Diari Més

Getafe y las dos caras del Nàstic

La mala primera parte, con cinco defensores grana en el campo, se convirtió con unos grandes segundos 45 minutos con cuatro detrás

Juan Merino, hablando con Zahibo durante el partido de los suyos en el Nuevo Estadio contra la Almería.

Getafe y las dos caras del NàsticCristina Aguilar

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El Gimnástic de Tarragona volvió a mostrar dos caras, pero en esta ocasión las mostró en un mismo enfrentamiento. El partido en Getafe de este sábado es el claro ejemplo de lo que puede hacer al equipo tarraconense cuando va a por el partido, y lo que le pueden conseguir cuando sale a verlas venir.

En frente, en el Coliseum Alfonso Pérez, había un Getafe que daba miedo. Miedo porque sólo había perdido un partido en casa, porque llegaba de golear en el Alcorcón en Santo Domingo (0-4). Pero, al final, un partido de fútbol son once contra once.

Juan Merino, entrenador grana, salió al campo, como hace habitualmente cuando juega lejos del Nuevo Estadio, con cinco defensores. De derecha en izquierda, Gerard Valentín, Suzuki, Perone, Bouzón y Mossa fueron los encargados de intentar que no llegaran con peligro los madrileños. El resultado: un golazo de Portillo y dos ocasiones falladas que eran goles claros, de Chuli y de Jorge Molina, respectivamente.

En el segundo acto, quizás motivado por la cartulina amarilla que tenía Mossa, o bien porque el equipo estaba defendiendo, atacante... en fin, jugando mal, Merino quiso dar un giro. Y este giro, simplemente, consistió en sacar a un defensa del campo, como fue el mismo Mossa, e introdujo a un futbolista que ocupaba otra parcela, como era Lobato.

Se distribuyó el Nàstic sobre el césped con cuatro defensores, donde Iago Bouzón actuaba como lateral izquierdo, tal como había hecho contra el Alcorcón. Funcionó a la perfección, ya que por delante de los cuatro defensores había tres hombres como Muñiz, el mismo Lobato y Sergio Tejera, todos ellos escudados por Xavi Molina, que era quien aportaba el equilibrio.

Los mejores minutos del Nàstic llegaron desde el momento del cambio, así como también marcó acto de presencia el gol de los de Juan Merino, tan pronto como empezó la segunda mitad, gracias a una pared entre Juan Muñiz y Achille Emaná. Esta pared, quizás, no se habría producido con el sistema de la primera mitad, donde Muñiz estaba más retrasado, demasiado lejos de Emaná.

Con cuatro al derbi

La goleada contra el Mirandés y la segunda parte en Getafe darán mucho que pensar a Juan Merino, que ya prepara el derbi contra el CF Reus del próximo 1 de mayo al Nuevo Estadio (siete de la tarde). El más probable, por el hecho de jugar en casa, y por las dos condicionantes antes mencionados, podrían motivar que el andaluz apostara, de inicio, por los cuatro defensores.

El CF Reus, además, no es precisamente un equipo que destaque por su faceta goleadora, con qué apostar por un sistema conservador disminuiría las posibilidades de victoria de un Nàstic que sigue con todas las urgencias para sumar puntos, ya que la permanencia, todo y que encaminada, está muy complicada. De lo que suceda en el derbi dependerán muchas de las opciones de salvación grana.

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