Diari Més

«Incertidumbre» por la Hisenda Catalana en los empleados de la Oficina Liquidatoria

La nueva delegación del ATC absorberá la plantilla en septiembre y los reticentes al cambio se preguntan en qué condiciones quedarán

Una imagen de la Oficina Liquidatoria, que desaparecerá en verano.

«Incertidumbre» por la Hisenda Catalana en los empleados de la Oficina LiquidatoriaOlívia Molet

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El despliegue del nuevo modelo de la Agència Tributària Catalana (ATC), la cual se activará en Reus en un nuevo espacio del Passeig Prim a partir del 1 de septiembre, supondrá el cierre y desaparición de la actual Oficina Liquidatoria, ubicada en la calle de Tívoli y que opera con una plantilla de 13 trabajadores. El conseller d'Economia de la Generalitat, Oriol Junqueras, anunciaba hace pocos días y en una comparecencia en el Parlamento la convocatoria, antes de mayo, de 367 plazas parte de las cuales se destinarán a absorber, mediante un procedimiento de oposición, a los 277 empleados de las oficinas liquidatorias que hay ahora en Cataluña.

El trasvase de personal «inquieta» a los profesionales de Reus, «divididos, según la situación y las circunstancias personales de cada uno» entre los que ven con buenos ojos el paso a la ATC y los que preferirán no hacerlo y permanecer en el Registro de la Propiedad número 1 con que está relacionada la Oficina Liquidatoria del municipio. Especialmente para estos últimos, «las condiciones en que se haría el cambio, si podríamos continuar o no y los derechos que mantendríamos y que perderíamos» son «inciertos».

El secretario de Hisenda de la Generalitat, Lluís Salvadó, celebró, el 15 de diciembre y el pasado 9 de febrero, dos reuniones informativas con trabajadores de Reus que, con todo, no han acabado de aclarar, «porque realmente no se encuentran todavía definidos», los términos en que tendría lugar el movimiento de piezas. Fuentes de la plantilla de la Oficina Liquidatoria de Reus, mayoritariamente vinculada al sindicato CSIF, detallan que sus representantes «están negociando a fin de que quien pase lo haga en unas condiciones dignas y, quién no quiera, tenga una alternativa». Explican, además, que el salto a la ATC «sería más positivo para aquellos trabajadores que llevan poco tiempo en la Oficina e, incluso, podría suponer una mejora económica. A los que tienen una trayectoria aquí, les tocaría partir desde cero y perder todo aquello que han acumulado durante años de servicio». La inseguridad que «realmente se puedan abrir dentro de estos plazos las 14 oficinas de la Hisenda catalana que hay proyectadas» en este momento planea también entre el global del colectivo.

Y es que, tal como apuntaba en su intervención Junqueras, los profesionales que se incorporen en la Agència Tributària Catalana lo harán como personal interino. Los méritos que se tendrán en cuenta a la hora de la selección pasan por la experiencia en el ejercicio de funciones de tratamiento de datos y digitalización de datos tributarios y de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos.

«Sea como sea, estamos en medio»

«Sea lo que sea finalmente, nosotros estamos en medio, y es incómodo», explican desde la Oficina Liquidatoria de Reus, donde dicen que «pasamos de estar una situación en que éramos personal laboral pero todos teníamos contrato indefinido con toda una serie de derechos y unos acuerdos con los registradores que se iban cumpliendo. Estábamos acostumbrados a una vida aboral y, a partir de aquí, vienen cambios que a unos les irán mejor y a otros, no tanto». Como mínimo de momento, con todo, los trabajadores no se plantean programar acciones de protesta, a la espera de la evolución de los encuentros con el secretario de Hisenda, que se están sucediendo por todo el territorio.

Se preguntan, mientras la expansión de la ATC sale adelante, «¿qué será de los que se quedan en el Registro? ¿Qué pasará con ellos?». «Hay a quien los registradores ya les han dicho que, si se quedan, podrán seguir trabajando. Obviamente, cambiando de tareas para pasar al Registro de la Propiedad. «Pero nada es seguro a estas alturas». Como la fecha del inicio de las operaciones en la ATC, también en el local de Reus, es el 1 de septiembre, «tenemos que suponer que la Oficina Liquidatoria cerraría el 31 de agosto, y el margen no es tanto», concluyen las mismas fuentes.

En la demarcación, Reus y Tortosa son las dos localidades que estrenarán delegación de la Agència Tributària Catalana a mediados de año. La ATC también tiene previsto reforzar su presencia por toda la geografía catalana con doce puntos de atención y servicios tributarios que la Agència ubicará en oficinas compartidas con las administraciones locales, principalmente diputaciones y consejos comarcales, en el marco de la red Tributs de Catalunya. Los trabajadores de las delegaciones llevarán a cabo actuaciones de comprobación, liquidación de los expedientes tributarios de los impuestos que gestiona la ATC, o darán apoyo y sobre recaudación efectiva de deudas.

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