Diari Més

Raül Font: «Queremos mantener viva la tradición campesina de Tarragona»

Este martes se celebró la festividad de Sant Antoni Abat, patrón de los campesinos y de los animales

Después de la misa, los presentes salieron a la plaza para bendecir sus perros.

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Mantener viva la tradición de una Tarragona campesina. Esta es la intención del Gremi de Pagesos y, es por eso, que hoy en día todavía se celebra la festividad de Sant Antoni Abat. Este martes, una treintena de animales de compañía con sus propietarios se acercaron a la iglesia de Sant Llorenç para asistir al oficio religioso, presidido por el rector de Sant Magí, mosén Francesc Gallart Magarolas, que ofreció una misa muy sentida. Para él, esta festividad también es especial: su abuelo materno también era campesino.

Cuando se acabó el oficio, se bendijeron las cocas y se entregaron a los propietarios de los perros. Después de la misa en honor a Sant Antoni Abat, el canónigo bendijo los animales, la gran mayoría perros, en la plaza de la Pagesia. No había casi gatos. Según explica el presidente del Gremi de Pagesos de Sant Llorenç i Sant Isidre, Raül Font, «ha habido años que han venido animales de compañía poco convencionales, como por ejemplo un cerdo o un hurón. Este año, casi todo eran perros».

Hace menos de uno, la festividad de Sant Antoni Abat, patrón de los animales del pie redondo, como por ejemplo, los caballos, mulas y asnos, era una jornada totalmente festiva. «Ningún campesino trabajaba, era fiesta grande. Los campesinos mantenían un vínculo muy especial con sus animales. Desde las seis de la mañana hasta que se hacía oscuro, compartían momentos. Tenían una relación muy íntima, por eso la festividad de Sant Antoni era importante», explica Raül Font, quién añade que «recuerdo cuándo era pequeño que algún campesino lloraba cuando moría su mula».

Joan Amades, en su costumari catalán, recoge como se vivía esta festividad en la ciudad de Tarragona hace unos 80 años. El día 1 de enero, dos jóvenes, con flautín y tamboril, iban puerta a puerta de las casas a vender los números para un sorteo que tendría lugar durante la jornada de Sant Antoni. Llegado el día, se bendecían los animales y se hacía un pasacalle con parada en la plaza del Mercat. Allí se celebraba el sorteo de un cerdito. «Todavía conservamos el recipiente donde se ponían los números para hacer el sorteo», explica Font. El pasacalle acababa en el Serrallo, donde se hacía un baile. Para Raül Font y sus compañeros, mantener viva la tradición es muy importante. Tarragona es una ciudad campesina», dice Font.

La segunda parte de la celebración llegará el próximo 26 de marzo, con los Tres Tombs. «Cada año varía la fecha, ya que la Semana Santa cae por el medio», explica al presidente del Gremi de Pagesos.

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