Atraca una tienda tapado con una máscara de 'Scream' y se lleva 1.100 euros

Los Mossos d'Esquadra buscan a un ladrón que este lunes atracó la tienda de la estación de tren de Caldes de Malavella, Selva. El asaltante, que se tapaba la cara con una máscara de 'Scream', iba armado con un cuchillo de cocina de grandes dimensiones. Se llevó unos 1.100 euros en efectivo.

El hombre, que hablaba castellano con acento magrebí, llevaba vendajes en los brazos y en la pierna izquierda (posiblemente, para esconder sus tatuajes). Después de cometer el robo con violencia, huyó con una motocicleta.

El atraco tuvo lugar el lunes poco después de las siete menos cuarto de la tarde. El ladrón, un joven de unos 20 años, entró a la estación disfrazado con una máscara de 'Scream' y armado con un cuchillo de cocina de cerámica de grandes dimensiones. El chico, de unos 1,80 metros de altura, fue directamente a la tienda, que comparte mostrador con la parte de venta de billetes.

Allí, amenazó con el arma a las dos trabajadoras. A una, la hizo estirar boca abajo en el suelo con las manos abiertas y le exigió que no se moviera. A la otra, le exigió que abriera las cajas registradoras (para evitar dejar huellas).

El atracador, que hablaba castellano con acento magrebí, se llevó todo el dinero. Aproximadamente, unos 1.100 euros en efectivo. Después, huyó con una scooter en dirección a la zona de fábricas que hay próxima a la estación.

Según la descripción que hicieron las trabajadoras, el ladrón llevaba pantalones cortos tejanos, camiseta y zapatillas deportivas negras y una mochila de color rojo. Uno de los rasgos que les llamó la atención es que llevaba vendajes en los brazos y en el pie izquierdo.

Los Mossos d'Esquadra, después de recibir la alerta, han abierto una investigación para intentar identificarlo. Entre otros, la policía inspeccionará las grabaciones de las cámaras de seguridad que hay en la estación, y que grabaron al ladrón cuando entraba disfrazado.

Segundo robo en tan sólo tres días

Este es el segundo robo con violencia en tan sólo tres días que vive la tienda de la estación de trenes. El sábado por la noche, hacia las once y cuarto, otro ladrón también entró. Entonces, dentro del establecimiento sólo había una trabajadora, que ya se disponía a cerrar.

El ladrón empezó a golpear con violencia uno de los cristales del escaparate. Cuando la trabajadora se acercó para decirle que ya estaba cerrado, el hombre rompió el cristal, entró en la tienda, amenazó la empleada y se llevó el dinero de la caja. De hecho, este lunes, parte del escaparate todavía estaba tapado con un cartón (a la espera que pongan un cristal nuevo).

A la hora de actuar, para evitar que la gente que había en un bar-restaurante próximo oyera el estropicio, el ladrón aprovechó que a Caldes se celebraba la fiesta mayor. Precisamente, a aquella hora, se estaba haciendo el correfuego y un espectáculo pirotécnico.