Diari Més

Borges llevará a los juzgados las averías continuas en el reloj de la plaza Prim

La empresa reusense emprenderá acciones legales contra fabricante e instalador del dispositivo si «siguen sin responder» a los requerimientos de reparación

La pantalla del reloj volvió a apagarse la noche del lunes.

Borges llevará a los juzgados las averías continuas en el reloj de la plaza PrimOlívia Molet

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El reloj de la plaza Prim volvió a quedar desactivado, por segunda vez en el último mes, la noche de este lunes 26 de septiembre. La pantalla había estado mostrando, a lo largo de toda la jornada, series de números que no se corresponden con la información de la hora, la temperatura y la humedad que habitualmente ofrece y que reproducían los «errores de lectura» que ya habían llevado a Borges a apagar los caracteres led el pasado 25 de agosto. La avería es la misma que en aquella primera ocasión, y resulta de la «mala conexión entre el mecanismo, que sí que funciona correctamente, y la pantalla, que no se ilumina cómo tendría que hacerlo», apuntan fuentes de la empresa reusense.

Borges lamenta el «resultado desastroso» de las relaciones con el fabricante del reloj y con el instalador, a los cuales «estamos requiriendo la reparación de manera permanente», y a los cuales apunta que «tendremos que pasar a acciones legales, interponer una denuncia y reclamar que nos devuelvan el importe que pagamos» si la avería no se soluciona «de forma definitiva» en las próximas horas.

Y es que, en el momento de pasar a ocupar el espacio publicitario que hasta el año pasado exhibía la imagen de la marca Coca-Cola, la compañía reusense reemplazó también el reloj que había y adquirió uno nuevo «donde pudiéramos escribir los mensajes que se difunden para fiestas o paraalgunos partidos del CF Reus», lo que ahora sufre las incidencias. Fuentes de la misma empresa han confirmado aDiariMés que, aunque la pantalla había tenido un funcionamiento aparentemente normal en las últimas semanas, los problemas técnicos nunca han llegado a solucionarse por la inacción de fabricante e instalador, que «nos han vendido y colocado un producto del cual ahora no se hacen responsables».

Una intervención delicada

Desde Borges exigen «o bien que se resuelva inmediatamente el problema o bien que nos devuelva el dinero que pagamos a fin de que compremos un nuevo reloj que funcione correctamente, como esperábamos» y mantienen que la falta de respuesta a sus requerimientos reiterados podría venir dada por el hecho que «actuar en la pantalla comportaría tener que descolgarla del terrado, revisarla y, una vezen buenas condiciones, volver a subirla», una intervención delicada y provablement costosa que ya se pudo ver el 20 de septiembre de 2015, el día del desembarque de la imagen de Borges en la plaza Prim, justohace un año.

Por todo ello «si la situación se mantiene en las mismas condiciones que hasta ahora durante más tiempo y la pantalla sigue sin funcionar, analizaremos las acciones legales que podemos emprender para desencallarla ya», concretan las mismas fuentes, que puntualizan que «estamos muy enfadados» tanto porel trato recibido como porel hecho de que la avería en la pantalla no ha permitido emitir algunos de los mensajes que estaba previsto iluminaren los caracteres led coincidiendo con la Fiesta Mayor de Misericordia 2016. El último de los que se pudieron ver, de hecho, hacía referencia a la celebración del 50è Aplec Baix Camp. Se da la circunstancia de que el fabricante del mecanismo es una empresa industrial dedicada a la producción de letreros led y con sede en Monteagudo, Navarra, bajo el nombre de Cumo. La instaladora, cave, es la local Signo.

«Queremos ser»

La compañía alimenticia no se plantea dejar el espacio publicitario, con el que se comprometió porun contrato inicial que ya ha sido renovado, porque «tenemos claro que queremos estar», y puntualiza que «no es un problema de marcharse sino estar bien». Según los datos que trascendieron en el momento en que Borges entraraenla plaza Prim, anunciarse tiene un precio que oscilaría entre los 8.000 y los 9.000 euros anuales.

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