Valles
Un refugiado palestino casteller de la Joves: «Al otro lado están destruyéndolo todo, y aquí estamos construyendo con el cuerpo»
La Joves de Valls actuará en el partido Catalunya – Palestina haciendo un paralelismo con la Olimpiada Popular de 1936

Ramsis Hijazi, refugiado palestino, y miembro de la Colla Joves Xiqeuts de Valls.
Ramsis Hijazi es activista y refugiado palestino. Todavía no hace un par de años que forma parte de la Colla Joves Xiquets de Valls y este martes vestirá la camisa roja para actuar en el Estadio Olímpico antes del partido entre las selecciones de Catalunya y Palestina. Dice que es una oportunidad para mostrar el «apoyo» al pueblo palestino. Después de perder casi a una treintena de familiares en la guerra, la colla ha sido el lugar donde aferrarse: «Necesitaba alguna cosa para continuar, un objetivo», explica a ACN. «Al otro lado están destruyéndolo todo, y aquí estamos construyendo con el cuerpo», manifiesta. Además, la Joves hace un paralelismo con la apertura de la Olimpiada Popular de 1936, donde tenía que actuar y que fue frustrada por el golpe de estado.
Hijiazi nació en el campo de refugiados de Balata, en Cisjordania, es la tercera generación de su familia que lo hace. Llegó a Cataluña en 2017 en el marco del programa Erasmus+, como voluntario de una entidad en Barcelona. Después de un año, volvió a Palestina, y durante un ataque del ejército israelí, lo detuvieron. Explica que lo torturaron y cuando lo dejaron en libertad, decidió salir del país y volver al estado español. A pesar de ser solicitante de asilo, se le denegó porque ya había vivido a aquí sin haberlo pedido. En noviembre del 2021 fue a Valls. Ahora espera poder obtener la nacionalidad el próximo año.
En Valls fue al apuntarse a un campo de trabajo donde le garantizaban también una cama y comida. Al acabarse, fue a Cáritas a pedir ayuda y el mosén le ofreció un pequeño almacén donde ha adecuado el espacio y ha establecido su habitación. Sin embargo, reconoce que «no es un lugar para vivir allí». Dice que ha intentado encontrar casa a través de la oficina de vivienda, remarca que no quiere «ocupar» nada, sino hacerlo todo «legalmente» para traer a sus parientes aquí. «Con la guerra mi familia está muriendo, no lo puedo soportar más», exclama.
También le cuesta encontrar trabajo. Hasta el 27 de octubre, ha estado trabajando de intérprete en un programa de la Generalitat después de que el estado español recibiera a una veintena de menores de edad de Palestina que estaban enfermos y heridos, para ser tratados en varios hospitales, algunos de ellos catalanes. Es informático y ahora vuelve a buscar trabajo.
Los primeros años de establecerse en la capital del Alt Camp hizo de voluntario en Cáritas y en la Cruz Roja. Allí le explicaron la tradición de los castells y decidió apuntarse a la Colla Joves Xiquets de Valls. «Al
otro lado del mundo lo están destruyendo todo: edificios, la vida de la gente... A mí me gusta construir cosas, y aquí en la colla se está construyendo cosas, literalmente, con nuestro cuerpo y las emociones», comenta el palestino.
Una «familia»
Ramsis ha perdido a 29 familiares suyos desde que Israel empezó la invasión de Palestina. Los primeros meses, durante un bombardeo en el barrio de Rimal, en Gaza, mataron a varias personas de su familia. Otros han muerto de hambre, apunta, y el marzo pasado durante un ataque del ejército israelí mataron a su padre. Mientras lo explica se toca el brazo y dice que después de tantas muertes ya no «sientes». «No tienes ni emociones ni nada», lamenta mientras recuerda que a su padre sólo lo lloró un día.
«Estoy intentando tirar adelante», indica. Aquí está solo, y por eso remarca que la colla castellera es para él como una «familia». «Quiero hacer raíces», argumenta. Dice que después de morir su padre «necesitaba alguna cosa para continuar, un objetivo con un entorno cómodo, que no juzgue y te dé apoyo». Explica que lo encontró en la Colla Joves y que eso lo ha ayudado a «salir adelante».
Partido Catalunya – Palestina
El martes 18 de noviembre, el Estadio Olímpico acogerá un partido de fútbol entre la selección de Catalunya y la de Palestina. Hijazi dice que es «importante» que los palestinos vean el «apoyo de la gente del mundo» hacia Palestina. Afirma que es «simbólico», pero que estas «muestras» son una dosis «de esperanza» para los palestinos. «Tengo la familia catalana aquí y la palestina allí. Y ahora siento que Palestina y Cataluña están haciendo una cosa conjunta», celebra.
Los de la camisa roja desplazarán a Barcelona a un centenar de castellers. Isaac Rubio que es miembro de la Joves recuerda el lema de Anselm Clavé: «los castillos son fuerza, equilibrio, valor y juicio». «A nosotros nos gusta añadir familia y orgullo. Cuando viene alguien a la colla intentamos apoyarle, y que si necesita ayuda se le pueda ofrecer, nos sentimos como una familia».
El activista cree que es el único palestino que forma parte de una colla casteller y es una experiencia que recomienda a sus compatriotas. Rubio apunta que «las administraciones hacen 250.000 leyes para la integración, para poder hablar en catalán... Que pasen una temporada en una colla castellera y verán que no hacen falta leyes. Aquí cualquier recién llegado es bienvenido», afirma. «Ramsis, el compañero palestino, es una persona más», sentencia.
Paralelismo con la Olimpiada Popular de 1936
Para la Joves de Valls la actuación en el Estadio Olímpico este martes es especial. Hacen un paralelismo con su participación en la apertura de la Olimpiada Popular que se tenía que celebrar en 1936 en Barcelona. La ciudad había organizado unos juegos alternativos a los oficiales, que acogía la Alemania nazi. El golpe de estado y el inicio de la Guerra Civil, sin embargo, lo frustró.
Del 19 al 26 de julio, Barcelona tenía que acoger el acontecimiento deportivo y varios grupos castellers tenían que actuar en el acto de apertura. Los castellers de la Joves, herederos de la entonces Colla Nova dels Xiquets de Valls, llegaron hasta la capital, pero los autobuses tuvieron que girar por culpa de los tiros». «Fue bastante épico por lo que explican los que lo vivieron», indica Rubio.
Los de la calle de Gassó quieren «acabar el trabajo empezado por nuestros antepasados», manifiesta el casteller. «La Guerra Civil detuvo la actividad castellera durante bastante tiempo» y ahora la Joves de Valls hará de telonero de un partido «significativo», con una selección que «representa una nación oprimida».