Diari Més

«Si tú te juntas con quien roba móviles es probable que acabes haciéndolo»

Para reducir los robos de los menores la profesional apuesta por fomentar en las escuelas y dentro de la familia la educación en valores y la empatía

Duque recomienda hacer un deporte, para adquirir más normas sociales.

«Si tú te juntas con quien roba móviles es probable que acabes haciéndolo»Joan Antoni Torreblanca

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Un día sí, el otro también, la sociedad tarraconense se levanta con una nueva noticia de hurtos de móviles por parte de grupos de adolescentes. Niños a partir de 14 años que hacen de los robos su entretenimiento y una forma de hacerse respetar por el resto. Raquel Duque es una psicóloga experta en conductas juveniles.

—Qué explicación le puede dar desde el punto de vista psicológico?

—En esta edad, el cerebro todavía no ha madurado suficiente. Cuando somos adolescentes, el lóbulo frontal, que es el centro del control, las emociones, la toma de decisiones y el centro de los juicios morales, no ha sufrido toda la evolución que requiere. Si hay una edad en la cual se tienen que transgredir las normas o se tienen que llevar a cabo comportamientos fuera de la norma es a la adolescencia. Aparte, a nivel social, de escuela, de familia, y de sociedad en general, vemos que hay una crisis evidente.

—Qué observa dentro de la familia?

—se ha pasado de un modelo muy autoritario hace unos años, en los que la eficacia de poner límites se desmontaba porque era excesivo, a un modelo muy permisivo. Eso provoca un desbordamiento por parte de los padres, al no saber gestionar la situación. Aparte, la precariedad a nivel social también es uno caldo de cultivo impresionando para que se creen este tipo de conductos.

—Entonces quién tiene la culpa de que el pequeño robe, el padre o el niño?

—Yo no hablaría de culpables. Cuando una persona es menor de edad, la veo como si fuera una víctima, no es totalmente responsable de su comportamiento. Los adultos tenemos que asumir nuestra parte de responsabilidad, ya que su educación está en nuestras manos. Pero tampoco culpo al padre, seguramente el padre también ha sido víctima de una ambiente social o familiar que no le ha dado las herramientas que necesita para ser padre.

—Y a nivel de escuela, qué problemas detecta?

—A nivel de escuela ya se está produciendo un cambio de paradigma. Actualmente sí que se promueve más la educación en valores y la generación de autoestima por parte de los alumnos. Se trata de dar a los jóvenes recursos para afrontar la realidad. Pero el hecho es que se sigue dando prioridad a los conocimientos, y esta parte que es más necesaria hoy día para contrarrestar la carencia familiar en algunos casos, pues no se da tanto.

—Cree que se respeta a la autoridad?

—Hay una tendencia a desautorizar a la autoridad. Muchas veces es necesario un punto en el cual respetar, también en la escuela donde los profesores han perdido esta autoridad para educar, porque los padres les sacan credibilidad muchas veces, y eso, evidentemente se traslada a los niños.

—Llegados a este punto tan peligroso, quién puede ayudar a los niños?

—tiene que ser un trabajo en conjunto. El trabajo es efectivo cuando se lleva a cabo de forma interdisciplinaria: a nivel de escuela, familiar y social. Si tú estás haciendo un trabajo a nivel psicológico y al ámbito de la familia se sigue la misma línea, la efectividad quizás se va a norris.

—Los renombres «malas influencias» acaban corrompiendo realmente a un menor?

—El ser humano se deja influenciar por el grupo. Su tendencia es a imitar al mayor del grupo. Si tú te juntas con un grupo de personas que su hobby es robar móviles, pues es probable que quizás acabes haciéndolo. Eso es una cosa muy importante.

—Eso quiere decir que un chico acaba haciendo cosas que quizás no querría hacer?

—Está en un punto en el cual no sabe del todo lo que está bien o mal. Es vulnerable. Él piensa que si roba el móvil será el líder y no llega a ver las consecuencias, su prioridad es ser el más guay.

—Cuándo un adolescente roba, los agentes se lo llevan a comisaría para que los padres lo pasen a recoger. ¿Cree que es correcto o haría falta una pena más dura?

—No sé si más dura, pero más eficaz sí. ¿Si te apropias de una cosa que no es tuya, y no hay ninguna consecuencia, qué crees que estamos haciendo? Estamos potenciando que eso vuelva a pasar.

—Ellos son conscientes de las consecuencias futuras?

—Cuando están alejadas en el tiempo, no son tan importantes para ellos. La consecuencia de una mala conducta tiene que ser, si no inmediata, muy próxima al acto incorrecto.

—Donde queda la empatía del pequeño ladrón? ¿Son conscientes de la problemática que crean a los chicos y chicas de su edad cuando se los roban?

—Hay que trabajarlo más, hay maestros que lo están girando. La clave es trabajar los valores.

—Qué le diría a un padre que vive esta problemática?

—Que su hijo se apunte a un deporte. A través del spot toda esta carencia la cubrimos. Cuando viene algún adolescente a consulta, a nivel conductual, siempre recomiendo el deporte. Se genera el ambiente adecuado para que este niño aprenda valores, normas sociales, cívicas y de comportamiento.

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