Diari Més

«Me apetecía romper los esquemas, hacer atractivas a dos personas normales»

La escritora reusense ha presentado su última novela, ‘¿Donde estás, Anastàsia?’’ una historia de intriga, aventuras y pasión

Marta Magrinyà el pasado lunes en la plaza del Mercadal.

«Me apetecía romper los esquemas, hacer atractivas a dos personas normales»Cristina Aguilar

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—En esta nueva novela la historia gira en torno al misterio que rodea la princesa Anastàsia, hija del zar Nicolás, que muchos aseguran que sobrevivió de la matanza que sufrió su familia después de la Revolución Rusa, en 1918. ¿Por qué ha escogido a este personaje?

—Porque su historia siempre la he encontrado muy chula. Además, yo soy una gran lectora de literatura rusa, me gusta sobre todo Tolstoi. Por otra parte, me hacía ilusión hablar de las personas como ella. De la familia Romanov ya hay muchos libros, pero yo pensé en cómo serían ella y sus hermanas. Nacieron y vivieron en un palacio, pero no sé si la vida que tuvieron fue mejor que el que tenemos nosotros ahora. Cuando buscas información sobre la vida de alguien siempre te genera empatía.

—Este es el sexto libro que publica. En los dos anteriores la acción pasaba en Reus. En este se ha alejado, pero sólo un poco: aunque sucede a Barcelona, el protagonista es ganxet.

—Sí, en las dos últimas todo pasaba en Reus, y yo estaba encantada, pero también pienso que no me tengo que encasillar. Cuándo una cosa gusta mucho y la cambias, parece que te arriesga un poco, y si no la cambias, parece que quiera aprovechar el filón. Pero en este libro, por el supuesto de que Anastàsia hubiera muerto en Cataluña, me iba mejor que todo pasara en Barcelona, porque en un lugar|sitio más pequeño una mujer extranjera habría estado más visible.

—La historia está llena de giros. ¿Los planifica antes de empezar?

—Hay alguno que ya lo tenía previsto, porque a mí me gusta mucho despistar, forma parte de mis tramas. Pero sí que alguno apareció sobre la marcha, porque llega un punto que los libros van solos. Lo que sí que me gusta mucho es que todo esté muy ligado, que al final todo quede muy arregladito. Como lectora, a veces los finales abiertos me causan una sensación de inquietud.

—Es, además, una historia donde todo pasa en muy poco tiempo. ¿Por qué quería que fuera así?

—Pensé que haría una historia en 24 horas, y que además pasara la víspera de Navidad, porque la Navidad me gusta mucho y siempre había querido hacer una novela con esta época como excusa. También me lo planteé como un reto: ¿es creíble que dos personas que no se conocen, un día se encuentren y se atraigan mucho en muy poco tiempo? ¿Sí? Pues hagámoslo. Me gusta ponerme reptas a mí misma.

—¿De dónde eres, Anastàsia? también es una historia de antihéroes, personas normales, poco brillantes, socialmente parlante.

—Cuando yo era pequeña, con diez u once años, ya escribía historias. Después, con dieciséis años hacía novelas larguísimas, de 400 páginas, y todo era muy grandioso. En las primeras novelas que hice de mayor, los protagonistas son personas ricas, con vidas exóticas, especiales. Ahora me apetecía romper un poco los esquemas y no hablar siempre del mismo tipo de gente. Después, también pasa que cuando te vas haciendo mayor|grande, ves la vida de otra manera, valoras más las pequeñas cosas, lo que es cotidiano. Quise hacer muy atractivas a dos personas muy normales.

—Los protagonistas tienen un dilema: destruir los papeles que hablan de Anastàsia o hacerlos públicos. ¿No diremos qué deciden ellos, sin embargo, qué habría hecho usted?

—Ahora una vez hecho el libro le doy vuelcos y pienso que es muy fuerte lo que decidieron. Pero en aquel momento que ellos están viviendo, todo está a flor de piel. De todos modos, como dice la protagonista, hagas lo que hagas, toda la vida te lo cuestionarás. Yo soy una persona complicada, que doy muchos vuelcos a las cosas, y por eso también muy cuadriculada. Por lo tanto, habría hecho al que pidió el propietario de los papeles, porque es una manera de simplificar y hacer lo que es correcto.

—Esta novela llega después del gran éxito de La fuerza del viento. ¿Se sentía presionada de alguna manera?

—No, escribirla ha sido muy fácil. Lo que me costó más es que fuera actual. Me gusta hacer sufrir a los personajes, ponerles impedimentos, y hoy día todo es más fácil.

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