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La fiscal eleva a agresión sexual la acusación por la violación en grupo en Manresa

Pide para los acusados penas de prisión de entre 14 y 15 años

Plano general de tres de los acusados, acompañados de una familiar, llegando a la Audiencia de Barcelona.

La fiscal eleva a agresión sexual la acusación por la violación en grupo a ManresaACN

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La fiscal ha decidir elevar a agresión sexual la acusación contra los seis procesados por violar a una menor en grupo en Manresa en el 2016. Así, pide penas que oscilan entre los 14 y 15 años de prisión. Durante su informe final, ha acusado a los procesados de actuar como una «organización criminal» y aprovechar su superioridad numérica para «intimidar» a la víctima. Asegura que sentencias como «la de la Manada» han sido determinantes para tomar la decisión de modificar las conclusiones iniciales. Para el séptimo acusado, mantiene el delito de omisión de socorro. Por su parte, la acusación particular ha mantenido la acusación de agresión sexual y pide entre 15 y 20 años de prisión.

La fiscal, que inicialmente calificaba los hechos de abuso sexual, ha optado por elevar la pena a agresión en la última vista, celebrada este lunes la mañana en la Audiencia de Barcelona. Acusa a dos de los acusados, BAMC y MPT, de un delito continuado de agresión sexual, con carácter principal, y pide para cada uno 15 años de prisión. Además, para el primero, BAMC, presunto instigador de los hechos, añade cuatro delitos de amenazas –uno de ellos nuevo, ya que un testigo aseguró haber sido amenazado nuevamente antes del juicio-, y pide para cada uno de ellos dos años y seis meses de prisión.

Con respecto al resto de acusados, que según la misma fiscal también habrían participado en la violación de la menor «por turnos», a cuatro les atribuye también el delito de agresión sexual y pide penas de 14 años. Se trata de DDRL, YJC, WDC y MART. En este último, además, lo acusa de un delito de amenazas y pide un año y seis meses de prisión.

En el caso de IGR, lo acusa sólo de omisión de impedir el delito, y mantiene la multa de unos 4.300 euros.

Paralelamente, en todos los casos, establece un periodo de libertad vigilada de diez años y la imposibilidad de acercarse a la víctima y a los amigos de esta que han testificado en el juicio. Además, por el daño moral causado a la víctima, la fiscalía pide una indemnización de 60.000 euros.

«La denigrasteis»

Durante su informe final, la fiscal ha asegurado que ha dado credibilidad al testimonio de la joven, que entonces tenía 14 años y que la decisión de elevar la acusación no ha respondido a ningún «capricho», reconociendo que la sentencia de la Manada y la del TSJC de una violación por turnos en Bossòst (Lérida), en el 2017, han influido en su decisión.

La fiscal ha insistido en que se trató de una actuación «orquestada» y que lo sucedido no fue «sólo una fiesta», como afirman los acusados. «Quizás tratarla como un objeto sexual es una fiesta», ha ironizado. Ha asegurado que los jóvenes, aunque lo niegan, se habían perfectamente que la joven era menor y que aprovecharon que eran unos cuantos para violarla. «¿Qué situación le hicisteis vivir?», ha preguntado al aire, acusándolos de «denigrarla y pisar su cuerpo para celebrar una fiesta».

La fiscal ha insistido en el hecho de que lo que sufrió la joven fue una «intimidación», motivo por el cual ha optado para elevar la acusación. Ha asegurado que la «atemorizaron» y se aprovecharon de ella.

La acusación mantiene la pena

Por su parte, la acusación particular ha optado por mantener las acusaciones de agresión sexual continuada contra BAMC y MPT, y de agresión sexual contra DDRL, YJC, WDC y MART. Pide penas de entre 20 y 15 años de prisión.

La defensa pide la absolución

En sus informes finales, las defensas han pedido la absolución de sus clientes al considerar que no hay bastantes pruebas contra ellos. Se basan en el hecho que la víctima dijo que no recordaba muchas cosas, aunque después añadió algunas más por «flashes» que le venían a la cabeza, y eso comportó algunos cambios de versión y «contradicciones». Además, admitió que había bebido alcohol y fumado cannabis, pero no se le encontró ninguna droga que le hubieran podido hacer ingerir involuntariamente. Tampoco se le detectó ningún síndrome de estrés posttraumático y han destacado los problemas familiares y personales que había sufrido anteriormente a los hechos. También han acusado a la principal testigo de la acusación, amiga de la víctima y que admitió haber fumado marihuana, tener muchas contradicciones en las diversas declaraciones que ha hecho delante de los Mossos d'Esquadra el juzgado instructor y la Audiencia y «contaminar» la versión de su amiga.

Las principales dudas son sobre la presencia o no de pistolas en el lugar de los hechos, unas supuestas amenazas de los agresores a las chicas o la presencia de cada uno de ellos en la casita donde se habría producido la agresión sexual múltiple. Eso comportaría una falta de credibilidad de las dos, que llevaría a aplicar el precepto de 'in dubio pro reo'. También hay elementos objetivos que han querido destacar para hacer dudar al tribunal, como el hecho de que la amiga de la víctima no fuera agredida, la pérdida o no de los teléfonos móviles, la falta de iluminación, que la víctima no sufriera ninguna lesión de consideración o el hecho de que las dos chicas se marcharan del lugar y volvieran voluntariamente. En el caso de algunos acusados, además, hay varias pruebas, según las defensas, que determinarían su no participación en los hechos.

En la salida de los juzgados, en declaraciones a los medios, el abogado de B.A.M.C., Abel Pié, ha reconocido que no le había sorprendido el cambio de opinión de la fiscal. Confía, sin embargo, en qué acaben absolviendo a su cliente. «Entendemos que son pruebas difuminadas, no concretas», ha asegurado, lamentando que la fiscal se haya basado únicamente en un testigo de referencia. Y es que, de la misma manera que ha dicho durante el informe final, ha reiterado que la víctima no recuerda nada. Además, ha recordado que las pruebas de ADN sólo apuntan a un acusado. Según el letrado, «alguna cosa pasó, pero no lo que explican», ha añadido.

Muestra de ADN de uno de los acusados

Durante esta última jornada de juicio, han testificado las peritos forenses que practicaron los pruebas de ADN en la ropa de la víctima, que han determinado que sólo se encontró restos de uno de los acusados. Las mismas peritos han reconocido, sin embargo, que había mezclas que no han podido ser atribuidas al resto de acusados, un hecho que según ha justificado, podría ser debido a la poca calidad de los restos encontrados.

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