El gobierno avisa al PSC de que vecinos de los barrios pagarán el «no» al presupuesto

El «no» de la ejecutiva del PSC, en una decisión avalada unánimemente este martes por la asamblea de militantes, al acuerdo para la aprobación de un presupuesto municipal para el 2017 deja colgados los puntos de acuerdo que meses de diálogo habían cuajado entre gobierno y Grupo Municipal socialista. Uno de ellos, la inversión aproximada de 1,2 millones de euros en los barrios Immaculada y Sol i Vista que, a propuesta del PSC, quedaba incluida en el expediente de PDeCAT, Ahora Reus y ERC. Otra, 250.000 euros que habrían servido para materializar una primera parte de la ampliación proyectada en el Centro de Lectura.

La negativa, fundamentada en una serie de aspectos que «individualmente no eran lo bastante importantes pero que, en conjunto, han generado malestar suficiente y pérdida de confianza para no dar apoyo a los presupuestos», la concretaba ayer el primer secretario del PSC, Andreu Martín, en tres puntos básicos: la deuda de 8,4 millones de euros con que ha cerrado el ejercicio 2016 el Hospital Sant Joan, que «supera de largo lo que se esperaba» y del cual «nos enteramos una vez en la silla del Consejo de Administración»; las actuaciones judiciales vinculadas a la fabricante de prótesis Traiber que, en palabras de Josep Prat, apuntaban una supuesta financiación de la campaña de CiU en el 2011 por parte del administrador de la empresa que el alcalde desmintió; y la reubicación del Reus Deportiu de rugby en las instalaciones no homologadas de La Pastoreta por la conversión del campo del Estadio Municipal donde competían en dos donde ahora entrena el CF Reus de Segunda. También la fusión del IMAC y el Instituto de Museos «sin un rumbo claro sobre el ente que tendrá que dirigir la cultura en la ciudad».

Martín explicaba ayer que la negociación con el gobierno «fue sincera» pero que «estuvo un momento en que entendíamos que no tenía sentido hacer un retorno porque no veíamos la posibilidad de que se diera una buena finalidad al presupuesto». En total, fueron 16 puntos los que el PSC planteó, 11 de los cuales fueron aceptados y otros 5 quedaban todavía en el aire. Sobre el aval de la asamblea de militantes al «no» de la ejecutiva, el socialista detallaba que «hay militantes, pocos, y excepcionales, que también se manifestaban a favor de pactar, pero se acordó la unanimidad en este sentido». Sin embargo, «estamos comprometidos con cuestiones como el Grupo Salud», subrayaba el primer secretario, que decía que, en temas como este, «juegan cuestiones del pasado, pero es que no tenemos un gobierno diferente». En este nuevo escenario, «tenemos que replantearnos cuál será nuestro papel en los dos años de mandato que quedan», añadía. Y es que eso que el Grupo Municipal no está «cerrado a nada», ni tampoco a modificaciones de crédito, con el presupuesto del 2016 prorrogado desde enero.

El alcalde hará balance hoy

Cerca de dos horas después de que Andreu Martín compareciera para hacer balance del posicionamiento de la asamblea, al día siguiente de la decisión, lo hacía el concejal de Hacienda, Joaquim Enrech. En una atención a los medios que no admitió preguntas, Enrech trasladó la respuesta del gobierno y dijo que «lamentamos las discrepancias entre el Grupo Municipal del PSC y la militancia en una decisión que aceptamos». El concejal apuntó que la falta de acuerdo por|para el presupuesto tendrá consecuencias sobre los vecinos de los barrios Immaculada y Sol i Vista –con este millón de euros de inversiones que no se hará– y que «el gobierno siempre ha priorizado los intereses de ciudad». El alcalde explicará hoy los detalles de las negociaciones.