La Tarragona del futuro: un barrio tecnológico, una nueva estación de tren y una ciudad de 200.000 habitantes

Este miércoles el equipo de gobierno se ha reunido con los diferentes grupos municipales del consistorio para exponerles el proyecto del nuevo POUM. 

En las próximas semanas seguirán las negociaciones. Este proceso hará que las normas urbanísticas transitorias que hay actualmente en la ciudad y que caducan en noviembre se tengan que prorrogar, un hecho que para el consejero de Urbanismo de Tarragona, Ignacio García, no tiene que suponer un problema.

El alcalde, Rubén Viñuales, ha destacado que el nuevo planeamiento permitirá que «Tarragona crezca por todas partes y de forma sostenible», a nivel «social, económico y medioambiental», a la vez que «prioriza la cohesión». 

La gran novedad es la reconversión del entorno de la antigua CLH y el polígono Francolí en un nuevo barrio tecnológico, con nuevas viviendas y que haga de nexo de unión entre el centro y los barrios de Ponent.

También se incluiría una nueva estación ferroviaria, que se convertiría en la principal de la ciudad. El proyecto inicial la sitúa en la A-27 y las vías de tren llegarían soterradas. 

«Las infraestructuras no pueden condicionar la ciudad, es la ciudad la que condiciona las infraestructuras; y tenemos claro cuáles son y dónde las queremos», ha remarcado Viñuales.

 Paralelamente, en el norte de este espacio y también en el ámbito que hoy en día se conoce como Horta Gran, habría una nueva zona verde con espacios de reserva agraria.

Pero la clave para desarrollar todo este entorno es la marcha de su ubicación actual de la empresa Exolum (antigua CLH) en los terrenos del actual Complex Educatiu, conocido popularmente como la Laboral. 

Para que eso sea realidad, los equipamientos educativos se trasladarían al límite entre Bonavista y Campclar, justo debajo de la Anella Mediterrània. Una operación que hace años que se negocia, de la que García es optimista pero que todavía no está cerrada y que también cuenta con la intervención de la Generalitat, propietaria de los terrenos de la Laboral.

Crecimiento en Llevant

En el área de Llevant, la propuesta del POUM incluye crecimientos urbanísticos más moderados que en proyectos anteriores. 

En la Budellera «se redimensiona el volumen», mientras que en torno a Mas d'en Sorder se reservan 10 hectáreas por viviendas al límite con el término municipal del Catllar, y que ya está urbanizado. 

Además, se transforman 37 hectáreas más en zona verde. En Terres Cavades, se recuperan proyectos urbanísticos, con «crecimiento sostenible», ha garantizado Viñuales. «Quizás es el último POUM de crecimiento que tendrá Tarragona», ha manifestado.

García ha detallado que se prevén cuatro grandes planes especiales urbanísticos (desembocadura del Gaià, desembocadura del Francolí, Anella Verda y playa Llarga) y hasta diez planes parciales urbanísticos.

 «Reducimos el suerlo urbanizable respecto del POUM del 2013 a 300 hectáreas, que se incorporan en la Anella Verda», ha destacado el consejero. 

Aparte, las viviendas de protección oficial se repartirán tanto en Llevant como en Ponent, una medida que García ha destacado por tal «de evitar crear guetos». En el global de la ciudad, el crecimiento máximo podría llegar a ser de 56.000 habitantes, una cifra que García ha dicho que no se producirá porque los POUM nunca se desarrollan en su totalidad.

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