conocer los volúmenes de diferentes partes del cerebro.

Los resultados mostraronque la dosis total de CEM-RF no se asociaba con alteraciones en el volumen del cerebro ni de sus lóbulos, ni tampoco al hacer llamadas, que es cuando se produce la dosis más alta, de CEM-RF que recibe el cerebro.

Por el contrario, sí que se encontró un vínculo entre un menor volumen del núcleo caudado -una parte de cerebro que interviene en la memoria y en la coordinación de movimientos- y la dosis de CEM-RF de dispositivos con pantallas –móvil, tableta y ordenador portátil– cuando se utilizaban para navegar por internet mediante conexión wifi.

La investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio Alba Cabré ha apuntado que los resultados muestran que no se produce la asociación entre exposición a CEM-RF y volumen cerebral y ha reconocido que, con respecto al segundo hallazgo, todavía no tienen explicación. «Al navegar por internet en móviles, tabletaso portátiles mediante wifi la exposición del cerebro a CEM-RF es mucho más baja que cuando se realizan llamadas telefónicas, por ejemplo, por la distancia del dispositivo respecto la cabeza. En cualquier caso, «este resultado se tiene que tomar con muchísima cautela, ya que no se puede descartar la influencia de otros factores o que sea hallazgo casual»,ha detallado Cabré

Los investigadores han apuntado que una posible explicación de los resultados es la influencia de los factores sociales o individuales relacionados con ciertos usos de los dispositivos móviles, y no la exposición de CEM-RF al cerebro. La coordinadora del estudio, Mònica Guxens, ha apuntado que «no se puede descartar que la manera de utilizar los dispositivos móviles pueda relacionarse con alteraciones cerebrales». «Hay que hacer más estudios sobre dispositivos de comunicación móvil y sus posibles asociaciones con el desarrollo del cerebro, independientemente de si la relación se debe a la exposición a CEM-RF u otros factores relacionados con su uso», ha manifestado.

La dosis media estimada de CEM-RF a la que el cerebro de los adolescentes estaba expuesto fue de 84,3 mJ/kg/dia, mientras que la dosis estimada más alta se encontró en el lóbulo temporal (307,1 mJ/kg/dia), valores muy por debajo de las recomendaciones de la Comisión Internacional para la Protección contra Radiación No Ionizante (ICNIRP).

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