Diari Més

«En Lille llueve, hace viento, graniza o nieva y todo en el mismo día»

El tarraconense Xavier Sendrós asegura que echa de menos «un plato de macarrones de mi abuela»

Va assistir al Festival d'Scrabble de Lille, on hi va trobar catalans.

«En Lille llueve, hace viento, graniza o nieva y todo en el mismo día»Cedida

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Xavier Sendrós Sorribes, de 27 años y de la Secuita, se marchó a Lille (Francia) hace un año y medio a trabajar como periodista en Cerise Media. Antes de llegar a Lille, Sendrós vivió en Lyon y asegura que «Francia es un buen lugar para estudiar y encontrar trabajo».

—¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?

-Muy satisfactoria. Después de realizar una entrevista por Skype con el director general, la empresa en la que trabajo decidió contratarme como periodista para una de las secciones de su revista digital. Pocos meses después ascendí a responsable del departamento internacional de contenido digital con contrato fijo y un sueldo bastante elevado. ¿Qué más se puede pedir?

—¿Qué motivos lo llevaron a marcharse de casa para ir a vivir al extranjero?

­-Decidí marcharme a Francia porque creía que una estancia en el extranjero me abriría muchas puertas a nivel profesional y me enriquecería a nivel personal.

—¿Cuál fue su primera impresión del país?

­-Anteriorment había realizado un Erasmus y una estancia de prácticas Eurodissea en Lyon. También había visitado París o la Bretaña francesa. Todas ellas, estancias muy enriquecedoras, pero nada que ver con la ciudad dónde ahora vivo. Lille es denominada en francés Le carrefour de l'Europe –la encrucijada de Europa–, por su situación geográfica –cerca de grandes capitales europeas– y por la multiculturalidad de sus habitantes. Es una ciudad fría y húmeda, pero vive allí gente muy acogedora.

—¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal y como se lo había imaginado?

­-Ya conocía la cultura francesa antes de llegar a Lille (los horarios, la educación, la afición al vino y al queso, etc.) así que creo que lo que más me sorprendió de aquí fue el clima. En Lille llueve, hace viento, graniza o nieva, y todo en un mismo día. Ahora bien, podemos estar meses sin ver el sol. Hace sólo un año y medio que vivo aquí y ya he tenido que cambiar más de cinco veces de paraguas.

—¿Cuáles son las principales diferencias entre Lille y su casa?

­-Los horarios, sin duda. En Francia se come a las 12 del mediodía y se cena a las 19h. Todavía ahora no me he acostumbrado. Aquí, además, les encanta comer queso a cada comida. Hay mil clases y olores. El queso es, sin duda, el elemento indispensable de cualquier cocina francesa.

—¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?

­-Lille no es una ciudad de grandes monumentos, aunque tiene lugares de interés como el parque de La Citadelle o el barrio de Vieux Lille. Las experiencias más sorprendentes que he podido vivir aquí son los carnavales del norte, que duran aproximadamente 3 meses, o la fiesta de La Braderie, el mercado ambulante mayor del mundo.

—¿Qué destacaría de la manera de trabajar del país?

­-Los horarios son totalmente diferentes. Aquí se trabaja de las nueve y media de la mañana a las seis de la tarde, con una pausa de dos horas para comer. Hay muchos momentos de recreo para jugar al ping-pong o tomar el café. Es costumbre hacer muchas fiestas y salidas con los compañeros de trabajo.

—¿Desde que llegó ha vivido o le ha pasado algo curioso de que no se hubiera imaginado nunca?

­-Dicen que vayas donde vayas siempre encontrarás un catalán. Yo en Lille me encontré un buen puñado. Concretamente en el I Festival de Scrabble en Catalán, el 27 de agosto del 2016. A pesar de no conseguir quedar en primera posición, pude compartir un día fabuloso con un grupo de catalanes de todas partes, que me hicieron sentir como en casa durante unas horas.

—¿Qué es lo que más echa de menos de casa?

­-La familia y los amigos. Y un plato de macarrones de mi abuela.

—¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?

­-Los horarios de trabajo creo que son muy buenos. En Francia se puede conciliar perfectamente la vida laboral y personal. También me llevaría de aquí la tradición por la cerveza. Al ser una ciudad fronteriza con Bélgica, la cerveza forma parte de la cultura de la gente.

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