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Cultura

El Ayuntamiento de Reus se hace cargo de la gestión de Cal Massó y lo abrirá a colectivos

Extinguido el contrato de explotación, creará su programación cultural estable y quiere dotar el espacio de una parte «pedagógica y social»

El equipamiento acoge estos días una exposición.

El Ayuntamiento de Reus se hace cargo de la gestión de Cal Massó y lo abrirá a colectivosOlívia Molet

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El Centro de Arte Cal Massó ha pasado a ser gestionado de manera directa por el Ayuntamiento, después de que el contrato con la empresa que lo explotaba quedara extinguido a principios de año. Desde la covid, el espacio permanece sin programación estable y, de hecho, su agenda se ha mantenido prácticamente del todo vacía en los últimos 12 meses, tal como ya recogió este rotativo. El concejal de Cultura, Daniel Recasens, explica ahora que «había tres modelos: licitarlo, intentar hacer un encargo –y, por lo tanto, pensar en una futura licitación sí o sí– o, como es un equipamiento de cultura, trabajarlo nosotros mismos» y dice que «finalmente, nos hemos decantado por la tercera opción porque entendemos que es la que más responde a las necesidades y demandas de cultura contemporánea en la ciudad». Por eso, «la gestión de Cal Massó es ahora interna». El cambio de modelo se hizo en enero.

Recasens expresa que la decisión se ha tomado también porque «es un equipamiento que ya está en marcha y que puede funcionar sin una excesiva reformulación, y al mismo tiempo porque recoge la identidad del propio espacio desde su momento inicial». El hecho de que la última adjudicación ya resultara complicada de materializar –el proceso había quedado desierto en alguna ocasión– y que la covid no facilita las cosas habrá tenido igualmente alguna cosa que ver. El concejal de Cultura subraya que, en esta nueva etapa que ahora empieza, Cal Massó será «un espacio de creación de cultura contemporánea, pero utilizaremos sobre todo este año para perfilarlo de la manera que sea más adecuada». Por eso, «durante 2021, lo utilizaremos como un lugar donde tendrá que caber la programación estable cultural porque queremos que sea un laboratorio, un punto de creación, de exposición, pero muy socializado: intentaremos que nos participen las entidades culturales que tenían este espacio como un espacio propio». Recasens precisa, en esta línea, que la concejalía que encabeza buscará «la participación de los colectivos, porque pretendemos que Cal Massó tenga una pata muy pedagógica y muy social, y es el que trabajaremos este año desde el equipo de Museus».

Ligado a Reus Cultura

La nueva programación estable de Cal Massó «estará directamente ligada a Reus Cultura» y, mientras acabe de tomar forma, el equipamiento de la calle de Pròsper de Bofarull «lo utilizaremos como un espacio más», aunque «lo que sí que miraremos durante este tiempo de espera es que no sea un espacio contenedor sino que tenga una determinada visión de qué ámbito de la cultura es lo que se quiere trabajar». Desde el pasado 6 de marzo y hasta el día 15 de abril, a las instalaciones hay desplegada una exposición bajo el título 55 urnes per la llibertat, que permite ver las creaciones que han hecho 55 artistas a partir de las urnas del referéndum del 1 de octubre de 2017.

La última empresa que se había hecho con en el contrato para dotar de una programación estable Cal Massó había sido Quatre Quaranta Gestión Cultural, la ganadora del proceso de licitación que el Ayuntamiento había puesto en marcha a principios de 2018 y al cual se presentaron un total de tres propuestas. A este concurso le había precedido uno anterior, celebrado en el 2017 y que quedó desierto. Y antes, Cal Massó había acogido un proyecto liderado por Isaac Albesa. La explotación se adjudicó finalmente a Quatre Quaranta y quedó en sus manos, según los datos que refleja la plataforma de contratación, a partir de octubre de 2018. La empresa generó residencias de artistas, cápsulas de creación, exposiciones y conciertos. El acuerdo era para dos años con la posibilidad de prorrogarse para dos más, pero la opción de hacer efectiva la prórroga se descartó en enero. La alternativa de la municipalización no es nueva. De hecho, lo había planteado –en una sesión de lleno y antes de que el espacio volviera a salir a concurso público en el 2018– la CUP, pero la propuesta quedó, entonces, desestimada.

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