Diari Més

«La Administración nos tiene que echar una mano para que no haya locales vacíos»

Alfred Pitarch, presidente de la Unió de Botiguers de Reus

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—Qué Unióde Botiguersse ha encontrado?

—En un estado económico delicado pero con el reto de levantarlo para el bien del comercio de la ciudad y de sus asociados porque realmente creemos que Reus tiene que volver a ser de forma clara y potente el referente comercial de Catalunya y del Estado. Tenemos una asociación con mucha solera, con más de cuarenta años de historia, y por eso tenemos que hacer que todo el mundo se oiga representado.

—En qué punto está el objetivo de unir todas las asociaciones comerciales?

—Ahora estamos tratando los temas de forma, sobre todo, con el Tombde Reus, que es la segunda entidad con más socios. Las conversaciones van por buen camino. El objetivo es unir esfuerzos por destinar mejor los recursos y reducir los gastos. Se trata de ir todos en una sin que ninguna asociación comercial pierda la identidad e ir hacia una dirección conjunta para que las campañas sean globales y haya específicas de cada área. Evidentemente no es lo mismo levantar el comercio a los barrios, en los paseos, en el centro o en otras zonas de la ciudad. Tenemos que hacer una cosa que parece lógica, sin embargo, que desgraciadamente por diferentes motivos, muchos golpes por|para personalismos, no se había conseguido. El gran reto es unir esfuerzos en estos tiempos tan difíciles que todavía perduran.

—Cuál fue la primera reacción ante la propuesta de unirse?

—Fue muy positiva. De hecho, fue uno de los motivos por los cuales di el paso de presentarme como presidente. No era una condición necesaria pero pensé que o hacemos eso o difícilmente saldremos adelante todos juntos porque ya no es un problema de laUnióde Botiguerssino de todos los comerciantes de la ciudad. Necesitamos un revulsivo para volver a ser atractivos y uno de ellos pasa por el asociacionismo que tiene que ser|estar fuerte, claro y con una dirección única lo cual nos permitirá hacer campañas conjuntas y potentes.

—La situación económica de la UB obliga a vender la sede de la entidad?

—La verdad es que la sede no es imprescindible, se puede trabajar sin, pero es un patrimonio de la entidad. Ahora bien no es prioritario venderla, al contrario. Si la vendiéramos sería para ir a otro emplazamiento más a pie de calle en el centro. Es un activo, no es condición necesaria venderla. La situación económica no es tan delicada como para venderla. Ha habido una bajada de asociados y de cuotas, y por lo tanto, cuesta más mantener la estructura que ahora ya es muy reducida.

—Cuántos socios tiene la UB?

—Unos 300. Habíamos tenido muchos. Nos tendríamos que remontar unos 20 años cuando, sin exagerar, había 6.000 o 7.000 asociados. Eran otros tiempos que permitían tener un equipo laboral y una estructura muy potente. Por eso, ahora tenemos un piso de 200 metros cuadrados en un lugar|sitio privilegiado de la ciudad.

—Esta bajada tan importante de socios también es porque no se ha hecho una buena gestión a la entidad?

—Seguro que hay parte de culpa en el hecho de no haber explicado lo bastante bien los servicios que ofrece o el porqué de la entidad, cuestiones que se han juntado con la crisis.

— Aunque depende de la iniciativa privada, qué piensa hacer la UB para poner freno al gran número de locales comerciales vacíos que ahora hay, sobre todo, al centro de Reus?

—Pasa por hablar con la administración. Se tienen que encontrar las fórmulas para que los locales no queden vacíos y el alquiler sea más accesible. Aquí la administración nos puede echar una mano, con incentivos fiscales, con algunas medidas. Ya sabemos que los locales están en manos de privados pero hay herramientas para dinamizarlo, de la misma manera que dinamizar el comercio de proximidad a los barrios también pasa para dar facilidades a la gente que abra un comercio. Tenemos que hablar y encontrar fórmulas para reactivar este comercio.

— Presidente de la UB en unos tiempos difíciles y gerente de los Ploms, una entidad que pasa también por una delicada situación económica. ¿Le gustan los retos fuertes?

—Me gusta- comenta con una carcajada- ponerme donde creo que puedo aportar alguna cosa positiva. Siempre he sido una persona muy implicada con las causas. La presidencia de la Unió de Botiguerses totalmente voluntario y lo hago porque creo que podemos levantar este comercio de Reus. La gerencia de los Ploms fue porque la junta actual confió en mí y allí tengo una dedicación profesional. También acepté para levantar un club histórico que tiene posibilidades. Por lo tanto, ahora realmente me ha tocado vivir unos tiempos difíciles donde hace falta gente que se ponga en frente para afrontar retos difíciles. No me faltan ganas e ilusión, y además veo el camino para levantarlo al fin y al cabo.

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