Diari Més

«Cuantas más lenguas hablas, más abierto estás al mundo»

La directora del CNLT valora con nota muy alta la experiencia que aportan las parejas lingüísticas

Rosa Ibarz, directora del Centre de Normalització Língüística de Tarragona.

«Cuantas más lenguas hablas, más abierto estás al mundo»Cristina Aguilar

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—¿Quién se beneficia más de las parejas lingüísticas, quién está aprendiendo la lengua o el voluntario que la enseña?

—La experiencia es muy positiva para todos. Algunos voluntarios piden que la pareja lingüística sea de países exóticos, orientales... para introducirse en otras culturas. Algunos hacen intercambios de lenguas porque hay alumnos que hablan muchas y a los voluntarios les interesa, por ejemplo, hablar el inglés. Cuantas más lenguas hablas, más abierto estás al mundo. Es un intercambio muy beneficioso.

—¿Cuántas parejas lingüísticas se han formado este año?

—Hacemos dos convocatorias al año y en la de este mes de abril se han hecho sesenta parejas en la ciudad de Tarragona. Algunas repiten y otras son nuevas. La mitad de los alumnos que participan son repetidores, porque la experiencia les ha parecido interesante.

—¿Algún voluntario tiene más de un aprendiz?

—En algunos casos, tienen dos pares, y excepcionalmente se pueden tener tres, pero no es lo habitual. No dan clase, hacen conversa. Esta actividad tiene una duración mínima de diez horas, una por semana.

—¿Tienen mucha demanda?

—Sí, mucha, y lo tenemos que ajustar al número de voluntarios que tenemos, a los cuales estamos muy agradecidos. Tienen mucho interés por ayudar a gente que está aprendiendo catalán. El año pasado tuvimos 500, de los cuales, 270 en la ciudad de Tarragona. Nuestra zona comprende cuatro comarcas: Tarragonès, Alt Camp, Baix Penedès y Conca de Barberà. Algunos participan en una edición y no en la siguiente por cuestiones de trabajo, por disponibilidad horaria o por cambio de residencia.

—Alumnos y voluntarios llenan unas fichas donde exponen varias características, como preferencias ideológicas, religiosas o culturales para que la relación sea más fluida.

—Si hay alguna petición muy especial, no lo atendemos. No recuerdo ninguna fuera de tono. A veces, pueden ser por temas relacionados con la religión. Con las fichas sabemos si hay algún tipo de incompatibilidad entre las dos personas que forman la pareja lingüística. Se trata de buscar afinidades.

—¿Cuál es la procedencia de los alumnos?

—La mayoría son del Estado, pero también hay de fuera. El segundo grupo más numeroso es el de personas de religión musulmana. El grosor son mujeres y, como entre los voluntarios las mujeres también son mayoría, no tenemos ningún problema. También se hacen parejas mujer-hombre. Hay mujeres musulmanas que no tienen ningún inconveniente en el hecho de que su pareja lingüística sea un hombre.

—¿Porque tienen más mujeres, tanto entre el alumnado como entre el voluntariado?

—En aspectos de formación, las mujeres siempre tienen más interés. Desconozco el motivo, pero es así. En los inicios de la crisis económica aumentó el número de hombres. En general, en todo lo que sea formación de adultos hay más mujeres que hombres. Quizás tienen más interés por la formación.

—¿Cómo ha variado la oferta desde los inicios del Centre de Normalització Lingüística?

—Empezamos en 1989 y el año siguiente lo dedicamos, sobre todo, a formar funcionarios. En aquellos tiempos había muchas oposiciones. Con el cambio de década, después de los noventa vino mucha gente extranjera y del resto del Estado. Tuvimos que replantear los estudios y volvimos a dar cursos básicos porque vino mucha gente que no tenía conocimientos de catalán.

—¿Cómo es ahora la demanda?

—Actualmente, tenemos mucha demanda del curso básico y no se ha acabado la de los cursos iniciales. Hay gente que ha llegado hace poco a Cataluña y no sabe cómo es nuestra sociedad.

—¿Qué aporta la pareja lingüística?

—En algunos casos, hay un intercambio de culturas. Además, a algunas personas, cuando empiezan a aprender catalán, les hace vergüenza hablar el idioma. Formando parte de una pareja lingüística, cogen confianza. Necesitan practicar para tener fluidez. La pareja los ayuda a hablar catalán.

—¿Qué valoración hace de esta forma de aprender a hablar una lengua?

—La experiencia es buena, muy positiva. Hace años que dura y ésta es la mejor prueba que este sistema funciona. La gente que participa sale muy satisfecha.

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