Diari Més

Un miembro de Peu de Pau niega talleres de «golpes e insultos» sino de «cómo movilizarse pacíficamente»

Jordi Armadans defiende que Romeva «siempre» ha rechazado la violencia y ha apostado por el diálogo

El director de FundiPau, Jordi Armadans, declarando como testigo en el Tribunal Supremo.

El director de FundiPau, Jordi Armadans, declarando como testigo en el Tribunal Supremo.Senyal Tribunal Suprem

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Un miembro del colectivo Peu de Pau, el director de la Fundació per la Pau (Fundipau), Jordi Armadans, ha defendido esta iniciativa se puso en marcha para «reforzar la conciencia pacífica de la movilización catalana», y que se hizo «formación de cómo sería la acción no violenta». En respuestas a la fiscalía, Armadans ha negado a la fiscalía que en los talleres se hablara sobre «insultos, amenazas y golpes». En su declaración ante el Supremo, ha explicado su larga relación con el exconseller Raül Romeva, de quien ha dicho que «siempre ha estado convencido de que la violencia no es un instrumento aceptable para ninguna reivindicación» y que los conflictos se resuelven con «diálogo».

Armadans ha definido a Peu de Pau como uno «confluencia de varias personas de diferentes procedencias profesionales» que se presentó públicamente el 18 de octubre del 2017, después del 20-S y el 1-O, con el objetivo de hacer «un llamamiento para que la sensibilidad por la paz presente muchas veces en la sociedad catalana se reforzara». Así, ha defendido que se van sensibilización, divulgación, promoción y formación de «cómo movilizarse de forma pacífica y no violenta en cualquier momento».

A preguntas de la fiscalía, Armadans ha remarcado que «se hacían talleres de formación de cómo sería la acción no violenta» y ha desvinculado a Peu de Pau de los CDR. Ha dicho que es posible que algún CDR pidiera algún taller, pero que no había «ningún tipo de acuerdo» entre los dos colectivos.

La fiscalía ha preguntado si en los talleres se hacía formación sobre «insultos, amenazas, golpes, lanzamientos de objetos o patadas». Armadans lo ha negado, ha defendido que los miembros del colectivo proceden de «el ámbito pacifista» y que los talleres eran «de formación de cómo sería la acción no violenta».

«La violencia no es aceptable» para Romeva

Armandans ha explicado que conoce el exconseller Raül Romeva desde hace 27 años, con quien ha coincidido en varias campañas de fomento de «cultura de paz» y por el desarme. En su etapa de político, ha destacado que «demostraba su inquietud sobre la construcción de paz a nivel internacional». Armandans ha destacado que Romeva «siempre ha estado convencido de que la violencia no es un instrumento aceptable por ninguna reivindicación social y política, siempre lo ha rechazado de pleno», y que el exconseller considera que «todo conflicto se tiene que resolver a través del diálogo y la negociación, no por la represión». Para el testigo, esta ha sido su «manera de entender la política y el activismo».

No vio «ningún incidente» el 1-O ni el 20-S

Con respecto al 1-O, ha explicado que visitó cinco centros de la ciudad de Barcelona, donde vio «gente que se había conocido allí» que «estaba colaborando en la organización de la votación», con «civismo» y sin «ningún incidente». Se trataba, ha dicho, «de una parte de la sociedad civil organizada de forma activa y colaborativa».

Armadans también ha relatado un ambiente «relajado y tranquilo» el 20-S delante de la sede de Economía, con concentrados que «no eran especialmente activistas» que «no se manifiesta en lugares donde se prevén incidentes». También ha dicho que estuvo en la sede de la CUP, donde tampoco vio «ningún tipo de incidente ni bronca».

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