Diari Més

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El acto solemne de un ayuntamiento es la celebración del Pleno, al que asiste toda la corporación. Allí se dirimen los asuntos decisivos para la Ciudad, tanto los propuestos, mediante Mociones, por el gobierno como los de la oposición. Si son aprobadas es obligado ejecutarlas. No hace mucho, la oposición en Tarragona criticaba que de las 141 Mociones aprobadas en dos años, es un sin sentido que solo se hayan ejecutado 8. Me pareció increïble. Pero no estamos solos, la oposición de Reus, sin citar cuantía, se queja de lo mismo. Es decir, ambos Consistorios de pompa y oropel, se saltan a la torera mociones, sean o no importantes. Quiero suponer que en Tarragona, de las 133 restantes no ejecutadas, pongamos la mitad—razonamiento puramente mental -- debieron significar trascendencia. Pues estan en el purgatorio de los justos.

Sobre ese tema, como acostumbro, acudo a la historia del siglo pasado: Ayuntamiento de Tarragona, Pleno de Octubre de 1988, Alcalde JM. Recasens del PSC, gobernando a falta de dos votos para la mayoría absoluta. (El joven Ballesteros regentaba la subàrea de cultura, fiestas, juventud y deportes). Siendo humilde concejal de CiU en la oposición, presenté la Moción que muy estractada decía lo siguiente: Problema importante de la Ciudad, es la via férrea, que supone una barrera impidiendo la urbanización de la fachada marítima y el libre acceso a la playa. Una oportunidad histórica podria resolverla. No aprovecharla representaría muestra irresponasabilidad. Renfe proyecta en estos momentos una modificación del trazado de la via a su paso por Tarragona, que comprende suavización de curvas, determinados passos a nivel, terminales de viajeros, mercancías, clasificación y servicios. Desconozco el proyecto, si éste Ayuntamiento lo conoce y si contempla el desvío férreo.

Proponemos lo siguiente:

1) Que nuestros Servicios técnicos informen sobre la viabilidad del desvío y trazado.

2) Que la secretaría informe sobre aspectos administrativo y jurídico.

3) Oposición municipal a trazados que no comporten nuestro desvío.

4) Que el Sr. Alcalde inicie, en nombre de la Corporación, de inmediato negociaciones con Renfe Madrid sobre el desvio, alejándolo de la costa hacia la zona oeste de la Ciudad. En respuesta hubo las siguientes intervenciones:

Portavoz de AP (PP actual) Totalmente de acuerdo, aconsejando la intervención de la Generalitat y el Consell Comarcal. Respecto punto tercero, evitar enfrentamientos. Concejal de AP: En 1984 conoció un estudio del Ingeniero de Caminos Jefe de Carreteres, sobre trazado de desvio, puede facilitar documentación sobre tramo de desviamiento de la N.340 y reserva de terrenos en previsión del paso del ferrocarril. En ese momento pedí la palabra ofreciendo suprimir el punto 3 y aludiendo conocer que el Concejal de Urbanismo en su traslado a Madrid no consiguió traerse el proyecto. Intervino el Concejal Urbanismo, PSC: Estimaba improvisada la mocion, sin demostrar modelo de Ciudad, aunque reconociendo cosas interesantes. Que ese proyecto es desviamiento en Vilaseca y no corresponde a Tarragona. (Siguió gran parrafada sobre temas ferroviarios, que Renfe ha expropiado terrenos desde O, 600 km. Dijo que hasta Sant Vicens, conlleva mejora de curvas y de la Carretera N340). Añadió que un estudio hasta Valencia probablemente comporte un hipotético cambio de la Estación, nada alude sobre la ubicaciíion ni la modificación del trazado desde Vilaseca a Tarragona. Renfe no contempla la desviación de la linea ferrea por la zona oeste. Argumentó que como PSC cree que se debe estudiar salvar la barrera soterrando la via o superándola, para integrar el espacio a urbano, que un estudio desestimó por problemes de rasante. Existe un proyecto que introduce el ferrocarril perpendicularmente por debajo de Pons Icart siguiendo en túnel hasta hipotética estación en plaza Verdaguer o cerca del Cami de la Cuixa. Otro desplazándolo por la plaza Imperial Tarraco, pero opinó que hubo suerte no adoptándolo, porque frenaría el desarrollo urbanístico y hoy la tendríamos en medio de la Ciudad. Otros estudios siempre formaban otra barrera urbanística y ademas significarian desviar el ferrocarril desde Reus, situando la estación a 8 km. superando el ambito de nuestra ciudad. Concluyó afirmando que no podía aprovar la moción. Solo aceptaría que la Generalitat estudiara un trazado alternativo, condicionado a mantener el trazado y la estación en nuestro término. Añadió no aceptar ninguno de los puntos de la moción. El portavoz de CiU manifestó que admite añadir la propuesta del PSC pero no una moción sutituyente. El Alcalde preguntó si los partidos estaban de acuerdo en aceptarla añadiendo las condiciones de su partido. Se aprobó por unanimidad. En el Pleno de Noviembre solicité al Sr. Secretario informe sobre la gestión realizada. Contestación: El alcalde se negó a firmar el acta esperando tratar el tema hoy. No se ha hecho nada de la moción. Solicité inquisición del porqué. El Alcalde manifiestó que no deseaba entrar en discusiones. Solicité que constara en acta y pedí de nuevo la palabra. Fué denegada.

Eso fué todo, incomprensible la fuerte oposición posterior del Alcalde negándose a ejecutar la Moción. Más extraño que ningun partido, ni el propio CiU, se preocupó del tema ni forzaron activarlo mediante cualquier medio. Quedé indignado, inerte y confuso. Ahora pienso que fué una de aquelles oportunidades que se pierden en el camino – como esas películas de misterio que de repente sale el Fin dejando que el espectador resuelva -- como final de tango «que pudo haber sido y no fué». Quizá el Alcalde consideró perdido un enfrentamiento con la poderosa Renfe, o le sucedió que a veces en política el vendaval de situaciones provoca dejar a un lado gestiones dificiles. Pero ¿Y si se hubiera logrado? Finalmente sugiero que se revisen esas 133 mociones metidas por la burocracia en el cajón del olvido. Alguna beneficiaria a Tarragona y hay que resucitarla.

Avergonzado por mi suerte, nuestro emocionado «sí» pudo entrar en la urna. Debido a la vulnerable edad, con mi esposa fuimos portados a la mesa cariñosamente, como en volandas, por los excelentes voluntarios. Después solo pude sufrir en mi alma la brutal, contundente y desafiante agresión del poderoso gobierno, que recibieron amigos y convecinos.

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