Diari Més

Los usuarios del pipi-can del Parc de la Ciutat compran una manguera para limpiarlo

Ingresan una denuncia en la OMAC, acompañada de una cincuentena de firmas, para pedir al Ayuntamiento que mantenga la zona en condiciones

Uno de los usuarios limpiando el espacio dedicado a perros con una manguera que han adquirido con sus recursos económicos.

Los usuarios del pipi-can del Parque de la Ciudad compran una manguera para limpiarloCristina Aguilar

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Hartos de los destrozos que ocasionan algunas personas y, también, de limpiar la zona de manera voluntaria, usuarios del espacio destinado a los perros, en el Parc de la Ciutat, presentaron ayer una denuncia delante de la Oficina de Atención al Consumidor (OMAC) del Ayuntamiento de Tarragona. Cerca de una cincuentena de usuarios van expresar, de esta manera, su malestar por la situación en que se encuentra el pipi-can y el aspecto que ofrece.

A unos pocos metros del edificio modernista de la Quinta de Sant Rafael, es frecuente ver propietarios de animales regando con una manguera «que hemos comprado nosotros», porque «el Ayuntamiento no viene a limpiar», dijo ayer Antonio Román, un habitual de este recinto destinado a los perros.

Román comentó que hace casi un año que se trasladó la ubicación del pipi-can del Parc de la Ciutat a un nuevo lugar. En el tiempo transcurrido, «todavía no hemos visto que hayan entrado los de la limpieza pública para dejarlo en condiciones y, por este motivo, nos encargamos nosotros de ponerlo a punto e, incluso, compramos una manguera de agua para regarlo».

Este propietario de un perro galgo explicó en Diari Més que «somos muchos los que vamos en el pipi-can de este parque y casi todos nos conocemos, también los animales, que cuando se encuentran es como una fiesta para ellos». «A partir de las ocho de la noche se pueden reunir entre veinte y veinticinco perros», dijo Román con satisfacción.

El malestar de los firmantes de la denuncia presentada al OMAC obedece tanto a «la falta de limpieza como por los desperfectos que causan unos jóvenes que se juntan en esta zona para beber y hacer otras cosas, que destrozan las papeleras». «Hace unos días rompieron un elemento donde los perros pueden beber agua», indicó el propietario del galgo.

«Lo arreglamos nosotros»

Román pide «más interés por parte del Ayuntamiento por cuidar el pipi-can». En este contexto, explicó que «las tres papeleras que hay no están en condiciones y, nosotros, hemos tenido que arreglar una puerta y parte de una valla que estaba rota: lo hemos hecho como hemos podido y para evitar que los perros salgan de la zona». Además, «dentro del pipi-can disponemos de cuatro bancos, dos de madera y dos de piedra en los que no te puedes sentar porque son muy duros, y, también, son insuficientes por la gran cantidad de gente que vamos al pipi-can con nuestros animales, teniendo en cuenta que en todo el parque hemos contabilizado 32 bancos».

Este usuario del espacio destinado a los perros no dudó a decir que «los que nos reunimos en el pipi-can somos como una familia». «Hay personas de toda la ciudad, incluso que vienen a pasear su perro desde la Parte Alta, la Arrabassada o Sant Ramon».

En el escrito entregado al OMAC, presentado por Antonio Román y reforzado con diverso material fotográfico que muestra los desperfectos, además las rúbricas de otros usuarios, se puede leer «solicitamos que sean reparados los objetos dañados y, al mismo tiempo, rogamos que se aseguren de arreglar los desperfectos generales». Si el Ayuntamiento no actúa, «nosotros seguiremos regando el pipi-can para tenerlo en buenas condiciones».

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