Diari Més

La Asociación de Familias de Enfermos de Alzhéimer anuncia que desaparece

Jaume Solé, presidente de la entidad, lo argumenta por el bajo apoyo de las administraciones y un descenso del número de usuarios

Jaume Solé cierra el local de Sant Pere i Sant Pau, un hecho que ya repartirá pocas veces.

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La Asociación de Familias de Enfermos de Alzhéimer de Tarragona, la primera que hubo en el Estado, anunció ayer que cierra las puertas, que desaparece después de ofrecer sus servicios los últimos veintiún años. La decisión es definitiva y obedece a varios factores, como explicó el presidente y fundador de la entidad, Jaume Solé, a quien se mostró «totalmente decepcionado con el Ayuntamiento».

El traslado de la sede de la asociación a Sant Pere i Sant Pau –hasta el 2012 se encontraba en la Cooperativa Obrera– ha provocado una pérdida de usuarios, «porque la gente no quiere subir hasta aquí», pero el detonante definitivo ha sido el hecho de que «no podemos funcionar como un centro de día con los ingresos que recibimos por subvenciones». Solé lamentó de manera reiterada «el poco apoyo económico recibido del Ayuntamiento» y puso como ejemplo que «el año pasado recibimos 700 euros de Relaciones Ciudadanas y 1.753 del Consejo Municipal de la Discapacidad, cuando se otorgaron 610 euros a la Asociación Cultural Rusa o 1.255 al Centro Gallego de Tarragona».

En la actualidad, la asociación tiene 110 socios que pagan una cuota de 65 euros al año y el presupuesto que aprobó para el ejercicio del 2016 fue de 120.000 euros. «El setenta por ciento de los ingresos procedieron de subvenciones, concretamente del 0,1 por ciento del IRPF, y de la Generalitat», dijo Solé, quien remarcó que la mayor parte se destinaba «a pagar servicios como el agua y la luz, y a sueldos de las personas contratadas». La plantilla actual es de ocho personas que trabajan a tiempo parcial.

Jaume Solé subrayó que «la asociación está al corriente de los pagos, pero no puede ser un centro de día». El presidente recordó que «nacimos como una entidad de carácter reivindicativo y tomé la decisión de fundar la asociación para ofrecer un servicio cuando el año 1986 le diagnosticaron Alzheimer a mi madre, una enfermedad entonces muy poco conocida».

La asociación ha llegado a un camino sin retorno «porque, económicamente, es imposible mantener este local, que es del Ayuntamiento, pero todo el contenido lo hemos financiado nosotros, y la desaparición de ayudas como las que concedía Caixa Tarragona a través del programa 'Tu ajudes' nos han afectado», dijo Solé.

El presidente de la asociación anunció que el próximo 21 de septiembre, Día Mundial del Alzhéimer, «no iremos al Ayuntamiento a repartir lacitos verdes, y no lo haremos por dignidad». Solé informó de que «el pasado mes de julio pedí una reunión con el alcalde Josep Fèlix Ballesteros, y todavía no me han llamado: ¿ésta es su sensibilidad?». El responsable de la entidad también cuestionó las ayudas que, vía subvención, concede la Generalitat. «Este año nos ha concedido 24.000 euros, pero como contrapartida tenemos que justificar que hagamos actividades por valor de 44.000, cuando no disponemos de recursos propios». Es por este motivo que «hemos renunciado a recibirla».

La Asociación de Familias de Enfermos de Alzhéimer de Tarragona ha iniciado el proceso de disolución y ya estudia a quien destinará el material de que dispone. Solé anunció que «a la Escuela de Enfermería de la Universidad Rovira i Virgili le haremos entrega de una biblioteca formada por unos 150 libros, y también «daremos al IES de Sant Pere i Sant Pau y a colegios laicos de Tarragona», como ordenadores con pantalla táctil utilizados por enfermos para hacer ejercicios de memoria. «Cuando entregue las llaves del local al Ayuntamiento, estará vacío», dijo Solé.

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