Torra admite que «desobedeció» la JEC porque era «imposible cumplir una orden ilegal»

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha admitido este lunes ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJC) que «desobedeció» la Junta Electoral Central (JEC) en relación a la demanda de retirar la pancarta del Palau de la Generalitat durante la campaña del 28-A porque era «imposible» cumplir una orden «ilegal». Durante el juicio, el jefe del Gobierno ha dicho que era una orden dictada por un organismo que no tenía competencias para solicitarlo. También ha subrayado que como presidente de la Generalitat tiene el «deber» defender los derechos y las libertades de los ciudadanos y que no permitirá nunca «que sean vulnerados y pisados». Torra ha concluido que la JEC no es un «órgano jerárquico superior» a la figura del presidente de la Generalitat y ha calificado el caso como una «vulneración» de la libertad de expresión y una «censura».

Concretamente, ha constatado que la JEC «no es un órgano jerárquico superior» y que al ser unas elecciones españolas, la Generalitat no tenía «ninguna participación en el proceso electoral».

De hecho, Torra ha acusado la JEC de querer llevarlo a una «disyuntiva muy clara», la de obedecer un mandato «ilegal» o bien hacerlo «prevaricar». Ha añadido que se intentó que incurriera en un delito de presuntas coacciones si se pretendía que Torra ordenara la retirada de esteladas, lazos amarillos o pancartas del edificios públicos.

Preguntado por su abogado sobre por qué motivo colgó la pancarta en el balcón del Palau de la Generalitat, Torra lo ha justificado porque «existe» en la sociedad catalana un «gran consenso» sobre la no judicialización del conflicto político catalán.

Ha recordado que el Parlament rechazó en dos ocasiones proposiciones de ley que reclamaban la retirada de la pancarta y que si la hubieran retirado «se habría dado la razón» a los grupos que eran contrarios a la exhibición de la simbología. También ha hablado de posicionamientos internacionales a favor de una resolución a través de la política.

«Niego que los lazos amarillos sean partidistas»

Sobre la diferencia entre los lazos amarillos y las esteladas, Torra ha dicho que los lazos tienen el origen histórico durante la Guerra de Sucesión en Cataluña y que se utilizó en otras ocasiones históricas. Ha defendido que no es un «símbolo de propaganda o partidista» porque va «más allá de los partidos» y que, como defiende un «deseo de justicia», tendría que ser «patrimonio» de cualquier estado democrático de derecho. «Niego que los lazos amarillos sean partidistas o propaganda», ha concluido.

En el caso de las esteladas, ha dicho que son un símbolo reconocido por el Parlament, y por lo tanto, legal que simboliza el anhelo de «libertad, democracia y acción no violenta». Ha dicho que el concepto «presos políticos» no corresponde a ningún partido político en concreto porque lo utilizan formaciones diferentes.

El presidente de la Generalitat ha lamentado que la orden de la JEC «no era clara» y ha dicho que a pesar de reclamar aclaraciones, el organismo respondió con más «ambigüedad» hasta que los instó a sacar toda la simbología.

Torra ha confesado que de la JEC entendió que acabaría en un juicio porque lo «amenazaba» y sabían que era «imposible cumplir con una orden ilegal». «Yo no podría prevaricar y sabían que acabaríamos aquí. Así lo entendí yo», ha manifestado.

Finalmente, ha argumentado que no sabe a que se refieren cuando se le acusa de no haber prestado auxilio y ha criticado a que en la base de instrucción del procedimiento no se le preguntó sobre este supuesto delito.

Los policías no saben cuándo se colgó la simbología

Después de Torra, de los once policías de la Brigada de Información que tenían que declarar, las acusaciones han renunciado a siete de ellos, dos de los cuales lo tenían que hacer por videoconferencia, a causa del retraso en el horario previsto y la reiteración en sus versiones.

Los cuatro que han declarado han explicado que les ordenaron ir delante de edificios de la Generalitat para fotografiar si había simbología en las fachadas. Fueron entre el 19 y el 22 de marzo al Palau de la Generalitat y a las consejerías de Interior, Gobernación y Empresa. En respuesta a la defensa, todos han explicado lo mismo: que no saben cuándo se colgó la simbología ni quien la colgó.