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Las máscaras caseras no protegen, ¿pero ayudan a no contagiar la covid-19?

No hay informes científicos que confirmen su nivel de efectividad, pero los expertos coinciden en que no se dejen de lado las medidas preventivas

Imagen de varias mascarillas.

Un grupo de personas voluntarias de Cambrils confecciona 800 mascarillasCedida

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La escasez de máscaras homologadas ha animado la proliferación de iniciativas para fabricarlas de manera casera con diferentes materiales, pero ninguna de ellas impide ser infectado y hay división de opiniones entre expertos e instituciones sanitarias sobre si ayudan a no contagiar a los otros.

Tela, papel de cocina, filtros de café, botellas de plástico... Es muy variada la lista de materiales entre los cuales se puede escoger si se buscan tutoriales en internet para confeccionar máscaras artesanales, pero las opiniones sobre su verdadera eficacia enfrente del coronavirus son también muy diferentes según los especialistas o los organismos sanitarios que se consulten.

Su eficacia

La infectóloga Belén Padilla, vicepresidenta del Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem), es tajante cuando se le pregunta por estas máscaras: «No protegen a nadie, ya que, si estás enfermo, filtran el virus; y, si pretendes protegerte de una infección, tampoco hacen de barrera». Según insiste, mantener la distancia de seguridad de 1,5 a 2 metros es exactamente igual de'eficaz.

Alerta también de que dan sensación de falsa protección y «con su uso se pueden olvidar otras medidas básicas, como mantener la distancia de seguridad y, antes de nada, realizar un correcto lavado de manos».

Padilla coincide con el criterio de la Organización Mundial de la Salud (OLMOS), institución que, en un reciente informe, advierte además que las máscaras confeccionadas con algodón pueden ser incluso una fuente potencial de infección, ya que, como no son resistentes a los fluidos, pueden retener humedad y contaminarse.

Sólo hay consenso científico mundial en un punto: No sirven en absoluto para no contagiarse de coronavirus. Pero ni siquiera las máscaras quirúrgicas homologadas cumplen este fin, excepto las de alta eficacia FPP, según explica a Efe la vicepresidenta del Colegio Oficial de Médicos de Madrid.

Las discrepancias empiezan cuando se trata de confirmar si permiten al menos no contagiar a los otros, como ocurre con las quirúrgicas. Enfrente del escepticismo de esta experta y de la misma OMS, en países como República Checa, Eslovaquia o los Estados Unidos se ha optado por recomendar a la población sana el uso de estas máscaras caseras, siempre combinado con otras medidas de prevención.

Una gran ayuda o una medida complementaria

El principal argumento de los partidarios de su uso es que, aunque no sean eficaces al 100% enfrente del coronavirus -medida sólo 120 nanómetros de diámetro y no hay garantizabas que quede retenido en materiales no homologados-, sí que es una manera de ponerle alguna traba.

Así lo defiende la investigadora del CSIC Beatriz Novoa, especialista en Inmunología y autora de un tutorial en YouTube para enseñar a fabricar máscaras con papel de cocina.

Además, el uso de máscaras caseras permite reservar el suministro de las homologadas a los que más lo necesitan: Personal sanitario, enfermos de coronavirus y otros enfermos inmunodeprimidos.

Más optimista, Vladimir ZdimaL, jefe del departamento de Química y Física de aerosoles en la Academia de Ciencias de la República Checa, considera que, según su experiencia profesional, «una simple máscara casera puede prevenir la dispersión de hasta el 95-100% de las microgotas potencialmente infectadas». Así lo afirma en un vídeo checo que promueve el uso generalizado de máscaras.

También aconsejan su uso en los EE.UU. Allí, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sostienen que las máscaras caseras de tela pueden servir para desacelerar la propagación del virus y evitar que los que puedan ser portadores sin saberlo lo transmitan a otras personas, de manera que las definen como una «medida adicionales y voluntarias de salud pública».

En líneas generales, no hay informes científicos que confirmen cuál es su nivel de efectividad y tanto expertos como organismos sanitarios coinciden que, si se opta por su uso, es fundamental no dejar de llevar a cabo medidas preventivas como el lavado de manos, el distanciamiento social o no tocarse la cara.

Cómo tienen que fabricarse y usarse

Los CDC estadounidenses recomiendan fabricar máscaras de tela de «algodón de trama cerrada» que cuenten con varias capas o pliegues, cubran nariz y boca, puedan ajustarse de manera firme pero cómoda contra los lados de la cara y se aseguren en las orejas con algún tipo de lazo. Tienen que permitir respirar sin restricción y tienen que poder lavarse y secarse sin deformarse.

La OMS explica en su web oficial y en un vídeo en inglés cómo tiene que colocarse, usarse, retirarse y rechazarse correctamente una máscara, tanto si es de fabricación casera como si es homologada, ya que hacerlo de manera incorrecta puede resultar no solamente ineficaz sino peligroso.

En todo caso, la Organización Mundial de la Salud insiste siempre que el uso de máscaras puede dar una sensación de falsa seguridad y no es sustitutorio de otras medidas como el lavado de manos, el distanciamiento social o evitar tocarse la cara.

Según detalla, para no contaminarla hay que lavarse las manos con agua y jabón o un desinfectante a base de alcohol antes de colocarse la máscara y después de retirarla, además de no tocarla mientras se lleva puesta y levantarla con cuidado de no tocar con los dedos la parte delantera.

Las máscaras tienen que retirarse cuando empiecen a estar húmedas y, según el material, tienen que rechazarse inmediatamente (por ejemplo, si son de papel higiénico) o lavarse en una lavadora (si son de tela).

Con papel de cocina

La investigadora del CSIC Beatriz Novoa lo pone fácil: papel de cocina, dos gomas elásticas y una grapadora. Este es todo el material que se necesita para construir una máscara casera según el tutorial grabado por esta experta en Inmunología.

En el mismo vídeo recalca que es la forma más básica de fabricarlas de manera artesanal y advierte que estas máscaras «no protegen completamente del contagio de coronavirus».

Sin embargo «es una manera de ponérselo un poco más difícil y de dejar las verdaderas máscaras que sí que protegen al personal sanitario y no desproveerlos».

Estaría en cualquier caso una máscara de un solo uso, que tiene que retirarse cuando empiece a estar húmeda para no volver a utilizarla.

Con telas cortadas y cosidas

Son las máscaras de fabricación casera más extendidas y las que recomiendan instituciones sanitarias como los CDC estadounidenses. Estos centros aconsejan que el tejido sea algodón de trama cerrada, como el de una sábana o una camiseta, y que cuenten con varias capas o pliegues.

La organización norteamericana explica incluso el procedimiento para confeccionarlas con un trozo de tela o una camiseta tanto en un vídeo en inglés como en su página web en español.

Para los más hábiles, existen también numerosos tutoriales que enseñan a realizar máscaras de tela cosidas a mano o en máquina de coser.

Con un pañuelo o bandana

Se trata de una variante de la máscara de tela en la cual no se necesita hacer ningún tipo de costura, ya que tan sólo se utiliza un pañuelo o bandana doblado varias veces y un par de gomas elásticas.

Hay tutoriales específicos de esta modalidad en Twitter y también en la web de los centros estadounidenses para el control y la prevención de enfermedades.

Con un filtro de café

En el mismo tutorial que se puede encontrar en YouTube se alerta de que esta máscara realizada con filtros de café y gomas elásticas no es la ideal. Los CDC de los EE.UU. proponen utilizar este material no como máscara en sí misma, sino como filtro interior de una máscara fabricada con un pañuelo.

Con una botella de plástico

Es uno de los tutoriales sobre máscaras más visto en internet, pero hasta ahora no ha sido recomendado por ningún organismo oficial.

Consiste en realizar una serie de cortes en una botella de plástico para poder adaptar el resultado a la forma de la cara. El principal problema es que la máscara puede no ajustar bien y dejar vacíos que incumplen las recomendaciones de la OMS para su colocación correcta.

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