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Al día se producen unas cincuenta y cinco agresiones a personal de enfermería en el Estado

Impulsan la campaña #stopagressions para «visualizar» la situación y animar a los trabajadores a que los incidentes «no queden impunes»

Imágenes de ayer a mediodía, con pacientes todavía en los pasillos.

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El sindicato de enfermería SATSE ha alertado de un incremento en las agresiones al colectivo. Actualmente, según ha denunciado desde la delegación de Gerona David Oliver, hay un repunte de agresiones físicas, sobre todo «empuje y puñetazos». Oliver ha explicado que el perfil del agresor es muy transversal y que los profesionales que más riesgo tienen son los de urgencias, sobre todo en momentos «con mucha demanda y mucha carga de trabajo». En este sentido, los «recortes» que ha sufrido el sistema público han propiciado más situaciones de tensión en los centros sanitarios, según ha señalado la secretaria provincial de Tarragona, Cati Ródenas. Por este motivo, el sindicato ha puesto en marcha la campaña #stopagressions para dar visibilidad a estos casos -490 en el 2016 en toda Cataluña-, pero también para concienciar al colectivo de enfermeros de que hay que dar el paso de denunciar para que «el agresor no se sienta impune». Satse recuerda que algunas medidas preventivas de la anterior campaña, que se hizo en el 2004, todavía no se han desplegado del todo como es el caso de los timbres de aviso en caso de agresión.

Los últimos datos disponibles, del 2016, señalan que el Instituto Català de la Salut (ICS) registró 490 agresiones a profesionales sanitarios, 58 de las cuales fueron físicas. Estas agresiones se han traducido en las bajas laborales de cuatro médicos, un enfermero, cuatro auxiliares de enfermería y un celador. La atención primaria es la que ha recibido más agresiones, un total de 383 (217 de las cuales en el área metropolitana).

Los datos del 2016 ya apuntan a un cambio de tendencia con más agresiones físicas y menos verbales, que todavía son las mayoritarias. Del primer tipo, el global catalán pasó de 47 a 58 mientras que de la segunda tipología el descenso fue de 454 a 432. La problemática, sin embargo, se mantiene «oculta» y en «silencio» dado que, según datos del 2012, el 85% de los casos no se denuncian.

El efecto de los «recortes»

Según ha admitido la secretaria provincial de SATSE Tarragona, Cati Ródenas, los profesionales a menudo «hacen la vista grande», sobre todo ante amenazas e insultos, porque establecen una relación empática con los usuarios. A su parecer, el «deterioro» de la calidad asistencial, el incremento de las listas de espera y los «recortes» en general han comportado «un mayor grado de insatisfacción» de pacientes y familiares. «La gente quizás se piensa que amenazándonos le arreglaremos antes la situación, pero si el sistema funciona bien es por|para el esfuerzo de los profesionales, que dan el 110% y también sufren las deficiencias,» ha subrayado.

Es por eso que la campaña #Stopagressions. Res justifica justifica una agresióquiere interpelar a los profesionales, los ciudadanos y las administraciones para incidir en la concienciación y conseguir medidas verdaderamente efectivas. La iniciativa pretende que se denuncien más agresiones, desatar las carencias del sistema sanitario de los profesionales y concienciar a los ciudadanos de que ninguna causa las puede justificar.

Durante este año se distribuirá material informativo a los centros sanitarios como carteles, trípticos y adhesivos para seguir con la tarea de concienciación. La campaña se presenta esta semana por toda Cataluña y pone el foco en la «tolerancia cero» hacia las agresiones.

Repunte de agresiones

Ahora la campaña quiere dar un paso más porque alertan de que la tendencia del incremento de agresiones físicas sigue. Desde la delegación de Satse en Gerona, David Oliver, resalta que reciben «empuje, puñetazos» o a veces se estropea material de la sala.

En las comarcas gerundenses, la atención primaria recibió en el 2016 un total de 40 agresiones, en las que hay que sumar las 7 al Hospital Josep Trueta. El sindicato tiene detectados algunos casos de personas «reincidentes» y algunas «zonas conflictivas». Estos puntos tensos, según detalla Oliver, se producen en mostradores de selección y a las urgencias. En estos lugares la situación se agrava todavía más cuando hay «picos asistenciales fuertes».

Trabajo pendiente desde el 2004

#Stopagressions toma el relevo de una campaña que se impulsó en el 2004 por el mismo motivo. Entonces se acordaron una serie de medidas preventivas que el sindicato admite que no se han desplegado. David Oliver ha detallado que hay que incrementar la formación, que los protocolos de agresión «sean válidos fuera del papel» y que se impulse la instalación de timbres para hacer frente a estas situaciones, entre otras medidas.

La anterior campaña sí que sirvió para reconocer al personal sanitario como autoridad pública y que, en caso de denuncia, su testigo valiera más que el del agresor. Ahora, el sindicato busca que «dejen de quedar impunes».

Según el sindicato, al conjunto del Estado se producen una media de 55 agresiones diarias a enfermeras o enfermeros, más de 20.000 al año.

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