Diari Més

El matrimonio eterno fuera de casa

Un Nàstic inmenso se lleva los tres puntos del Sadar en un partido en que Barreiro abre la lata y Álvaro Vázquez continúa con la fiesta

Manu Barreiro celebra un gol en el Nou Estadi.

Manu Barreiro celebra un gol en el Nou Estadi.Cristina Aguilar

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El matrimonio entre el Nàstic y los partidos fuera de casa continúa vigente. Y de qué manera. Los tarraconenses se deshicieron este jueves de todo un Osasuna (0-2) en el partido aplazado por la nieve a principios de diciembre. Un gran Nàstic a nivel defensivo, un Dimitrievski que es sinónimo de milagro, un Barreiro inmenso y un Álvaro que se estrenaba como goleador dieron los tres puntos a un equipo que se sitúa duodécimo y que deja atrás, muy atrás, la zona de descenso.

No hubo ninguna sorpresa en el once. Ni en forma de titularidad de Álvaro Vázquez, ni en la de Javier Matilla. A Rodri no le gusta tocar las cosas que le funcionan, y apostó por los mismos protagonistas que en Vallecas. O, lo que es lo mismo, idéntico once que en Almería sin Pol Valentín ni Javi Jiménez en los laterales, pero con Kakabadze i Abraham en su sitio.

Al Nàstic le va eso de jugar fuera de casa. No se sabe exactamente por qué, pero los de Rodri se sienten muy cómodos cuando actúan lejos de su terreno. Sí que la posesión fue más para los navarros, pero la comodidad con que lo afrontaron los tarraconenses fue determinante para poder marcharse 0-1 al descanso.

Ahora bien, todo podría haber cambiado en los tres minutos de juego si David Rodríguez hubiera enviado al fondo de la red un fuerte chute con pierna izquierda que se estrelló en la madera. Fue en una acción imperdonable para Kakabadze, ya que el lateral georgiano perdió una esférica de aquellas que cuestan partidos. La robó el punta local, quién progresó y, cuando estaba delante del meta macedonio, disparó al palo.

El segundo aviso del enfrentamiento también fue a cargo del Osasuna. A los catorce minutos de juego, una falta lateral centrada por Roberto Torres encontró la cabeza de Unai García, quién impactó la esférica y obligó a Stole Dimitrievski a lucirse y a salvar, nuevamente, a su equipo. Pero dicen que, a la tercera, va la vencida. Aunque no sea del mismo equipo que ha intentado la primera y la segunda. Dicho y hecho. Pase alto de Kakabadze sin aparente peligro, pero el cuero llega a zona de Manu Barreiro. Entonces, todo se convierte en puro peligro. El gallego, en vez de controlarla, ve la salida de Sergio Herrera, le traza un sombrero y, escorado a la derecha del área, dispara para romper la red y subir el gol de los tarraconenses.

No podía empezar mejor la cosa para un Nàstic que empezaba a mover bien la esférica en el centro del campo, con un Muñiz que abandonaba la banda derecha para ayudar a acumular hombres en el centro y dejar el carril a Kakabadze. En la otra banda, nuevamente un gran Tete Morente, capaz de volver loco a las defensas rivales. Dos grandes jugadores, Muñiz y Morente, que ha podido recuperar Rodri.

Pero no todo fueron buenas noticias para los tarraconenses, ya que, a tres minutos del descanso, Eddy Silvestre se tuvo que retirar del terreno de juego, lesionado, al recibir un fuerte golpe por parte de un rival. Javier Matilla, que cada partido va teniendo más minutos, fue su sustituto.

A mantener la distancia

El Nàstic sabía cuál era su misión en el segundo acto: mantener la calma y seguir por delante en el electrónico. Para poder conseguirlo, era necesario, primero, que los futbolistas no se pusieran nerviosos y, después, que todo el mundo luchara cada pelota como si fuera la última. Por este mismo motivo, el entrenador grana no dudó ni un momento a agotar los cambios y sacar del terreno de juego a aquellos jugadores que no pudieran dar el cien por cien por cansancio físico.

El primero en desfilar fue Muñiz. Como casi siempre, los partidos de Muñiz se limitan en una gran primera mitad y en algunos minutos de la segunda. Después, físicamente no llega. Jean Luc fue el escogido. El segundo (que ya era el tercero, contabilizando la sustitución de Silvestre en la primera mitad) fue Maikel Mesa. El media punta no acostumbra tampoco a acabar los partidos, pero todavía quedaba media hora del duelo y, con la entrada de Álvaro Vázquez, Rodri agotó todos los cambios.

Había que remar todo el mundo en la misma dirección, intentar que Osasuna lo tuviera más difícil que nunca. La defensa del Nàstic se cerró muy bien, los laterales se multiplicaron y Suzuki y Molina no dejaron agujeros. Además, Gaztañaga fue el que todo el mundo espera de él. Impecable en el corte, y sin errores en la elaboración. Matilla aportó este granito de juicio en el centro del campo y la clave del éxito del Nàstic fue que Manu Barreiro no sólo hizo de punta, sino que actuó de tercer centrocampista en muchas ocasiones, ayudando a los hombres de la medular a contener las incursiones y los intentos de ataque del Osasuna.

Pero los dos equipos todavía tenían cosas que decir. Primero, el Nàstic. En el 82’, internada en el área de Álvaro Vázquez, que recorta y que es objeto de un penalti claro, que el colegiado no señaló. Un minuto después, Dimitrievski volvió a salvar a los suyos. Bajo palos, desvió a córner un remate rival que entraba. El macedonio es gran parte de este equipo.

También demostró que, a partir de ahora, será un jugador imprescindible Álvaro. Cuando más presionaba Osasuna, cuando más cerca estaba el empate, jugada de delantero de calidad en una contra con dribling al portero y a un central incluidos para rematar a portería y subir el segundo, el de la sentencia, lo que aleja definitivamente a los tarraconenses de la zona de descenso.

FICHA TÉCNICA

Osasuna. Sergio Herrera, Lillo, Unai, Oier, Carlos Clerc, Lucas Torró, Fran Mérida, Roberto Torres (Borja Lasso, 52), Xisco, Kike Barja (Quique, 74) y David Rodríguez (Rober Ibáñez, 65).

Gimnástic. Dimitrievski, Kakabadze, Daisuke Suzuki, Xavi Molina, Abrahán, Gaztañaga, Eddy Silvestre (Javier Matilla, 42), Juan Muñiz (Jean Luc, 58), Maikel Mesa (Álvaro Vázquez, 61), Tete Morente y Manu Barreiro.

Goles. 0-1, Manu Barreiro (30); 0-2, Álvaro Vázquez (91).

Árbitro. Luis Mario Milla Alvendiz (Andaluz). Mostró la tarjeta amarilla al local Lillo; y a los visitantes Abrahán, Tete Morente, Javier Matilla y Álvaro Vázquez.

Incidencias. El Sadar acogió 12.254 espectadores.

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