Diari Més

Tortosa recupera el desconocido retablo barroco de las santas Càndia y Còrdula restaurado por la Diputación

La emblemática pieza, fragmentada y oculta durante décadas, vuelve con carácter permanente a la Catedral, donde este jueves se ha presentado a la ciudadanía

Plano medio del retablo barroco con el alcalde de Tortosa, Ferran Bel, de espalda, haciendo una foto con el móvil, y el obispo de Tortosa, Enric Benavent, de espalda, explicando las particularidades de la pieza de arte.

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El retablo barroco de las santas Càndia i Còrdula, copatronas de Tortosa, vuelve a lucir en un lugar destacado de la Catedral de Santa Maria después de haber estar durando décadas fragmentado en 33 piezas y almacenado en unas dependencias anexas del templo. El conjunto escultórico, de 5 metros de anchura por 7 de altura, ha sido restaurado por los profesionales de los Talleres de conservación y restauración de bienes culturales de la Escuela de Arte de la Diputación en Tortosa. En las últimas semanas ha sido montado en la capilla del Espíritu Santo del ábside de la Catedral, una operación también financiada por la Diputación. El retablo se quedará indefinidamente, y permitirá disfrutar del único exponente del arte barroco clasicista de las Tierras del Ebro y de un elemento emblemático del patrimonio artístico tortosino, desconocido para la mayoría.

La presentación pública del recuperado retablo de las santas Càndia y Còrdula se ha llevado a cabo este jueves por la noche, en un acto en la Catedral en que han participado al presidente de la Diputación, Josep Poblet; el obispo de Tortosa, Enrique Benavent; el alcalde de la ciudad, Ferran Bel, y el decano del Capítulo Catedral, José-Luis Arín, entre otros representantes de la Diputación y de las instituciones tortosinas. El presidente de la Diputación ha destacado el talento de los profesionales de la Escuela de Arte de la Diputación en Tortosa en el proceso de restauración, en el cual se han invertido 30.000 horas. El coste global de todo el proceso que ha permitido recuperar el emblemático retablo tortosino llega a los 450.000 euros.

La ciudadanía ya pudo ver un fragmento del retablo la exposición 'Or i color al seglo XVII', que se llevó a cabo en la Escuela de Arte de la Diputación después de la restauración de la pieza. Ahora ya se podrá disfrutar en su totalidad, ya que se han rehecho elementos que faltaban. El montaje ha sido la última fase del proyecto de conservación y restauración que tiene que garantizar la salvaguardia de una obra monumental de carácter litúrgico y cultural de época barroca. Con esta actuación, la Diputación ha contribuido a recuperar, conservar, difundir y poner en valor el patrimonio cultural de las Tierras del Ebro y del Campo de Tarragona, de acuerdo con las líneas estratégicas de la institución.

Poblet ha destacado que esta ha sido la pieza más importante que la Escuela de Arte de la Diputación en Tortosa ha restaurado desde que tiene el taller de restauración y conservación de bienes culturales. Desde el 2009, la Diputación ha restaurado una veintena de obras del obispado de Tortosa y se ha convertido en uno en lo referente a todo el país.

Por su parte, el obispo de Tortosa, Enric Benavent, ha alabado el trabajo hecho para recuperar un retablo escondido durante décadas en un almacén, y ha agradecido la implicación de la Diputación para devolver en la catedral un retablo muy importante para la historia religiosa de Tortosa, ya que dos de las santas que aparecen fueron patronas de la ciudad.

Por último, el alcalde de Tortosa, Ferran Bel, ha agradecido también el trabajo de la Escuela de Arte y de la Diputación para hacer posible la restauración y montaje de un retablo que podrá ser visitado por los ciudadanos a partir de este jueves. Bel ha recordado que en los últimos cuatro años se han impulsado obras importantes en la catedral que permiten poner más en valor uno de los activos también turísticos de la ciudad.

El más antiguo de su estilo

Las santas Càndia y Còrdula han sido objeto de gran devoción en la ciudad de Tortosa a lo largo de los siglos, especialmente la primera, que tuvo capilla y cofradía propia en el siglo XVI. La santa tenía fama de curar enfermedades y paliar calamidades públicas, como sequías e inundaciones por las crecidas del río Ebro. Las dos santas también están representadas en el cadirat de madera de la Catedral y en una fachada del templo. Con respecto al retablo, de estilo barroco clasicista (tiene características renacentistas y barrocas), fue encargado en 1668 y construido en 1671, si bien se desconoce la autoría. Lo que sí que se sabe es que es el más antiguo de los siete que conforman el conjunto barroco de la catedral, y también que es el único ejemplo de barroco clasicista de las Tierras del Ebro. La imagen central en relieve del cuerpo principal representa a santa Càndia y en los laterales se encuentran los relieves de santa Còrdula (a la derecha) y santa Úrsula (a la izquierda). El ático está presidido por el relevo|relieve de medio cuerpo de Padre Eterno.

Arquitectónicamente, tiene una estructura de planta rectilínea con algunos elementos escalonados que avanzan. Mantiene una tipología de fachada, con una división vertical de tres calles separadas por cuatro columnas aparejadas, dos a cada lado, de fuste acanalado con estrías en diferentes direcciones, preludio de la columna salomónica. Horizontalmente, se distribuye en cuatro pisos: basamento, banco, cuerpo principal y cuerpo superior o ático.

Técnicamente, el oro pulido ocupa gran parte de la superficie del retablo, realizado mediante la técnica tradicional del dorado en el agua sobre cuenco rojo. Se establecen combinaciones entre el oro y la pintura al temple de huevo estofada, aplicada a los adornos cortados y a los vestidos de las imágenes. Los trabajos de los estofados encima del oro combinan técnicas diversas, la punta de pincel, el picado o graneado y el esgrafiado, ejecutado muy finamente con dibujos de tramas diferentes para distinguir y resaltar los motivos.

Diferentes ubicaciones a lo largo de la historia

La primera ubicación del retablo fue la capilla del claustro renombre de santa Càndia. En el siglo XIX, cuando se construyó la actual capilla del Santíssim, las capillas del claustro de la Catedral desaparecieron y el retablo de las copatronas de Tortosa se trasladó a una capilla absidal. Después se desmontó y guardó en unas dependencias anexas (se desconoce el motivo de su desguace y la época concreta en que se produjo).

El retablo sufrió varios traslados y manipulaciones desafortunadas, y el hecho de haber sido desmontado durante mucho años propició la pérdida de algunos elementos, como el basamento, la mesa del altar, el panel en relieve del cuerpo superior y varios elementos decorativos, y eso también contribuyó al resto de alteraciones. En general, las 33 piezas conservadas presentaban un estado de conservación malo.

Una restauración compleja

Los procesos de conservación y restauración de esta gran pieza han sido largos por la complejidad de la obra y el gran número de piezas. Los trabajos efectuados en los Talleres de conservación y restauración de bienes culturales de la Escuela de Arte de la Diputación en Tortosa han permitido la eliminación de los insectos xilófagos, la consolidación de la madera, la limpieza de todo el conjunto, la retirada de elementos añadidos en épocas posteriores, la reconstrucción de fragmentos que faltaban y el retoque pictórico de la policromía perdida, entre otras actuaciones.

La última fase de recuperación y conservación del retablo de las santas Càndia y Còrdula ha sido su montaje en la capilla absidal del Espíritu Santo de la Catedral de Tortosa.

Retablo barroco restaurado en la catedral de Tortosa, con el obispo de Tortosa, Enric Benavent, de espalda, mostrándolo.

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El decano del capítulo catedralicio, mosén Arín; el presidente de la Diputación de Tarragona, Josep Poblet; el obispo de Tortosa, Enric Benavent; el alcalde de Tortosa, Ferran Bel; y el archivista de la catedral, mosén Josep Alanyà, delante del retablo barroco.

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